martes, 26 de junio de 2012

LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL ALCOHOL


 Aunque  habitualmente  el alcohol sea  considerado como un producto sedante, actualmente presenta una amplia aparición de efectos contradictorios.  Puede deprimir o estimular, tranquilizar o inquietar.  En medicina, durante mucho tiempo se ha prescrito el alcohol como tónico, calmante o somnífero.  El papel del alcohol en la medicina ha sido reemplazado por los barbitúricos, tranquilizantes y otros productos calmantes e hipnóticos.
El alcohol es un líquido claro e incoloro que se encuentra en bebidas como la cerveza, el vino y los licores. Algunas bebidas contienen más alcohol que otras: la cerveza contiene la menor cantidad, el vino más del doble del contenido de alcohol que la cerveza y los licores contienen hasta ocho veces la cantidad de alcohol de la cerveza.
El alcohol se ha utilizado siempre.  Lo bebían en la antigua Grecia  y Roma, y en la Edad Media. Cuando los puritanos llegaron a América en 1620, introdujeron la práctica de beber alcohol.  En esos tiempos era muy difícil encontrar agua potable, por lo que todo el mundo bebía alcohol en las comidas.
El alcohol representaba más que una simple bebida, era la forma de celebrar importantes acontecimientos como tener una nueva casa, la fiesta de la cosecha, las bodas y los funerales.  También se utilizaba como medicina para aliviar el dolor, bajar la fiebre o calmar la acidez de estómago.
Durante la década de 1920, en los Estados Unidos se declaró ilegal la producción, venta o importación de alcohol, periodo que se denominó Prohibición o Ley Seca y que duró trece años.  En Estados Unidos está prohibido comprar o consumir alcohol a los menores de 21 años.  En España está prohibida la venta de alcohol a los menores de 18 años.
En la sociedad actual se toman bebidas alcohólicas de forma ocasional y con moderación, aunque provocan algunos efectos no deseables. Presenta una viabilidad de daños físicos y psíquicos, haciéndolo una de las drogas más peligrosas para aquellos que son adictos y para los que coquetean con ella. Se estima que entre el 10 y el 12 por ciento de las personas que beben son alcohólicos o tienen problemas de alcoholismo.
La adicción al alcohol está en segundo lugar, después de la adicción a la nicotina.  Los adictos al alcohol son incapaces de abstenerse de esta droga incluso cuando deciden que quieren e intentan dejar de beber.  La posibilidad inmediata de una recaída es enorme.  También hay que tener en cuenta la cantidad de personas que no son adictas pero que se emborrachan con regularidad. El alcohol es una puerta abierta a la drogadicción, puede causar problemas de alcoholismo e  incluso predisponer al consumo de otras drogas.
Cuando se bebe alcohol éste pasa directamente al estómago, pues no necesita ser digerido.  Del estómago va directamente al intestino y al torrente sanguíneo, que lo transporta por todo el organismo. El responsable de eliminar el alcohol del cuerpo es el hígado, que lo transforma en agua y dióxido de carbono y tarda alrededor de una hora en procesar el alcohol contenido en una sola bebida.  Una persona se emborracha o se intoxica cuando ingiere alcohol más deprisa de lo que el hígado lo procesa.
El alcoholismo es absolutamente destructivo para la mente humana e igualmente para el organismo.  Su abuso puede derivar en daños irreparables en el cerebro y el hígado.  La mayoría de las personas saben que el alcohol provoca dolor de cabeza y vómitos, pero además puede dañar el corazón, el hígado, los riñones, el cerebro y el estómago.  Puede provocar pérdida de memoria y algunos tipos de cáncer.  Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, éste pasa al feto que se está desarrollando.  Esto deriva con frecuencia en problemas mentales o físicos del niño.
Uno de los peores problemas del alcohol es la tolerancia.  La falta de alcohol en los alcohólicos les provoca un estado enfermizo: dolores de cabeza, nauseas, nerviosismo, confusión.  Es muy difícil vencer este estado y una vez que se ha dejado de beber alcohol se les considera recuperados para siempre.
El alcohol es un factor significativo del síndrome "apalear a los niños o a la esposa".  En muchos de los casos en  que alguien es fuertemente golpeado y necesita hospitalización o incluso se muere, un borracho está involucrado. También es muy alta la relación que existe entre el alcohol y el número de suicidios.
En el caso de los atletas o de las personas que practican actividad física, el alcohol  también  puede tener  efectos extremadamente negativos. En pequeñas cantidades puede ocasionar la rigidez de las fibras musculares haciendo que el músculo pierda fuerza. El alcohol puede reducir  la resistencia, la capacidad aeróbica, la fuerza, la recuperación cardiorrespiratoria, la metabolización de la grasa, y el crecimiento muscular. Tiene un efecto muy dañino para el  sistema nervioso y el cerebro. El deterioro del sistema nervioso central será inevitable en el caso de que su consumo persista por mucho tiempo. A corto plazo también puede afectar el sistema neuromuscular y en consecuencia ocasionar la pérdida de fuerza. Consumirlo con regularidad puede provocar la pérdida de las contracciones musculares debido a que las células musculares se inflaman y pueden llegar a morir con el uso de esta droga. Con el consumo de alcohol se puede producir  un retraso en la recuperación de los entrenamientos. Tiene efectos muy negativos en el corazón y en la circulación de la sangre. El alcohol reduce la resistencia cardíaca. El alcohol endurece la grasa haciendo que sea más difícil su liberación y en consecuencia bajar de peso: esto ocurre porque con la liberación de  insulina que ocasiona,  aumenta el metabolismo del glucógeno, y ese hecho endurece  la grasa. Puede ocasionar anemia o hasta la deficiencia de vitamina B. Puede causar importantes daños al hígado, pues éste es el gran laboratorio del cuerpo y también se encarga de degradar el alcohol ingerido. Si esa  ingesta es muy abundante, tendrá dificultad en eliminar las toxinas de los demás alimentos, fármacos, etc. Eso le ocasionará un importante  esfuerzo que podrá resultar incluso en la destruición de algunas células.  Puede producir  una mayor retención de líquido debido a que el alcohol es diurético, hecho que hará que el sujeto beba más agua. Durante la actividad diurética  se producen hormonas aumentando así la retención de líquido, y eso hará que los riñones trabajen mucho más.
Si optas por beber, es imprescindible que lo hagas con moderación y nunca cerca de la práctica deportiva, es decir: ni antes ni después. Si es antes, el entrenamiento se verá muy afectado por la falta de equilibrio y de cordura. Si es después, el  cerebro estará demasiado ocupado con la estabilización del organismo y del metabolismo,  así que beber después de entrenar, mismo que sea en pequeñas cantidades,  podrá  traer consecuencias muy dañinas.

0 comentarios :

Publicar un comentario