miércoles, 3 de julio de 2013

EL LIDERAZGO

Quiero dedicar este artículo a hablar de un tema que está en alza en los últimos años: el liderazgo en la actividad física.
En el mundo de los gimnasios y centros deportivos, además de los directivos, el liderazgo lo ejercen  los profesores de educación física,  los monitores y los entrenadores, que son los profesionales que gestionan las técnicas y conocimientos con el objetivo de conseguir mejorar la calidad de vida de sus clientes. Es muy importante recordar que todos los mamíferos vivimos en manadas, y que todas las clases de grupos que comparten la misma especie y entorno necesitan  líderes. Es parte de la naturaleza de los animales, y el ser humano se encuadra en este axioma.  Por otro lado, vivimos en la era de la información, pero no de la comunicación, cosa que dificultan bastante hacer  que las personas sigan juntas por un mismo camino; y es éste el mejor  momento para la aparición de los líderes.
Hay varios tipos de liderazgo:
Carismático: el líder siempre genera entusiasmo, y se destaca por la manera con la que engendra estos ánimos en sus seguidores
Tradicional: este líder hereda el poder por una costumbre, como un ejemplo la monarquía
El líder legítimo y el líder ilegítimo: el primero es aquél que adquiere el poder mediante procedimientos autorizados en las normas legales, mientras que el líder ilegítimo es el que adquiere su autoridad a través del uso de la ilegalidad.
El líder de inteligencia superior: personas altamente cualificadas que son capaces de cerrar negocios  con excelentes resultados, y que valoran la inteligencia de otras personas.
El autócrata: es una clase de liderazgo donde el poder queda en manos de una sola persona. El líder autocrático es especialmente eficiente en momentos de crisis.
El “pastor” ejerce un liderazgo que es ineficaz frente a las crisis. Este tipo de líderes se sienten muy cómodos en las organizaciones mercantiles de máxima estabilidad.
El liderazgo militar  lleva a cabo sus mejores actuaciones ante la necesidad de prepararse para la guerra.
Líder natural: Una de sus grandes habilidades es motivar a sus seguidores más cercanos. Tienen dificultades para adaptarse a las organizaciones cuyas operaciones están excesivamente orientadas hacia las ventas.
Líder emprendedor: No delega la toma de decisiones finales, señala directrices específicas a sus empleados, a la vez que adopta el estilo participativo y utiliza la consulta para practicar el liderazgo.
Líder liberal: delega a sus empleados la autoridad para la toma de decisiones.
Líder proactivo: Promueve el desarrollo del potencial de las personas.
Líder audaz: persuasivo, crítico, y con mirada positiva.
Desafortunadamente, en la mayor parte de las carreras que se estudian en las universidades o en los cursos de formación profesional, no se enseña a los alumnos a ser líderes ni tampoco lo que eso conlleva. Impartir clases es la manera más directa e incisiva de  desarrollar el  liderazgo, y esa experiencia puede  servir  para formar grandes personas y líderes, al mismo tiempo que puede hundir a una persona de por vida. Infelizmente, una gran parte de los profesionales que se dedican a ello en las diferentes disciplinas, no se han dado cuenta de la gran influencia que pueden ejercer sobre sus alumnos. Lo mismo pasa dentro de los gimnasios o centros deportivos. El verdadero líder es aquél que,  por encima de todas las cosas, tiene como principal preocupación  cuidar a su equipo, ya sea un equipo de trabajo, alumnos de un gimnasio o  estudiantes de la universidad o la escuela. Es fundamental tener  preocupación por el bienestar de las personas que nos rodean. Y es imposible conseguir un rendimiento óptimo si uno no está a gusto con lo que está haciendo. El liderazgo basado en la positividad siempre ha dado mejor resultado, y afortunadamente cada vez más  personas se están dando cuenta de ello.


En  ausencia de estrés nuestro cerebro dual se sincroniza y tanto el lado izquierdo, que se encarga del pensamiento lógico y de la razón, como el lado derecho, que es la parte primitiva, se ponen a trabajar en armonía obteniendo  el mejor rendimiento dentro de la actividad que se les han propuesto. Si el liderazgo es propuesto al grupo respetando las individualidades de cada uno, respetando y conociendo a cada una de las personas del grupo así como sus capacidades, y sacando lo mejor de cada uno, será posible  mantener las exigencias para el cumplimiento de los objetivos fijados, pudiendo tornar el trabajo incluso en algo divertido y estimulante. No soy un experto en motivación, pero desde mi experiencia tanto con los alumnos en las universidades en las que he dado clase, como con los alumnos de los gimnasios en los que he trabajado alrededor del mundo, y en las diferentes  empresas que he dirigido a lo largo de casi 30 años de trabajo dentro del área de la salud, siempre apliqué la neurociencia para conseguir el mejor rendimiento posible en los  distintos desafíos que he afrontado a lo largo de mi vida. La conclusión de estas variadas experiencias es que el ser humano funciona mejor cuando es estimulado positivamente, pero por encima de todo, nos gusta ser respetados y reconocidos cuando hacemos las cosas bien.   

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