jueves, 27 de febrero de 2014

¿POR QUÉ LOS GOBERNANTES NO VALORAN LA EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR?

El cuerpo humano está diseñado para moverse. Esta maravillosa máquina, en  ausencia de alguna anomalía,  está programada para funcionar de forma inteligente y autónoma. Desde luego, tiene una fecha de caducidad que se hace visible con el tiempo; pero no nos equivoquemos, lo que se ve por fuera en muchos casos no representa lo que puede ser por dentro. Como cualquier otra máquina, puede funcionar mejor o peor. Y su buen funcionamiento estará supeditado a los cuidados que le demos desde los primeros momentos de vida, incluso estando todavía en formación. En el cuerpo humano todas las cosas están conectadas, y desde luego es un gran error enfocar la calidad de vida desde un sólo aspecto. La alimentación no puede y no debe funcionar sin la actividad física, al mismo paso que el ejercicio físico sin la alimentación equilibrada no servirá de mucho para lograr una buena salud. En el caso de los niños, los padres tienen claro que sus hijos deben alimentarse, pero por lo visto hay algunos padres que no tienen muy claro qué clase de alimentación es la más adecuada para sus pequeños. Basta ver los índices de obesidad infantil. En los días de hoy España supera a los Estados Unidos con un 19% de niños obesos, frente a un 16% en Estados Unidos. Los riesgos de la obesidad, tanto infantil como en adultos, son la hipertensión, el infarto, la diabetes, pero desafortunadamente las personas que padecen esta enfermedad, o los padres que tienen hijos con obesidad, piensan que no es tan serio y que cosas como estas nunca les ocurrirán ni a ellos ni a sus hijos. De otra parte, los gobiernos dicen que están preocupados con la salud y los resultados académicos de los niños y jóvenes, pero podemos ver en todas partes y en varios países del mundo, incluyendo España, la falta de respeto y de sentido común con en la área de Educación Física. Se eliminan horas de clases de educación física y de gimnasia enalteciendo otras áreas como matemáticas, lenguas, etc., que no son menos importantes, tampoco las más.

Seguir pensando así es un gran error.
 
Debemos fomentar desde las primeras edades la costumbre de practicar actividad física, pues la inactividad y el sedentarismo siempre caminan muy próximas al sobrepeso, la obesidad, y a todas las enfermedades resultantes. Es fundamental que los padres estén muy atentos a sus hijos y que, a la vez que les facilitan buenos ejemplos nutricionales y de vida,  les estimulen a practicar ejercicio físico. La práctica de actividad física es muy importante pues, cuando entrenamos, se pone en marcha una proteína llamada AMPK. Una de sus actividades es auxiliar el consumo de azúcar y de oxígeno en los músculos. En la falta de esos genes, los niveles de mitocondrias (la central energética de las células) bajarán, y ello ocasionará una mayor dificultad de absorción de glucosa por parte de los músculos en el momento del ejercicio físico. Al practicar actividad física con regularidad, los niveles de mitocondria en los músculos aumentan de manera muy significativa, pero ante la falta de ejercicio, estos niveles se reducen de forma alarmante.     
Los que piensan que la práctica de ejercicio físico es una pérdida de tiempo están muy equivocados, al igual que equivocados están los que creen que el ejercicio físico sirve únicamente para propósitos estéticos y para hacer que luzcamos una buena figura, cosa que también hace. Hay una gran cantidad de evidencias científicas que prueban que los niños que hacen más educación física tienen mejores resultados académicos.

