martes, 11 de junio de 2013

EL PENSAMIENTO: UNO DE LOS PRINCIPALES COMBUSTIBLES DE NUESTRAS VIDAS

En el mundo del deporte existe una gran cantidad de técnicas de entrenamiento que son muy bien controladas por los entrenadores y profesores de educación física. Estos profesionales, de tiempo en tiempo, cambian los  entrenamientos con el objetivo de mejorar el rendimiento y la performance de sus atletas a través de nuevos estímulos. Esto es algo muy inteligente puesto que los músculos se adaptan con tremenda facilidad a los impulsos neuromusculares que los ejercicios les proporcionan,  principalmente si enfocamos el tema a los atletas de alto nivel; los entrenamientos siempre deben estar orientados a conseguir el máximo de productividad, pero si ese  entrenamiento no cambia durante un largo periodo de tiempo, las respuestas de estímulos no serán alteradas y el rendimiento físico se bloqueará. El éxito o el fracaso de un entrenamiento puede deberse a las buenas o malas respuestas neuromusculares que son inducidas por medio del entrenamiento, la alimentación y el descanso. Cuanto mayor es la cantidad de sinapsis entre las neuronas que son proporcionadas vía movimiento y entrenamiento, mejores serán las capacidades de nuestro cerebro para enviar las respuestas químicas pertinentes a los músculos y, en consecuencia, se incrementarán las  habilidades de asimilación al entrenamiento y las respuestas a estos estímulos.

De otra parte, hemos de señalar la importancia de los neuropéptidos, que son las sustancias químicas producidas y liberadas por las células del cerebro. Son las sustancias que definen nuestra índole, y de alguna forma, con el paso del tiempo, incluso nuestro carácter. Las células son alimentadas por los neuropéptidos, y éstos son liberados por nuestro cerebro por medio del pensamiento, de forma que si pensamos de una manera negativa, esa manera de pensar alimentará las células de nuestro cuerpo. Pero además hay que tener en cuenta que una célula se divide con el paso del tiempo, así que si una persona persiste en ser negativa, las células podrán duplicarse haciendo que la negatividad haga parte de la idiosincrasia esa persona debido a que se incrementarán los receptores para esa clase de neuropéptidos; y de la misma forma que pasa desde un punto de vista negativo, también pasa al revés. Éste es uno de los motivos por los cuales la mayor parte de los atletas, deportistas, y practicantes de actividad física, mantienen una actitud positiva frente a los entrenamientos y,  en consecuencia, frente a la vida. De no ser así, un atleta nunca conseguiría ganar una competición.

El pensamiento es uno de los principales combustibles de nuestras vidas. 
Una persona negativa no nace de esta forma, se hace con el tiempo, pero  muchas veces su entorno puede jugar un papel muy importante.
Las células se adaptan a las situaciones que les proporcionamos, y pueden  cambiar la índole de una persona, pero es posible revertir ese estado con una mudanza de actitud. Esta misma persona, al cambiar su actitud, readapta las células de su cuerpo a una nueva condición, pudiendo tornarse un individuo totalmente diferente. De la misma manera que he hablado sobre la negatividad, ese proceso puede pasar con la tristeza, la ansiedad, el estrés, la alegría, la positividad, etc. Si no fomentamos diferentes estímulos para nuestro cerebro, con el paso del tiempo las células se vician: en otras palabras, si nos acostumbramos a hacer siempre lo mismo, no desarrollaremos nuestra inteligencia, pues no fomentaremos nuevas conexiones neuronales, y si además tenemos una conducta mental negativa, retardaremos nuestro desarrollo cognitivo añadiéndonos problemas innecesarios. Si enfocamos el tema hacia los entrenamientos o la actividad física, una mala actitud mental retrasará la educación muscular y las sesiones no rendirán  lo esperado, aunque el entrenamiento sea el adecuado. Por este motivo no me canso de repetir que el trabajo de los psicólogos es de suma importancia dentro del deporte.
Si nos centramos en los niños,  es sabido que ellos imitan patrones y que ésta es una de sus principales maneras de aprender, sobre todo cuando son muy pequeños. Si los patrones de su entorno no son positivos, aprenderán a hacer lo mismo que ven, y podrán reincidir en las posibles malas conductas de sus padres; pero lo mismo pasará si el enfoque es positivo.
Si orientamos el tema hacia las enfermedades, nos damos cuenta de que las malas conductas de nuestro pensamiento pueden ser capaces incluso de fomentar la aparición de enfermedades como la depresión, la ansiedad, la obesidad, o incluso retardar el efecto de algunos tratamientos. En el caso de la obesidad, existen muchas variantes que están involucradas con esta enfermedad  aparte de la alimentación o de la inactividad. Con mucha frecuencia las personas que la sufren  también padecen depresión en los más diferentes grados, son negativas, siempre piensan que no conseguirán cambiar de estilo de vida, y buscan excusas para seguir con los mismos malos hábitos. Con respecto a las enfermedades, la manera de pensar de muchas personas hace que los neuropéptidos asuman un patrón muy dañino. Por este motivo es fundamental que tengamos  una forma positiva de ver la vida, pues cuanto más ejerzamos el pensamiento positivo, mejor será la aceptación de los infortunios que nos puedan ocurrir a lo largo de nuestras vidas, y como resultado sufriremos menos. Está comprobado que las personas que desarrollan patrones de vida positivos son más felices, tienen menor propensión a padecer enfermedades, duermen mejor  y tienen mejor salud.            
“Una persona sin sentido del humor es como un carro sin amortiguación: todas las piedras del camino le hacen sacudirse”.  Henry Ward Beecher.

Desde luego, el humor es la expresión más festiva de la inteligencia.



Ahora también podréis seguir mis publicaciones visitando mi página de Facebook  “Prof.Dr.Sergio Simphronio” o en Twitter.








0 comentarios :

Publicar un comentario