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martes, 9 de octubre de 2012

EL CUIDADO DE NUESTROS HUESOS


El esqueleto proporciona soporte para el cuerpo y protege los principales y delicados órganos internos. Los niños al nacer  tienen unos 350 huesos individuales. La mayor parte se van uniendo al crecer. Un adulto normal tiene aproximadamente 206 huesos. El cráneo al principio consta de 26 huesos separados. En los  niños están unidos por membranas cartilaginosas y flexibles llamadas fontanelas. Estas membranas se van osificando, formando las suturas rígidas del cráneo adulto. Los huesos del cráneo proporcionan una protección sólida para el cerebro y otros órganos sensitivos. Están conectados con la columna, compuesta por 33 huesos pequeños e irregulares que forman las vértebras. Se puede decir que es el pilar principal del cuerpo. En ella se anclan directa o indirectamente los demás huesos. Cada hueso tiene una forma y tamaño especial, en función del trabajo que tenga que realizar y de su posición.
La columna vertebral fija los doce pares de costillas. La caja torácica formada por las costillas protege los órganos vitales. Son fuertes  pero flexibles para adaptarse a la forma de los pulmones al respirar. Los brazos y sus huesos son una de las más exquisitas obras de ingeniería que se conocen. Las complejas articulaciones de la mano, codo y hombro son dignas de admiración, ya que permiten gran variedad de movimientos, desde el más amplio hasta el más minucioso. Junto con los 26 huesos de la mano, el brazo está preparado para realizar cualquier movimiento y manipulación.
La pelvis está situada en la base de la columna vertebral. Conecta las piernas con el resto del esqueleto. Las piernas son los huesos que soportan el cuerpo. Son mucho más largos y fuertes que los huesos del brazo. El hueso del fémur es el más largo de todo el cuerpo humano. Cada pie está compuesto por 26 huesos. Éstos permiten una amplia gama de movimientos flexibles, a la vez que pueden resistir un peso increíble sobre ellos. La planta del pie de un adulto soporta unos 42 kg. por cm. cuadrado en cada zancada. Erguido, el peso se distribuye uniformemente a lo largo del pie. La mitad del peso se envía al calcáneo, en el talón, y la otra mitad va a los huesos del tarso, que forman el arco del pie. Los huesos están perfectamente diseñados para su trabajo.
Una vez  hechas las presentaciones, es fundamental que sepamos hacer uso de la medicina preventiva para que no sucumbamos a caer en manos de las destructivas enfermedades óseas. Por este motivo es interesante que tengamos en cuenta la importancia de algunos factores. 
Actividad Física: Está comprobado que la práctica de ejercicio físico durante la juventud favorece el aumento de la masa ósea. Con ello se consigue que al  alcanzar las edades adultas, el hueso nunca se quede debilitado hasta el extremo de llegar a la osteoporosis, aunque exista una disminución natural de la densidad de la masa ósea. De otra parte es fundamental resaltar que la práctica de ejercicio físico en todas las edades es igual de importante, sobre todo los ejercicios de carrera, las flexiones, las pesas, los ejercicios en los que exista un soporte del peso del cuerpo. Mantener una buena postura puede llevarnos a combatir una de las enfermedades más habituales de los tiempos modernos y que además produce el mayor número de bajas laborales: el dolor de espalda. Los hábitos cotidianos tienen mucho que ver con la elevada tasa de esta patología. El desarrollo de actividades que eviten o minimicen el deterioro de nuestro aparato locomotor es fundamental.
Drogas: El tabaquismo: Es sabido que fumar es un factor de riesgo conocido como desencadenante de la osteoporosis. No sólo perjudica la formación ósea, sino favorece la producción de ciertas proteínas  que intervienen en la perdida de la densidad ósea.