Al aprender algo nuevo, como por ejemplo un movimiento, un ejercicio, o una coreografía, se produce una modificación bioquímica en el cerebro que es esencial para la producción de cambios en la conectividad de las neuronas. Y es en esa conectividad donde está la respuesta para el aprendizaje. Ese es el motivo por el cual nunca debemos dejar de aprender. Y en el caso de los niños, siempre deben recibir nuevos y diferentes estímulos, además de muy buenos ejemplos pues, sobretodo en estas edades, están tremendamente ansiosos por aprender, y en su caso, la manera más fácil de hacerlo es observando y copiando. En los seres humanos este tipo de mecanismos de espejo se cree que participan directamente en la comprensión de las conductas de los demás, intervienen en el aprendizaje por imitación y en el procesamiento del lenguaje. La capacidad de imitar es la base de la cultura humana y de la transmisión del conocimiento, por lo que constituye un importante recurso educativo. En eso se basa la educación moderna (o por lo menos debería basarse): que el alumno no sea un mero espectador, sino que participe activamente en su propio aprendizaje, sea en casa o en la escuela. Es la activación de las neuronas espejo.
En todo ese proceso de aprendizaje también es fundamental destacar que en una clase de educación física, o al empezar la práctica del ejercicio físico, la circulación de la sangre aumenta de velocidad, alterando así el metabolismo. El cerebro va tomando medidas de acuerdo con la subida de presión de sangre en el corazón. Esta situación de estrés es solventada con la liberación de una proteína llamada BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro). El BDNF contiene elementos reparadores y a la vez protectores para las neuronas, sobre todo las encargadas de la memoria, y actúa como una llave de reinicio. [1] Es una respuesta al estrés desde un punto de vista molecular.

¿Tenéis idea de la cantidad de estímulos que una buena clase de Educación Física puede generar en los niños, principalmente en las primeras edades?

No tengo muy claro si los gobernantes de algunos países realmente no son conscientes de la importancia de la educación física impartida en las escuelas desde las primeras edades, por un profesor preparado. La inopia que existe en estos casos me hace dudar entre sí realmente no actúan por ignorancia, o por miedo a que se formen cabezas pensantes y con muy buena salud además.
En el proceso de cognición, la parte del cerebro que utilizamos para aprender matemáticas, física o química, es la misma que utilizamos para aprender movimientos y para el desarrollo de la coordinación motora y la psicomotricidad. Se llama Corteza Cerebral  y tiene el 85% del peso del cerebro. En sociedades donde la educación está en los primeros puestos del mundo, las clases de Educación Física y las actividades prácticas y al aire libre tienen una importante relevancia desde las primeras edades. De otra parte, la práctica de actividad física estimula en los niños, y en todas las personas, la liberación de una gran cantidad de sustancias que sirven para bloquear el estrés, al mismo tiempo que les proporciona tranquilidad, alegría y bienestar. Un niño tranquilo y libre de estrés estudia mejor y aprende con mayor facilidad. El ejercicio físico es un gran estimulante para la prevención, mejoría de la salud, y en algunos casos para la recuperación de la misma. El aumento de la producción de las endorfinas ocasionada por la práctica de la actividad física nos produce mayor sensación de placer y bienestar facilitando así el control del estrés. También nos proporciona una subida importante de autoestima haciendo que la persona en cuestión se sienta genial. En el caso de los niños, esto es fundamental, tanto para el aprendizaje como para las relaciones sociales.
Los receptores sobre los que la adrenalina actúa son más sensibles a las moléculas debido a la actividad física; en otras palabras, con el ejercicio físico tendremos una  mejoría de la condición física del individuo, pero con un importante descenso de los niveles de adrenalina. Esto será  beneficioso para la disminución del estrés y también para reducir los factores de riesgo como la hipertensión arterial. La actividad física juega un papel fundamental en el rol de las enfermedades, puesto que es capaz de estimular el cerebro de manera que se haga posible el cambio de la naturaleza de las células, sobre todo por vía del gran flujo de oxígeno que pasa a circular por las arterias con la práctica del ejercicio físico. Eso promueve un ambiente totalmente alcalino en el organismo, haciendo mucho más difícil la propagación de muchas enfermedades y facilitando la recuperación de muchas otras.

Los niños que tienen clases de Educación Física desde las primeras edades, tienen una menor probabilidad de ponerse enfermos ya que el ejercicio físico inhibe la liberación de la ACTH (hormona del estrés), como se ha dicho anteriormente. Al contrario de lo que muchos padres piensan, los niños también pueden sufrir estrés no importando su edad, siendo que muchas veces los niveles pueden ser muy respetables. El estrés inhibe el sistema inmune y ocasiona la bajada de las defensas de la persona que lo sufre, aumentando de una manera desmesurada la posibilidad de tener enfermedades, y si se da el caso de que el niño en cuestión padezca sobrepeso u obesidad, las cosas pueden complicarse aún más. Los médicos recomendamos la práctica de actividad física de manera preventiva a todas las personas, y en los días de hoy, varias investigaciones han comprobado que podemos tratar algunas enfermedades por medio del ejercicio físico y de la alimentación equilibrada. Es de sentido común pensar que si hacemos ejercicio físico desde las primeras edades, fomentaremos una vida más equilibrada, con una gran posibilidad de que ésta esté libre de problemas de salud, tanto en la infancia, como en adolescencia o en las edades adultas.

