miércoles, 10 de julio de 2013

LA FALTA DE CREATIVIDAD EN LA EDUCACIÓN

Es muy curioso cómo en los días de hoy, debido a la gran aceleración en los procesos  de avance tecnológico y a la ingente cantidad de información que recibimos, nos vemos obligados a actualizar periódicamente nuestros  ordenadores y teléfonos móviles ya que cambian su configuración casi  cada día, y tenemos que ponernos al tanto pues, de lo contrario,  dejaríamos de poder comunicarnos con nuestros interlocutores, o de trabajar con nuestros ordenadores, cosa que sería inviable en la actualidad. Algunas áreas profesionales  tienen que ponerse al día con las informaciones tecnológicas, como es el área de la medicina por ejemplo. Cada día vemos nuevas maravillosas herramientas para un tratamiento más efectivo, eficiente y rápido de los pacientes por medio de la tecnología. Lo que está pasando es realmente genial pero, en mi opinión, hay un problema  que se incrementa cada vez más y que afecta al campo de la educación. Como he dicho anteriormente, los avances tecnológicos son de una tremenda magnitud y velocidad, pero en la mayor parte de los países los niños siguen siendo educados  como hace treinta o cuarenta años. Es inexplicable que los mismos problemas, carencias, y necesidades que teníamos en la educación   cuando éramos niños sigan vigentes hoy en día, pero con una  diferencia: hace treinta años  nunca estábamos dentro de casa, salvo que fuera para estudiar, dormir, comer, o ver en televisión  las series de dibujos animados educativos, que en ningún momento hacían alusión a la violencia. Los ordenadores eran cosa de ciencia ficción y, en muchos casos, ni siquiera se tenía teléfono fijo en casa y los dispositivos móviles no existían todavía. Eran pocos los niños que tenían walkman, hoy conocidos como ipod, mp3, mp4, o las próximas versiones que vengan. En aquella época, el único modo que teníamos de relacionarnos con los demás era de una manera directa, en primera persona, cambiando y compartiendo impresiones.
Desde luego, tanto en el estilo de vida de los ochenta como en el de la actualidad, hay algo que desgraciadamente muchos niños siguen compartiendo: un sistema educativo que inhibe totalmente el desarrollo de la creatividad. Desafortunadamente todavía existe una enorme falta de conocimiento referente a la hiperactividad, a la genialidad, y a muchos comportamientos que son caracterizados como trastornos, y por infelicidad se cataloga a muchos niños como poseedores de dificultades de aprendizaje, sobretodo porque en gran parte de los casos sus notas son bajas. Infelizmente por desinformación, muchos niños son  medicados sin haber necesidad de ello.
En la mayor parte de estos casos, eso ocurre no por tener dificultades en aprender lo que se enseña, sino por el desinterés que sienten por el tema. Los hiperactivos tienen que estar en movimiento para desarrollar su inteligencia; los genios muchas veces son catalogados como personas con problemas de aprendizaje  debido a su falta de atención hacia sus profesores, pues en gran parte de estos casos, ya saben lo que se quiere enseñar. Eso les proporciona una profunda frustración y les hace actuar con apatía frente a los estudios, hasta el momento en el que son verdaderamente estimulados de manera que su cerebro pueda actuar dentro de los cánones de su intelectualidad.      
El tema es conseguir llegar hasta estos niños.
Todos hemos nacido creativos y con las mismas capacidades, lo que nos diferencia son los estímulos que son facilitados a cada niño hasta la adolescencia. De otra parte, mientras no exista un cambio real en la manera de enfocar la educación, estaremos sacrificando a muchos grandes profesionales y a verdaderos genios, privándoles de la oportunidad de ejercer su profesión o de regalarnos momentos mágicos. Imagine si los  padres de Pelé hubieran querido que fuera médico, o que los padres de Rafa Nadal que su hijo fuese  dentista. Puedes imaginar si los padres de Yo-Yo Ma le hubiesen privado de tocar su violonchelo para que estudiara matemáticas, o que los padres de Rudolf Nureyev quisiesen que su hijo no bailase y que fuera a la escuela de  ingeniería. No tengo nada en contra de las profesiones, que de paso soy profesor de educación física y médico, pero sí estoy en contra del pensamiento clasista que todavía valora a algunas profesiones  más que a otras, y que al mismo tiempo provoca que en la educación todavía se valoren las clases de matemáticas más que las de educación física o las de artes. Dentro de este contexto, desafortunadamente todavía son mejor valorados los alumnos que tienen más facilidad para las matemáticas que los que muestran mayores dotes para las artes o la educación física, disciplina esta última que ni siquiera  se contempla en exámenes  en muchos países.
El cuerpo no está hecho solo para trasportar la cabeza; además cuanto más estimulemos nuestro cuerpo por vía de los movimientos, más se incrementarán  las capacidades de nuestro cerebro para la creatividad, ampliando nuestras facultades para la resolución de problemas y, en consecuencia,   aumentando  la inteligencia.  
Desde luego, está más que comprobado que el bombardeo de información de la manera en la que siempre se ha hecho en las escuelas no es la forma más eficiente para mantener la atención de los alumnos y obtener los mejores resultados, puesto que por la naturaleza de las primeras edades y de la adolescencia, la fórmula de mantenerlos sentados durante gran número de horas no es la más eficiente, aunque existan intervalos de descanso. Recibir información no es desarrollar la inteligencia, sino ampliar el abanico de posibilidades. Gran parte de la información que recibimos a lo largo de nuestras vidas no la usamos, quedándose almacenada, incluyendo la de la escuela. La inteligencia es verdaderamente utilizada cuando uno tiene que buscar solución a los problemas, y es en este momento cuando  todo lo que se ha aprendido  y que se quedó retenido en el cerebro viene a flote y es empleado, haciendo que las sinapsis entre las neuronas se produzcan de manera abundante. Es ahí cuando se estimula la creatividad y, por defecto, se desarrolla la inteligencia. Si en las escuelas nos enseñaran a solucionar problemas desde un punto de vista práctico desde pequeños por vía de la creatividad, nuestra eficiencia en las edades adultas se vería extraordinariamente mejorada en todos los sentidos.  Cuando las empresas  necesitan cubrir algún  puesto de trabajo vacante, en la mayor parte de los casos, siempre buscan personas creativas, proactivas, con actitud positiva, que sean capaces de tomar rápidas decisiones, que tengan la capacidad de resistencia al estrés, y un montón de  cosas más.


¿Hemos sido preparados para tamaña cantidad de exigencias?

    

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