Dieta: En lo referente a la alimentación, el alcohol también afecta  al equilibrio de la hormona paratiroidea, que interviene en la reabsorción del calcio. La cafeína aumenta la perdida de calcio en la orina a través de la función renal, por este motivo no se recomienda tomar demasiado café. El mismo efecto que produce el exceso de cafeína,  también lo produce  el exceso del consumo de sal o de proteínas animales. Consumir calcio es una buena idea. El 99% del calcio que consumimos se almacena en los huesos y, casi en su totalidad, adquirimos este mineral a través de la dieta. Las fuentes más  rápidas de calcio son los lácteos, pero también podemos encontrarlo en las hortalizas de color verde oscuro, las nueces, los cereales, el salmón, y las sardinas (si se comen las espinas, ej., las sardinas en lata). No obstante ninguno de ellos es capaz de sustituir a la leche y sus derivados. Un adulto no debe tomar menos de 1.000 miligramos de calcio al dia. En la adolescencia o después de los 50 años de edad, es recomendable subir la dosis hasta 1.500 miligramos. Hay que tener en cuenta que existen algunos grupos que deben tener unos cuidados especiales como son las mujeres que no reciben tratamiento hormonal tras la menopausia, las madres en periodo de lactancia y las mujeres embarazadas. En estos casos hay que incrementar el aporte de calcio.
Vitamina D: Tomar vitamina D favorece la absorción del calcio. La vitamina D es fundamental para que el mineral de la dieta pase del intestino al resto del organismo, hacia la sangre y, acto seguido, hacia los huesos. La radiación solar favorece la aparición  de vitamina D en la piel de una manera natural. Este es uno de los motivos por el cual se recomienda tomar el sol con moderación.
Densitometría: La densitometria es una técnica de diagnóstico precoz fundamental para que se pueda actuar en la prevención de la osteoporosis. Una patología como ésta podría pasar inadvertida toda la vida, salvo que exista una fractura para delatarla.
 Fármacos: Es fundamental mantener ciertos cuidados con algunos fármacos debido a su efecto secundario que pueden afectar al esqueleto. Uno de los más conocidos son los corticoides que se utilizan para reducir el efecto de las inflamaciones, algunas anomalías inmunitarias y las reacciones alérgicas. El uso excesivo de los corticoides (cortisona) puede  ocasionar algunas alteraciones óseas como la osteonecrosis aséptica (muerte de las células ósea por falta de riego sanguíneo), aunque el efecto secundario más común derivado de este fármaco es la osteoporosis. Si un enfermo está obligado a someterse a un largo tratamiento médico con esta sustancia, lo ideal sería subir el aporte de calcio en su dieta mientras dure el tratamiento.
Las personas increíblemente delgadas: La delgadez extrema es un factor que afecta la perdida de densidad ósea, pues las hormonas como la estrona y estradiol relacionan su aparición en proporción al peso corporal.      
Calzado inadecuado: El peso del cuerpo se reparte por todo el pie desde la punta hasta los talones.  Un zapato inadecuado puede ocasionar daños en toda la estructura muscular y esquelética del cuerpo. Con la modificación de la distribución del peso del cuerpo y la utilización de tacones demasiado altos o zapatos  demasiado estrechos, ese daño se producirá con toda la seguridad. Unos tacones de aguja, por ejemplo, pueden ocasionar la deformidad del arco plantar, acorta los músculos gastrocnemios (gemelos) ocasionando  la sobrecarga de los huesos de los dedos de los pies. Las cabezas metatarsianas acaban comprimiéndose y se produce la forma de gancho, arqueada hacia abajo, en los pies de las mujeres que han abusado de los tacones.
Una de las mejores tácticas para evitar la pérdida de la densidad ósea, es fomentar la práctica de la actividad física y del consumo de calcio desde las primeras edades.