Como médico, científico, y profesor de educación física, acabo de dar algunas POCAS RAZONES que pueden probar la importancia de la educación física en las primeras edades; y por las “poquísimas” razones que acabo de exponer, me resulta patético escuchar o leer a personas decir que la educación física en la primaria no sirve para nada. Me gustaría que me dieran algunas razones fidedignas, que aporten datos reales de parte de algún gobernante o político que pudiera probarme la lógica de la reducción de horas lectivas de educación física en los currículos escolares, o evidencias de que la educación física no es importante en primaria, o la explicación de afirmaciones que dicen que personas sin la debida formación pueden impartir clases a alumnos de  entre 3 a 5 años, o que cualquier persona pueda dar clases de actividad física y de deportes, aunque no tenga la debida preparación.
En mi vida siempre llevé conmigo una teoría, que es mi manera de pensar en todo lo que hago y que siempre será así:

“Si te propones hacer algo, que sea bien hecho; de no ser así, mejor no hacerlo”.

Ésta sería una estupenda máxima si nos referimos a algunos políticos, o mismo a la educación de un niño.




[1]El blog del Dr.Sergio Simphronio LOS CAMBIOS QUÍMICOS DEL CEREBRO EN EL EJERCICIO FÍSICO Y EL HIPOTIROIDISMO








jueves, 13 de febrero de 2014

LA EFECTIVIDAD DEL EJERCICIO FÍSICO EN EL TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES

Una de las grandes preocupaciones que tenemos los médicos es la utilización indebida de fármacos por parte de las personas que se automedican. Es un hecho que ocurre habitualmente y que parte de la sociedad ve como algo normal. Se da el caso de que un médico receta un  determinado fármaco para una situación concreta, y cuando se repite dicha situación, ya sea con la persona en cuestión o bien con algún familiar, infelizmente la automedicación es la primera opción que se contempla antes que la de consultar de nuevo al profesional sanitario. La cultura de los fármacos está muy arraigada en una gran cantidad de lugares, sobretodo en los países denominados de primer mundo. Esto es un tremendo contrasentido, puesto que los fármacos no son alimentos y deben ser tomados con mucho cuidado y conocimiento.
Más de una vez he escuchado expresiones como:”he tomado una aspirina para no sentir dolor en la clase de gimnasia”, o “cuando llegue a casa tomaré un antiinflamatorio para que mis músculos no me duelan.” La carencia de sentido común afecta a mucha gente. Las situaciones donde los fármacos deben ser utilizados de manera preventiva han de ser muy puntuales, además de que son los médicos los que tenemos que prescribir la necesidad de los mismos. De no ser así, la utilización de los fármacos de forma preventiva e/o indebida sólo propiciará problemas, muchos más de los que provocaría la propia enfermedad prevenida. Es importante recordar o informar que ninguna parte de nuestro cuerpo  trabaja de manera aislada, todo está relacionado. En presencia de alguna enfermedad, al tomar un fármaco, éste no actúa solamente en la zona donde se le requiere, sino que también interviene en  otras partes que están sanas y que no tienen nada que ver con la afectada en la anomalía fisiológica: es lo que llamamos efecto secundario.

En el caso de que uno tome una pastilla sin la necesidad de la ingesta de dicho fármaco, éste actuará de manera muy perjudicial en el organismo. Es importante recordar que los fármacos son drogas que tienen como objetivo ayudar a solventar situaciones que nuestro sistema inmunitario no consigue solucionar de una manera natural, en la mayor parte de los casos debido  a factores externos; pero antes de recurrir a los fármacos, existen otras alternativas que no son químicas y que,  en ausencia de un desequilibrio  fisiológico  más importante, pueden ser una opción bastante más interesante e inteligente.

Practicar ejercicio físico.

