“Vale más prevenir que curar”. Galeno
En los días de
hoy es muy fácil fomentar un ambiente ácido en el organismo: el consumo
desmesurado de azúcar, de refrescos, de sal, de carne, de harinas refinadas,
etc.; acompañando todo eso, la falta de una limpieza de “nuestros filtros” y,
para rematar, el sedentarismo. Con una dieta inadecuada, unida al consumo de alcohol y al tabaquismo (aunque
sea de manera social), se fomentará un
ambiente increíblemente ácido en el organismo con una gran aceleración de su
deterioro. Las células se volverán ácidas y, si además somos sedentarios, dejaremos
las puertas abiertas a la posibilidad de tener alguna enfermedad importante. Nuestro sistema nervioso central (SNC) da las órdenes
a las células y éstas las ejecutan. Todo lo que ocurre con nuestra salud depende de nuestras células,
pero es fundamental tener claro que para que las células estén sanas deben
vivir en un ambiente totalmente
alcalino, libre de acidez. Es importante saber que el colesterol es la grasa
degradada por las células, así como el ácido úrico es el radical libre de las
proteínas. Estos radicales libres son desechados por las propias células, pero
ellas no pueden vivir en contacto con sus propios residuos. Si dejas de
cepillarte los dientes durante 10 años,
puede que te quedes sin dientes, pues
estos se pudrirán en tu boca; lo mismo pasa con las células de nuestro cuerpo
si no las cuidamos. En la enfermedad del cáncer, como en muchas otras, es lo
que suele pasar en la mayor parte de los casos. Así, cuanto mayor es la
acidosis en nuestro organismo, mayor será la posibilidad de tener células
enfermas y, en consecuencia, enfermedades. Si viviéramos en contacto constante con nuestros excrementos,
nos ducháramos en la bañera con ellos, durmiéramos con nuestros desechos,
seguramente nos moriríamos en un corto espacio de tiempo. Pues no será
diferente con nuestras células. En nuestras acciones del día, fomentamos una
gran cantidad de desechos que se quedan en nuestro organismo hasta ser
eliminados. En muchos casos estos radicales libres tardarán mucho en eliminarse
debido a las malas praxis: dietas inadecuadas, adicción a las
drogas, tabaco, alcohol, la utilización excesiva de fármacos, el sedentarismo,
las enfermedades, etc. Frente a esa situación, las células intentan defenderse
de varias maneras antes de ponerse enfermas. Una de esas maneras es la acidosis
metabólica. Las células retienen agua con el fin de solventar la situación
ácida dentro de su entorno, y eso ocasiona una subida importante en el peso
corporal al mismo tiempo que en el volumen de la persona en cuestión (retención
de líquidos). En presencia de
situaciones como estas, la actividad física gana una especial relevancia puesto
que, al mismo tiempo que produce una importante alteración en la situación de acidosis
vivida por las células, alteración promovida por la ingente entrada de oxígeno
en el organismo, es capaz de controlar la retención de líquidos producida por
las células como respuesta a dicha situación ácida. Hemos de recordar que son
los pulmones y los riñones los que regulan el estado ácido/básico del cuerpo.
La supervivencia
de las células:
Nuestras
células deben vivir en un ambiente limpio, libre de desechos; de no ser así, su
ADN cambiará para garantizar su propia supervivencia, pues de lo contrario, no
conseguirían sobrevivir en un medio ácido. Las células sanas son alcalinas,
tienen potasio en su interior y sodio en su exterior, mientras que las células malas tienen mucho sodio en su
interior. Esto es lo que facilita su supervivencia en un medio compuesto por acidosis,
ya que en nuestro organismo tenemos un 9,4% de sodio en un 70% de medio
líquido. Muchos pacientes de cáncer, estando o no en tratamiento, siguen con
una excesiva ingesta de sal,
de azúcar, de grasas, y en muchos casos, más de los que se imagina, siguen
fumando. Es fundamental que los
pacientes de cáncer que se encuentran en tratamiento de quimioterapia,
radioterapia, o mismo los que han sido intervenidos quirúrgicamente, sigan una dieta especial y adecuada, durante y después
del tratamiento. En estos casos, la mejor dieta es la vegetariana.
Si echamos
ácido en algún objeto, éste se corroerá. Con la acidosis ocurre lo mismo, pero
dentro del organismo. La acidosis puede ocasionar la muerte de tejidos celulares: lo que
llamamos fibrosis. Los ácidos pueden ocasionar fibrosis hepática, pulmonar,
renal, y todo ello puede pasar si no cuidamos de nuestros filtros. Un cáncer es la reunión de células enfermas
que se localizan en alguna parte del cuerpo pudiendo dividirse.
Las células enferman debido a la acidez, y si no hay acidez, no hay cáncer. En un coche, de tiempo en tiempo,
cambiamos el filtro y revisamos su mantenimiento para que no tengamos
problemas. Deberíamos hacer lo mismo con nuestro cuerpo; pero no podemos
cambiar nuestros filtros, así que lo único que nos queda es cuidar de
ellos. Una persona en reposo mueve 7200 litros de sangre por día. Nuestros filtros
son: el pulmón, el hígado, el riñón. Por cada uno de estos filtros pasarán al día 7200 litros de sangre
estando en reposo.
¿Tienes remota idea de cuántos miles de litros de sangre ya han
pasado por tus filtros?
Hemos de
recordar que nuestros órganos funcionan 24 horas al día desde que nacemos hasta
que morimos, y es de suma importancia
cuidar de ellos. De una manera general, las personas deben cuidarse mejor,
pero es importante tener claro que el
término “cuidarse” no debe referirse sólo a las malas costumbres y al
sedentarismo, sino también a la forma de cómo nos cuidamos por dentro. La
acidosis es un gran problema, y si la tenemos en cuenta y la evitamos podremos
evitar muchas enfermedades, incluyendo el cáncer.
