miércoles, 11 de diciembre de 2013

RETRASAR EL ENVEJECIMIENTO

El paso del tiempo cronológico es un hecho real para todo ser humano, pero uno puede escoger de qué manera quiere envejecer. De otra parte, es posible retrasar el envejecimiento de manera muy significativa, y al mismo tiempo que logramos dicho retraso, ganamos en salud. La actividad física llena el organismo de oxígeno facilitando así un ambiente alcalino, cosa que propiciará la reproducción de células sanas y,  en consecuencia, la disminución de la posibilidad de que se produzcan enfermedades.
Gran parte de los alimentos alcalinos son producidos por la naturaleza. Las proteínas son generadoras de acidez, así que las  frutas  frescas son muy necesarias, pues fomentan el equilibrio. Es importante que evitemos los alimentos procesados, ya que son generadores de acidez en las células, además de ser  capaces de  elevar rápidamente, y de manera muy importante, los niveles de azúcar en sangre pudiendo producir toxicidad.  Es importante tener en cuenta que los limones aparentemente son muy ácidos, pero una vez en el organismo son extremadamente alcalinos, así que la ingesta de un ácido alimenticio no tiene nada que ver con el pH del alimento. De otra parte, hay muchos otros alimentos que antes de su ingesta son aparentemente alcalinos, pero después de haber entrado en el organismo  dejan residuos ácidos. Esto pasa son casi todos los productos de origen animal.
Asimismo, los vicios también son grandes causantes de acidez en las células (tabaco, alcohol, drogas, etc.), junto con estilos de vida estresantes. Es importante recordar que las células alcalinas son las células sanas.  Las células ácidas pueden desarrollar muchas enfermedades, además de acortar el espacio de tiempo para que se produzca el envejecimiento, ocasionando efectos muy negativos para la edad biológica de las células.   
Es posible manipular los telómeros, de la misma manera que es posible cambiar algunas características de nuestro ADN,  a través de buenas costumbres, de una alimentación sana, de la actividad física constante y equilibrada.
Los telómeros son estructuras celulares compuestas por repeticiones de secuencias de ADN que se localizan en las extremidades de los cromosomas,    y que tienen como función proteger a éstos frente a la degradación que ocurre al completarse cada ciclo de duplicación.  Se acortan cada vez que las células se dividen.  Cada año que pasa los cromosomas pierden en  promedio 21 de las unidades que conforman  los telómeros, pero cuando éstos se vuelven extremadamente cortos, la célula que les hospeda pierde la capacidad de dividirse. Llevar una vida físicamente activa tiene efectos positivos muy importantes sobre la edad biológica de las células. La actividad física disminuye  el impacto del estrés oxidativo en las células, lo que nos deja claro que el ejercicio físico protege a las células de la acción de los radicales libres que aceleran el envejecimiento.
Conjuntamente con la actividad física, una alimentación sana y alcalina, y un estilo de vida equilibrado y libre de estrés, beber agua es de fundamental importancia,  puesto que además de facilitar la rehidratación de todo el organismo, incluyendo la piel, es el elemento principal para ayudar a que nos limpiemos por dentro.
El agua es importante para eliminar toxinas, regular  la temperatura del cuerpo, transportar oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo; además,  la sangre está compuesta de un 92% de agua. Los huesos son un 22% de agua y  los músculos  un 75%.
El agua compone la mayoría de las células de nuestro cuerpo, es la parte más grande de nuestro sistema sanguíneo y linfático,  desarrolla una función primordial transportando alimento y oxígeno a las células y  desechando intrusos y desperdicios. Limpia nuestros riñones de substancias tóxicas; balancea nuestros electrolitos  ayudándonos  a controlar la presión sanguínea; humedece nuestros ojos, boca y orificios  nasales;  mantiene el cuerpo fresco cuando hace calor y aislado cuando hace frío;  nos provee de los minerales que  necesitamos  tales como magnesio, cobalto y cobre.

El agua llega por último a la piel. Si el cuerpo no obtiene el agua necesaria, la piel sentirá los efectos más que cualquier otro órgano. Una buena hidratación se encarga de dejar la piel más tersa, más pulida, más suave, más libre de arrugas. (1)
 Al mismo tiempo, en la ausencia de enfermedades,  ha sido comprobado que un buen programa de ejercicio físico unido a una alimentación balanceada y alcalina, una buena ingesta de agua, y la eliminación del estrés en el día a día pueden proporcionar un mínimo de diez años más de vida.  Además, en las edades más avanzadas, una persona que haya mantenido una vida sana y equilibrada a lo largo de toda una vida, podrá disfrutar de una estupenda salud  y estará llena de energía.






1. El blog del Dr.Sergio Simphronio: LA IMPORTANCIA DEL AGUA EN NUESRAS VIDAS.


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