Desafortunadamente  hay mucha desinformación acerca de los beneficios de la práctica de la actividad física dentro de las enfermedades. Al contrario de lo que la mayor parte de las personas piensan, practicar actividad física es muy positivo dentro de un proceso de tratamiento y de recuperación de una enfermedad. Si nos enfocamos al tratamiento del cáncer,  por ejemplo. Cada día cientos de billones de células mueren y otros cientos de billones se producen y se reproducen. En medio de un tratamiento de quimioterapia, el pelo cae y es natural que ocurran problemas en la digestión debido a que el sistema digestivo normalmente renueva sus células cada 3 días y a que ese proceso es interrumpido en los casos de tratamiento de quimioterapia a causa de su agresividad. Dicha interrupción  seguirá ocurriendo hasta que la persona en cuestión se recupere. De otra parte, ante una enfermedad importante, las personas se preocupan y, en muchos casos, se estresan, desarrollan ansiedad, se entristecen, se deprimen, y todos estos síntomas que pueden o no haber sido consecuencia de la enfermedad sufrida, son muy perjudiciales, pues además de también  ser considerados enfermedad, facilitan un retraso en el proceso de recuperación en el tratamiento de la enfermedad principal que supuestamente habrá generado los desarreglos. Es importante recordar que el estrés inhibe el sistema inmunológico y hace que todo el proceso de renovación celular se bloquee. Por este motivo, el tratamiento químico de una enfermedad por medio de fármacos no se completa totalmente si concurren además  estrés, ansiedad o depresión.

En el caso del cáncer, como de cualquier otra enfermedad, la actividad física es de suma importancia no sólo para mantener o fomentar un buen estado físico, sino que es fundamental, puesto que proporciona una importante entrada de oxígeno al organismo facilitando un ambiente alcalino. Las células sanas necesitan un  entorno alcalino para vivir, al tiempo que las células malas precisan un ambiente ácido. Las células cancerígenas necesitan  acidez para vivir, y estando en un ambiente alcalino con la presencia de oxígeno mueren. Para conseguir una situación alcalina en el organismo es fundamental practicar ejercicio físico,  de preferencia aeróbico, y mantener una alimentación sana con predominancia de alimentos antioxidantes, y no ingerir los alimentos que puedan fomentar una situación de acidez en el organismo. Esta máxima no debe de ser aplicada sólo en los casos de cáncer.
Tanto en casos de tratamiento de las más distintas enfermedades como en los de recuperación de las mismas, es interesante intentar mantener una disciplina de actividad física, mismo que la resistencia física esté bajo mínimos, pues fomentar la entrada de oxígeno al organismo es de extremada  importancia para la recuperación de la salud, máxime si el tratamiento está basado en los fármacos.
Existen aspectos que son muy relevantes, principalmente cuando fomentamos cambios metabólicos importantes como por ejemplo los que ocurren cuando  practicamos  ejercicio físico. El ejercicio físico es un antioxidante natural al igual que el sueño (dormir).  Tal es la importancia de ambos, que son capaces de reponer el ADN celular, mejorar el sistema inmunológico y producir una notable  mejoría en nuestra salud. Los antioxidantes  son como “recogedores de basura” que se encargan de eliminar los radicales libres de nuestro organismo. Al mismo tiempo, también existen los antioxidantes exógenos,  que podemos encontrar en algunos alimentos que ingerimos. En las verduras y frutas se denominan “Fitoquímicos”.(1) También es importante recordar que una vez que el organismo metaboliza un determinado fármaco, al igual que los alimentos, el cuerpo utiliza lo que necesita, y aquello que no precisa lo descarta, que muchas veces son grandes cantidades de sustancias químicas, y  esas sustancias pasan a ser algo dañino para nuestra salud (efecto secundario). Éste es otro de los motivos por los cuales se debe practicar ejercicio físico durante  el tratamiento de enfermedades, aunque exista la necesidad de medicación. Por los motivos anteriormente citados, la actividad física servirá como antioxidante acelerando el metabolismo y ayudando a eliminar el fármaco excedente, además de fomentar un ambiente alcalino en el  organismo, de estimular la liberación de oxitocina, serotonina, de dopamina, inhibirá la liberación de la ACTH( hormona del estrés), y eliminará cualquier posibilidad de  que la persona se deprima debido a la enfermedad. El ejercicio físico actúa directamente en las células evitando “que se pongan enfermas”. En estos casos, si se añade una buena ingesta de agua y una dieta adaptada a la enfermedad que se padece proporcionada por los profesionales sanitarios, la recuperación será mucho  más rápida. Muchos hospitales en el mundo ya están implantando la actividad física como terapia. Uno de los pioneros fue el Instituto Curie de Paris, que en el tratamiento del cáncer de mama aplica programas de clases de step a sus pacientes post tratamiento de cáncer con el objetivo de evitar recaídas en la enfermedad, y los resultados están siendo geniales.  
De igual manera, es fundamental que seamos conscientes de que algunos alimentos también son muy dañinos para nuestra salud; pero al igual que ocurre con el alcohol, el tabaco y las demás drogas, y aun siendo conscientes de ello, muchas personas  sucumben a la adicción a dichos alimentos. Es el caso de la “comida rápida”, las frituras, los dulces, los refrescos, el azúcar, la sal, el café, etc. Todos estos alimentos y algunos otros, además de fomentar la aparición  de muchas enfermedades, propician un ambiente muy ácido en el organismo.
 