Añadir a nuestra dieta las ensaladas, las
frutas, el té (sobre todo el verde) y las infusiones de tomillo, es una opción
muy interesante, pues éstos son depuradores y auxilian a nuestros filtros en la
tarea de limpieza y eliminación de los radicales libres. Y si añadimos el ejercicio físico dentro de este
contexto, daremos una gran calidad a nuestra salud, mas éste debe ser realizado
siempre de manera equilibrada. En lo que versa respeto a la alimentación, hay
que respectar los gustos y preferencias de cada persona; así que, independiente
de la dieta que uno tenga, por lo menos una vez o dos por semana, sería
interesante una dieta depurativa libre de carnes, y con mucha ensalada, té,
frutas, etc. Los antioxidantes son como
“recogedores de basura” que se encargan de eliminar los radicales libres de
nuestro organismo. Al mismo tiempo, también existen los antioxidantes
exógenos, que podemos encontrar en algunos
alimentos que ingerimos. En las verduras y frutas se denominan “Fitoquímicos”.
Es fundamental
educar a las personas sobre la mejor manera de cuidar de su salud. Se enseña a
los niños que hay que comer para crecer, y que hay que hacer ejercicio físico
para estar fuertes. En ningún momento se plantea decirles que hay que comer sano y en cantidades correctas
para tener una buena salud y practicar
ejercicio físico para tener una buena calidad de vida. Es importante educar a
los niños y reeducar a los adultos, al mismo tiempo que es fundamental educar a
los músculos. Los músculos “educados” también nos proporcionan una mejor
estimulación de la AMPK (hormona que motiva la quema de glucosa). Al hacer
ejercicio físico, los niveles de mitocondrias en los músculos suben de manera
significativa; al contrario, ante la falta de actividad física, la
concentración de ese gen se reduce, dejándonos cada vez más perezosos y en baja
forma. La enzima AMPK es la que controla dicha producción. Ésta se activa con
el incremento de la unión de la AMP- ATP, que es la energía que las células
necesitan para vivir. Éste es uno de los motivos por lo que se debe recomendar la
práctica de ejercicio físico a todas las personas. Más que para mantener la
forma y la línea, el ejercicio físico es fundamental, pues permite que las
células desarrollen su trabajo con mayor facilidad evitando que se pongan
enfermas. Al educar nuestros músculos,
mejoraremos nuestra coordinación motora, y ese hecho es muy relevante, pues
facilitará un importante incremento de las sinapsis cerebrales y, en
consecuencia, un aumento de la inteligencia, no importando la edad, cosa que
también será positivo para las células. La educación muscular se consigue con
la práctica regular de actividad física. Dicha práctica tiene una gran
relevancia en la consecución de la salud, pues hace que seamos capaces de
aprovechar mejor el oxígeno, elimina mejor las sustancias nocivas (elimina el
colesterol, por ejemplo), mejora el intercambio gaseoso, ahora energía y produce
menos sustancias de desecho, etc.; pero también debemos tener mucho
cuidado con la manera en la que se lleva a cabo la practica del ejercicio
físico, pues dicha práctica, cuando es realizada en exceso y de manera
desmesurada o desequilibrada, puede generar muchos problemas, y entre ellos uno de los más importantes es el
estrés oxidativo.
El ejercicio
físico origina naturalmente y de manera importante los radicales libres de
oxígeno que colaboran en la acción del
daño a distintas moléculas en el organismo.
En los alimentos existen numerosos compuestos orgánicos y químicos.
Debido al metabolismo, nuestro organismo realiza procesos de oxidación donde el
combustible, que es la glucosa (azúcares), es oxidado con moléculas de oxígeno
que resulta en la liberación de energía y desechos denominados radicales libres
(1). Estos radicales libres pueden
producir destrucción tanto a nivel
intracelular en el ADN, como a nivel
sistemático, arterial, cerebral, etc. Para solventar esa situación el
organismo tiene varios procedimientos
para estimular su defensa, entre ellos, los sistemas antioxidantes no
enzimáticos (la vitamina E y la vitamina C). El problema ocurre cuando la
producción de radicales libres supera la
capacidad del organismo en antioxidar, generando con ello un desequilibrio que tiene como
resultado el estrés oxidativo y, en
consecuencia, el daño celular.
La combinación
de una dieta alcalina equilibrada junto con la práctica de actividad física regular,
adecuada y moderada, es capaz de reducir el ácido carbónico en los pulmones, el
ácido graso en el hígado y el ácido úrico en los riñones, proporcionando así
una limpieza de nuestros filtros, protegiendo el organismo y previniendo las
enfermedades, al mismo tiempo que facilita un ambiente alcalino a las células. Las
enfermedades, en su mayor parte, provienen de un largo proceso de degradación
en el estilo de vida, y como consecuencia en el organismo, empeorando así la
calidad de vida de las personas que las padecen. Desafortunadamente, seguimos
viendo a las enfermedades desde un enfoque muy reducido, y la mayor parte de las veces, desde sólo un
punto de vista, el de curar. No
obstante, existen varios caminos que nos dan ventaja en ese combate entre la
salud y la enfermedad. Algunos de ellos, y de los más efectivos, con la
educación y la prevención. La unión de una vida activa junto con una alimentación
equilibrada, nos proporciona todos los elementos para que tengamos una buena
salud. En presencia de alguna enfermedad, esa receta puede fusionarse con los
tratamientos prescritos por los facultativos, haciendo que la recuperación de
la misma se haga de una manera bastante más rápida.
(1) El blog del Dr.Sergio Simphronio – LA
ACTIVIDAD FÍSICA Y EL ESTRÉS OXIDATIVO
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