martes, 15 de mayo de 2012

LA RESPIRACIÓN


Respirar es un acto de vida, es condición imprescindible para nuestra supervivencia, motivo por el cual es fundamental que tengamos los pulmones libres de impedimentos para la realización de su tarea, de no ser así, es  esencial que se busque la ayuda de un médico. Todos sabemos que respirar es algo importante, pero lo hacemos porque  hemos nacido con esta facultad, sin embargo gran parte de las personas no tienen muy claro cómo  ocurre.
La respiración es el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre la atmósfera y las células del organismo.  El oxígeno que se respira se mezcla en el organismo con el carbono y el hidrógeno  que  adquirimos  con los alimentos. El oxígeno es un gas  incoloro e inodoro  que ocupa un 21% del aire atmosférico y es esencial para la mayoría de las formas de vida. El dióxido de carbono es un gas incoloro e inodoro  que se forma  en los tejidos  corporales y es eliminado por los pulmones 
Estas reacciones producen calor y energía  fundamentales  para muchos procesos del organismo.  El dióxido de carbono que se genera durante la respiración se elimina con las espiraciones.  Si  el dióxido de carbono se acumulara  en el organismo,  podrían ser  alteradas  muchas de sus funciones.
Al  describir  el “proceso” de la respiración, podemos hablar de respiración interna y respiración externa. Un proceso es el  desarrollo sostenido que implica distintos cambios. En anatomía, un proceso es el crecimiento hacia fuera de un hueso o de cualquier otra parte del cuerpo.
La respiración externa es el intercambio del oxígeno y del dióxido de carbono entre los alvéolos de los pulmones y la sangre pulmonar.  La respiración interna es el intercambio del oxígeno y del dióxido de carbono entre la sangre circulante y las células de los tejidos.
Si examinamos  el acto de la respiración, vemos que hay dos tipos: la respiración costal  o respiración torácica, y la respiración diafragmática o respiración  abdominal.  La respiración costal se realiza con los músculos intercostales externos y con otros músculos accesorios, como los esternocleidomastoideos (cuello).  Se puede apreciar, pues el tórax se mueve hacia arriba y hacia fuera. Esta es la respiración que normalmente  utilizamos  cuando practicamos actividad física dinámica. Por defecto cuando elevamos nuestra frecuencia cardíaca sobre todo a través de los ejercicios aeróbicos, nuestros pulmones reciben una gran cantidad de oxígeno, acto seguido éstos   se expanden forzando la apertura del tórax y del trabajo de la musculatura localizada en esta zona.

Cuando  realizamos  ejercicios durante  más de uno o dos minutos, los músculos cogen la  mayor parte de su energía de los  “procesos” que requiere un aumento del aporte de oxígeno que son repartidos  entre ellos y los tejidos.  Estas actividades se denominan aeróbicas, que significan "con aire".  Las actividades aeróbicas incluyen correr, paseos rápidos, nadar, montar en bicicleta, remar, esquiar , la práctica de clases aeróbica, etc..
La actividad aeróbica es el elemento más importante para que tengamos una buena forma física. Se trata de la resistencia cardiovascular  que es la capacidad continuada del corazón, de  los vasos sanguíneos y de la sangre para llevar el oxígeno a las células. Es igual de importante  la facultad que las células  poseen para procesar el oxígeno y mensurar la suficiencia de  sangre para eliminar los residuos.  La resistencia cardiovascular se consigue mediante ejercicios que intensifiquen la autoridad del organismo para llevar siempre grandes cantidades de oxígeno a los músculos activos.  Para lograr un buen entrenamiento cardiovascular es importante utilizar grupos de músculos grandes, como los de las piernas, y lo más importante: este entrenamiento  debe prolongarse de manera que se consiga resistencia cardiovascular.
Con la realización habitual de ejercicios aeróbicos se ayuda a mantener la presión arterial en niveles normales, a reducir el riesgo de enfermedades del corazón y a controlar la subida  de peso. También hay indicaciones de que puede aumentar el nivel de colesterol HDL en la sangre ("colesterol bueno").  Un régimen de ejercicio aeróbico también puede aportar beneficios psicológicos como el aumento de la estima personal, la disminución de la ansiedad e incluso  aliviar los síntomas de la depresión.
Ya la respiración diafragmática se realiza por la contracción y la relajación del diafragma.  Se puede ver por el movimiento del abdomen. En la actividad física, normalmente se utiliza esta clase de respiración en trabajos donde la orientación se dirige a los ejercicios de relajación.

Si direccionamos ese tema a un enfoque médico, cuando se examina la respiración de un  paciente, éste debe estar en reposo.  El ejercicio puede afectar la respiración  aumentando  su ritmo.  Se debe examinar  la frecuencia, la intensidad, el ritmo y las características de la respiración.  La frecuencia respiratoria es el número de respiraciones por minuto.  En los adultos, la frecuencia respiratoria es de 14 a 20 respiraciones por minuto.  Los niños tienden a respirar más rápido.  La intensidad de la respiración se detecta observando el movimiento del tórax.  Esa intensidad  puede ser normal, profunda o superficial.  Un adulto normal aspira unos 500 ml de aire durante una respiración.  La respiración profunda es aquella en la que se respira más cantidad de aire, por lo que se llenan más los pulmones.  La respiración pulmonar es aquella en la que se inspira muy poco aire.  El ritmo respiratorio se refiere a la regularidad de las espiraciones e  inspiraciones.  Las características de la respiración hacen referencia a su calidad y su sonido.  La calidad se refiere a la no existencia de alguna anomalía o dificultad para respirar.  El sonido de la respiración es muy importante.  La respiración normal es silenciosa, pero con la aparición de  algunas enfermedades respiratorias, ésta se hace oíble.

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