miércoles, 17 de julio de 2013

TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES POR MEDIO DEL EJERCICIO FÍSICO: El CÁNCER

Afortunadamente, la aplicación de la actividad física en la prevención, tratamiento, o mantenimiento de una vida sana post enfermedad está ganando cada día más fuerza dentro de la comunidad científica debido a los resultados positivos de las innúmeras investigaciones que empiezan a salir a la luz. En cuanto a  la enfermedad del cáncer en concreto, estamos conociendo la existencia de algunas otras vías que pueden ayudar a hacer más efectivo el tratamiento. La alimentación sana y equilibrada es uno de los factores fundamentales que están dentro de los cuidados que debemos tener. El deporte y la actividad física son estupendos aliados en el tratamiento de las enfermedades debido a los cambios metabólicos que son capaces de proporcionar. La actividad física tiene la capacidad de ocasionar importantes  mudanzas en  nuestro organismo, llegando incluso a modificar nuestro ADN. Cuando el ejercicio físico se aplica en el tratamiento de algunas enfermedades, es capaz de alterar el comportamiento del organismo de la persona afectada de una manera muy positiva.
No me canso de decirlo: estamos hechos para movernos.
En algunos hospitales se está implantando la actividad física como terapia y los resultados están siendo sorprendentes. En el Instituto Curie de París, uno de los que tiene los más avanzados estudios sobre el tratamiento de cáncer de senos, ya hace algún tiempo que se está aplicando un programa de clases de “step” a sus pacientes post tratamiento de cáncer, con el fin de evitar una recaída en la enfermedad, y los resultados están siendo alentadores.

Las recaídas han disminuido a la mitad. Los efectos que la actividad física puede aportar al organismo son incontables: en concreto, actividades como las clases de “step” pueden favorecer el aumento de  resistencia a la fatiga, la mejora de la capacidad aeróbica y de la autoestima, disminución de la ansiedad,  mejor humor y estado anímico, aumento de la fuerza muscular, etc. Normalmente la quimioterapia deja a los pacientes sin fuerzas y sin ganas, motivo por el cual la práctica del deporte o de actividad física es fundamental, pues son capaces de reactivar el cuerpo, ayudando a combatir las células malignas debido a que, cuando entrenamos, llenamos nuestro cuerpo de oxígeno, y las células cancerígenas  tienen poca resistencia él. Las células cancerígenas viven en ausencia de oxígeno y en presencia de acidez.
De otra parte, es importante saber que el sedentarismo y una alimentación desequilibrada fomentan un ambiente ácido dentro del organismo, y la acidez expulsa el oxígeno de las células. Los tejidos cancerígenos  son ácidos, y los sanos son alcalinos y necesitan de oxigeno para vivir.
¡Todos tenemos células cancerígenas, la cuestión es si las vamos desarrollar o no!
Las células cancerígenas son anaeróbicas y no pueden sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno, pero sí sobreviven en ausencia de éste y ante la presencia de glucosa.
La alimentación es un tema fundamental en el tratamiento de esta enfermedad,  y ha sido objeto de interesantes investigaciones. Se ha comprobado que la ingesta de leche no es beneficiosa en el tratamiento del cáncer debido a que este alimento produce flemas, que es el alimento preferido de las células cancerígenas. La leche es un  alimento fundamental para los bebés. Tanto la leche materna como la de vaca contienen productos químicos que son muy importantes para el desarrollo de los infantes. Uno de ellos es la insulina factor de crecimiento IGF-1, que hace que las células se dividan y se reproduzcan, y que es biológicamente activa en los humanos principalmente en la adolescencia. La composición  IGF-1es idéntica tanto en la leche humana como en la de la vaca, mas en el caso de las vacas los niveles son mucho más elevados. Altos niveles de IGF-1 en los humanos se consideran factores de riesgo para el cáncer de mama y de próstata.
Es fundamental que mantengamos nuestro organismo libre de cualquier posibilidad de amenaza que pueda  dañar su integridad afectando a nuestra salud. No obstante, muchos compañeros oncólogos ya están recomendando la actividad física, incluso mientras los pacientes reciben la quimioterapia.
Es importante educar a las personas, puesto que mucha gente todavía piensa  que la actividad física o la práctica deportiva son actividades de tiempo libre o de ocio, y no les dan la importancia debida. La práctica de actividad física es sinónimo de  medicina preventiva, y no solo es posible prevenir enfermedades por medio del ejercicio físico, ya que en algunos casos es posible incluso  curarlas. El ejercicio físico y la alimentación sana y equilibrada son las bases principales para que se fomente una calidad de vida óptima. En el caso del cáncer, la alimentación alcalina es la más recomendable: frutas, verduras, semillas, miel, cereales integrales, el agua, etc...El agua es además fundamental,  pues favorece el aporte de oxígeno; en cambio, la deshidratación continuada es sumamente dañina  para el  cuerpo, siendo uno de los motivos principales de las enfermedades degenerativas. En contrapartida, la alimentación acidificante, es decir, basada en alimentos que producen ácido en el organismo, es la menos recomendable en estos casos: azúcar refinado, carnes, leche, sal refinada, cafeína, gaseosas, refrescos, alcohol, tabaco, etc...
Una cosa es lo que uno  quiere hacer, y otra muy distinta es lo que necesita. Muchas personas son reacias a hacer cualquier tipo de deporte o actividad física, pero deben recordar que el ejercicio físico es elemento importante dentro de las necesidades que tiene nuestro cuerpo, casi comparable con la de comer, y que además puede sacarnos de unos cuantos apuros sanitarios.    


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