martes, 31 de julio de 2012

LA OSTEOPOROSIS


La osteoporosis es una enfermedad  muy frecuente inducida por malos hábitos, que afecta aproximadamente a más de 60 millones de personas en todo el mundo y a la mitad de las mujeres por encima de los 45 años. Aunque esta enfermedad es ocho veces más frecuente en la mujer que en el hombre, es una situación a la que el hombre también debe estar atento.
Para entender los efectos de la osteoporosis se necesitan unos conocimientos básicos sobre los huesos. En el cuerpo humano hay 206 huesos que dan protección y soporte al resto de los tejidos. Los huesos están compuestos por tejido óseo, el cual se compone a su vez de proteínas, minerales y células óseas. Las proteínas forman una trama fibrosa donde se depositan los minerales, fundamentalmente calcio. Los huesos sanos son ricos en calcio, un mineral que contribuye a la densidad y la fuerza del hueso. Como otros tejidos del cuerpo, el hueso está en continuo cambio, formándose, destruyéndose o remodelándose. La masa ósea, o la cantidad de hueso que cada uno tiene, aumenta durante la infancia, la adolescencia, y la juventud. El pico de masa ósea se produce alrededor de los treinta años. La masa ósea es mayor en los hombres que en las mujeres, y mayor en negros que en blancos. Después de los 30, la formación de hueso es menor que la reabsorción y se va perdiendo densidad ósea con los años. Las mujeres postmenopáusicas tienen mayor riesgo de desarrollar osteoporosis por causas hormonales. En la menopausia, los ovarios dejan de funcionar y los niveles de estrógenos disminuyen. Los estrógenos tienen un importante efecto protector en los huesos. Conforme la masa ósea disminuye, los huesos se van debilitando, se vuelven más frágiles y se fracturan fácilmente. En la columna, las vértebras se pueden comprimir, disminuye la talla con el tiempo y la espalda se incurva. Esta situación debilitante se llama osteoporosis. El término significa "hueso poroso". La progresiva pérdida de masa ósea es un acontecimiento normal con la edad. De todas maneras la osteoporosis también puede estar asociada a determinadas enfermedades endocrinas, dietas deficientes en calcio, tratamiento prolongado con corticoides, etc.

El tejido óseo perdido no se sustituye fácilmente, pero mayores pérdidas pueden minimizarse con unas medidas preventivas. Ambos, hombres y mujeres deben asegurarse de que su ingesta de calcio es la adecuada. La cantidad recomendada de calcio para hombres y mujeres entre los 10 y los 25 años, es de 1200 miligramos al día; y de los 25 en adelante es de 800 miligramos al día. Hacer ejercicio también ayuda. Recientes investigaciones indican que un ejercicio regular de pesas, correr o caminar, ayudan a los huesos a captar calcio.
Están surgiendo nuevas medidas preventivas que a largo plazo pueden minimizar el daño de los huesos. Es por lo tanto importante adoptar una dieta sana y realizar ejercicio.
Es fundamental prevenir la osteoporosis y para ello es importante que tengamos en cuenta algunos factores.
Hay algunos elementos de riesgo, que también son conocidos por  las causas descalcificantes que no permiten la correcta asimilación  del calcio en el organismo. Para inhibir la acción de dichos elementos es importante: mantener una buena ingesta de calcio dentro de una dieta equilibrada, ingerir vitamina D, no realizar dietas estrictas, evitar el sedentarismo haciendo ejercicio con  regularidad, no fumar, controlar la ingesta de cafeína, controlar el exceso de sal,  evitar el consumo de alcohol, evitar el consumo exagerado de proteínas, evitar los suplementos de zinc, de ácido oxálico / ácido fítico, evitar el consumo exagerado de fibras, no ingerir alimentos de fibras vegetales en exceso, limitar el consumo de bebidas de cola, evitar los medicamentos que disminuyan la masa ósea.   