Las células cancerígenas son anaeróbicas y no pueden sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno, pero sí sobreviven en ausencia de éste y ante la presencia de glucosa. (2)

Quiero centrarme en el azúcar.

El azúcar no tiene ningún valor nutricional y se la considera claramente nociva para la salud. Es un veneno para el metabolismo, además de ser altamente adictivo. En el siglo XIX, el consumo de azúcar en Estados Unidos  era en torno de 4,5 kg. por año y por persona. En esa misma época casi no se consumía  harina y no existían las comodidades que hoy existen, así que de una manera general, las personas se movían mucho más que en los días de hoy. En  2009 en este mismo país, las personas consumían una media de 64kg. de azúcar por año y persona. Además en los días de hoy existe un importante consumo de refrescos, y se incrementó el consumo de harina y de sus productos derivados de una manera desmesurada, al mismo tiempo que la vida moderna ha proporcionado estrés y mayor sedentarismo. Hoy en día existe un consumo desmesurado de azúcar, grasas,  harinas refinadas y sal, y ese descontrol, unido a la falta de ejercicio físico está ocasionando una enorme proporción de enfermedades (diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, estrés, etc.), que además en su gran mayoría, son tratadas con fármacos químicos. Los pacientes siguen siendo sedentarios y, aunque sea en  cantidades más reducidas, siguen consumiendo los alimentos que contribuyeron en parte a la aparición de la enfermedad.

Estos pacientes, si realmente quieren curarse, deben cambiar radicalmente su estilo de vida.

La actividad física es fundamental para la prevención de enfermedades y espectacularmente eficiente en el tratamiento de las mismas debido a que facilita reacciones metabólicas que los fármacos no consiguen desencadenar en  el organismo, además de que no tiene efectos secundarios ya que estamos hechos para movernos; sin embargo, los fármacos químicos sí que provocan efectos secundarios en el organismo.

Hay muchos casos en los que los fármacos son necesarios, pero hay muchos otros en los que no.

En el caso de las enfermedades cardiacas, las causas más importantes de su surgimiento son la inflamación,  el estrés oxidativo y la disfunción autoinmune de las arterias, y éstos componen los desequilibrios fisiológicos más relevantes en la presencia de dicha enfermedad. El colesterol, al contrario de lo que  mucha gente piensa, no es un indicador importante para casos como éstos, pero sigue siendo un desequilibrio  que merece toda atención. Un 60% de los pacientes con problemas importantes de corazón tienen niveles de colesterol normales. Desde luego, tanto en los casos de colesterol como en los de problemas cardiacos, la actividad física y la alimentación equilibrada son esenciales, tanto en la prevención como en el tratamiento.

¡La fórmula perfecta de vida es cuidarse con inteligencia!



(1) El Blog del Dr. Sergio Simphronio. La actividad física y el estrés oxidativo
(2) El Blog del Dr. Sergio Simphronio. Tratamiento de enfermedades por medio del ejercicio físico
(3) Nashville Hypertension Institute