martes, 13 de marzo de 2012

ENVEJECER CON JUVENTUD

En el artículo de la semana pasada facilité una información referente a un increíble descubrimiento sobre la longevidad de la vida. Tal revelación explicaba que  era posible la prolongación de la vida hasta alrededor de los 500 años. Es este un hallazgo verdaderamente sorprendente. De una cierta manera la vida humana se va alargando con el paso de los años; a principios del siglo pasado el tiempo de vida se reducía a 50 años; en el día de hoy se alarga hasta los 80 o 90 años. Pero lo que es importante, más que la longevidad, es la calidad de vida  que uno pueda tener mientras viva.
¿De qué sirve tener una larguísima vida, pero sin calidad?
Afortunadamente las personas se están dando cuenta de que tener una buena calidad de vida es fundamental. Hoy nos cuidamos  más, tenemos  más información respeto a la calidad y funcionalidad de los alimentos, entrenamos  para mantener un buen nivel de aptitud física, etc.
Para tener una vejez con calidad, una de las principales claves está en que nos cuidemos desde pequeños. Es fundamental que tengamos una extremada preocupación por la formación de los niños, no solo en los aspectos relacionados al desarrollo intelectual, que es de suma importancia, sino también respeto a la salud física. Eso no quiere decir que un adulto no pueda cambiar su estilo de vida a mejor. Las personas que en un primer momento se portan mal consigo mismas probando el vicio, la obesidad o mismo el sedentarismo con presencia de dolor articular o muscular, estarán perdiendo calidad de vida. Lo que se gasta ya no se recupera. De todas formas siempre hay  tiempo para que hagamos  algo positivo para nuestras vidas y para nuestra salud.    
De las más variadas culturas que existen en el mundo, los países que tienen por costumbre la práctica de la actividad física como es el caso de Japón, nos muestran que la vejez de este país es de la más sana que hay. Es un gran error asociar la vejez  con  las arrugas y la imposibilidad de hacer cosas. Eso ha cambiado mucho.
En mi vida tengo 3 claros ejemplos maravillosos. Tres  personas que en un primer momento fueron mis pacientes y que en un corto periodo de tiempo pasaron a ser clientes de mi programa de reeducación postural funcional, y cuyas  edades varían entre los 84, 86 y 92 años. Sólo una de ellas había practicado actividad física con anterioridad. Al principio no podían hacer casi nada de lo que se les proponía. El trabajo se realizaba en grupo  y se mezclaban personas de todas las edades. Mas lo interesante de ese entrenamiento es que cada individuo trabajaba el mismo ejercicio  dentro de sus posibilidades: de su  fuerza, de su resistencia, etc. Eran sesiones de 90 minutos, una vez por semana. Al final del segundo mes ya hacían la  mitad de la clase,  y en mitad del tercero la clase entera y si descanso. Al cabo de un año, las tres disfrutaban tanto haciendo este trabajo que la diferencia entre ellas y los jóvenes que empezaban era visible.
¡Les pegaban una paliza que no veas!
Es un trabajo que les proporcionaba calidad de vida, fuerza, resistencia para afrontar el día a día, ánimos para las adversidades, además de proporcionarles  la oportuna  rectificación de los desniveles musculares de su espalda. Por estos motivos y por muchos otros, estas personas tenían muchas ganas de trabajar su condición física. Era realmente genial ver personas con  esa edad compartiendo un trabajo físico con otras bastante más jóvenes, al mismo tiempo que  trabajaban  con la misma intensidad dentro de un entrenamiento muy intenso. Podéis creer o no en lo que os voy a decir, pero muchas niñas de 20 añitos no conseguían seguir el ritmo de mis  queridas "jovencitas". Era maravilloso verlas. Una de ellas tiene varios nietos esparcidos por el mundo. Todos los años se va a Australia, a Japón,  a Estados Unidos, a Luxemburgo,  a  Alemania  y a Suiza  para visitarlos. ¡Qué jubilación más maravillosa!
De todas  maneras creo que ese término “vejez” está dejando de existir, pues las personas mayores  afortunadamente se están espabilando, ya no se sienten viejos, quieren divertirse, quieren disfrutar de la vida, van al gimnasio, viajan y  eso es sensacional.


De otra parte es muy importante que las personas se cuiden más, pues las cosas que hacemos hoy repercutirán en lo que seremos mañana. Evitar el estrés, comer adecuadamente, beber agua durante el día, no fumar, beber con moderación, no utilizar drogas, intentar no complicarse la vida con problemas absurdos, trabajar bastante y descansar lo suficiente, tener tiempo para el ocio, trabajar el cerebro, ser positivo, siempre que se pueda conocer un lugar diferente, leer cosas interesantes, practicar actividad física siempre que se pueda, o mejor dicho, hacer que se pueda siempre. En otras palabras, debemos procurar ser felices y disfrutar de la vida al máximo que podamos. Debemos vivir el día a día de la mejor manera que sepamos, siempre con la felicidad de saber que hoy es mejor que ayer, pero no mejor que mañana; y con la aspiración de estar seguros de que el día terminará bien.
Con el tiempo la ciencia será capaz de conseguir grandes avances. El mejor conocimiento de los aspectos fisiológicos y psicológicos del envejecimiento nos permitirá dar una ayuda más eficaz a los ancianos.
El organismo es una máquina maravillosa, pero  todas las máquinas  pueden estropearse. Lo mejor para una vida sana es cuidar de esta máquina, nuestro propio cuerpo. Las normas para llevar una vida sana son tan simples que los niños las aprenden en el colegio. Sin embargo, muchas veces son ignoradas.
La clave de la eterna juventud es la actitud. Hay muchos jóvenes que piensan como ancianos y ancianos que piensan como jóvenes. No importa la edad que uno tenga, lo que importa es su  actitud. Desafortunadamente en algunas culturas,  personas por encima de los 40 años son consideradas mayores. Eso es una tremenda barbaridad. En las principales economías del mundo la experiencia es considerada un grado. Las personas mayores que tengan conocimiento comprobado de algo o una formación universitaria, están muy bien cotizadas.
Todavía hay mucho rechazo en torno de la vejez. Es una de las cosas inevitables de la vida, condición sine qua nón para proceso cronobiológico del cuerpo  humano, es  un camino natural que todos tendremos que pasar. La clave está en saber si disfrutarás de una vejez cronológica,  biológica o las dos cosas. Yo desde luego  me inclinaría por la cronológica. Si uno mantiene las buenas costumbres de tener una vida sana y equilibrada, no tendrá de qué  preocuparse.

    

0 comentarios :

Publicar un comentario