Los lácteos descremados y sus derivados son una buena opción  para un aporte adecuado de calcio. Por ser descremado su contenido graso es menor, pero eso no quiere decir que la dosis de calcio disminuya. Los pescados  ( sardinas), los frutos secos, los legumbres, el brócoli, son fuentes importantes de calcio. Los quesos descremados (blancos de untar o los quesos blandos), algunos tipos de ensaladas, etc.   
Para saber si una persona tiene osteoporosis, es fundamental hacer una prueba que se llama densitometría.
La densitometría ósea es la prueba diagnóstica que permite medir la consistencia mineral del hueso, en otras palabras, su contenido en calcio por medios de rayos X, ultra sonido o isótopos radiactivos. Es la primera herramienta de diagnóstico que se utiliza en la osteoporosis. De esta manera se puede determinar el riesgo de sufrir fracturas óseas. Esta prueba puede servir para valorar la salud ósea, para controlar la pérdida ósea o la respuesta al tratamiento que se aplica. Sirve también para detectar la enfermedad en su etapa más precoz y establecer un tratamiento preventivo.
Las poblaciones más propensas para  la realización de la densitometría son : mujeres postmenopáusicas candidatas a un tratamiento hormonal sustitutivo, los casos de sospecha de una fractura o aplastamiento de vértebra diagnosticado en una radiografía normal, los tratamientos prolongados con corticoides, hiperparatiroidismo primario asintomático(1), los casos de seguimiento de la evolución de  esa enfermedad dentro de un tratamiento.
Dentro de los grupos de riesgo están las mujeres de más de 65 años, premenopausicas con deficiencia estrogénica, las mujeres que tengan menopausia precoz, menopáusicas con un factor de riesgo para la osteoporosis, y las fumadoras. Dentro de las enfermedades que provocan la osteoporosis secundaria están: hiperparatiroidismo primario, hipertiroidismo, enfermedad inflamatoria crónica, malabsorción intestinal y una inmovilización prolongada. 
Es primordial que hombres y mujeres estén atentos a la posibilidad de padecer la osteoporosis, por eso es fundamental que, en el momento pertinente, acudan al especialista para que éste pueda hacer las oportunas pruebas y que se pueda descartar la existencia de esta deficiencia, o para poder tratarla desde sus inicios; de todas formas es fundamental tener en cuenta la prevención de la misma. Una especial atención a la osteoporosis deben de dar las atletas de alto nivel una vez retiradas, debido a las dietas estrictas utilizadas en su deporte y el alto nivel de exigencia en sus entrenamientos. Pero este es un tema para otro artículo...
Al contrario de lo que la mayor parte de las personas piensan, la pérdida de la densidad ósea es un hecho que ocurre por la falta o la poca utilización de los músculos y de los huesos debido al sedentarismo o la poca actividad de los mismos y la mala alimentación con aporte deficiente de calcio. Si hay poca actividad, el hueso necesitará pocas cantidades de calcio. Si uno pasa la mayor parte  del tiempo sentado, los huesos no solicitarán grandes cantidades de calcio, pues no lo utilizará. De otra parte el cuerpo  liberará el exceso de hueso inútil, pues para el trabajo que ejerce no habrá necesidad de tanto volumen para sostener  la  carga axial (peso del cuerpo sobre las piernas). Las personas afectadas por la osteoporosis no necesariamente tendrán debilidad en los dientes, de hecho son pocos los casos en que esto ocurre. Eso se produce debido a la frenética actividad del maxilar en el ejercicio de la alimentación y del habla, los músculos maxilares se mantienen en constante actividad y los dientes están siempre trabajando. La densidad ósea sólo se incrementa en función  de la demanda mecánica y la carga que tiene que aguantar. Por ello es fundamental tener una vida activa, mantener una buena dieta y, sobretodo, practicar actividad física.  La vejez no debería ser un tema que se asocie a la osteoporosis, sino la mala alimentación y principalmente la falta de actividad física o la inactividad. 
En los días de hoy conocemos cada vez más sobre los temas químicos que ocurren en el cuerpo humano, pero muy poco se sabe sobre los temas mecánicos.
    
1. Hiperparatiroidismo primario es una alteración en la glándula que produce hormonas en exceso, aunque exista niveles normales de calcio en la sangre. Es la primera causa de hipercalcemia.