La osteoporosis es una
enfermedad muy frecuente inducida por
malos hábitos, que afecta aproximadamente a más de 60 millones de personas en
todo el mundo y a la mitad de las mujeres por encima de los 45 años. Aunque
esta enfermedad es ocho veces más frecuente en la mujer que en el hombre, es
una situación a la que el hombre también debe estar atento.
Para entender los efectos de
la osteoporosis se necesitan unos conocimientos básicos sobre los huesos. En el
cuerpo humano hay 206 huesos que dan protección y soporte al resto de los
tejidos. Los huesos están compuestos por tejido óseo, el cual se compone a su
vez de proteínas, minerales y células óseas. Las proteínas forman una trama
fibrosa donde se depositan los minerales, fundamentalmente calcio. Los huesos
sanos son ricos en calcio, un mineral que contribuye a la densidad y la fuerza
del hueso. Como otros tejidos del cuerpo, el hueso está en continuo cambio, formándose,
destruyéndose o remodelándose. La masa ósea, o la cantidad de hueso que cada
uno tiene, aumenta durante la infancia, la adolescencia, y la juventud. El pico
de masa ósea se produce alrededor de los treinta años. La masa ósea es mayor en
los hombres que en las mujeres, y mayor en negros que en blancos. Después de
los 30, la formación de hueso es menor que la reabsorción y se va perdiendo
densidad ósea con los años. Las mujeres postmenopáusicas tienen mayor riesgo
de desarrollar osteoporosis por causas hormonales. En la menopausia, los ovarios dejan de funcionar y los niveles de
estrógenos disminuyen. Los
estrógenos tienen un importante efecto protector en los huesos. Conforme la
masa ósea disminuye, los huesos se van debilitando, se vuelven más frágiles y
se fracturan fácilmente. En la columna, las vértebras se pueden comprimir,
disminuye la talla con el tiempo y la espalda se incurva. Esta situación
debilitante se llama osteoporosis. El término significa "hueso poroso". La progresiva pérdida de masa ósea es un acontecimiento
normal con la edad. De todas maneras la
osteoporosis también puede estar asociada a determinadas enfermedades
endocrinas, dietas deficientes en calcio, tratamiento prolongado con
corticoides, etc.
El tejido óseo perdido no se
sustituye fácilmente, pero mayores pérdidas pueden minimizarse con unas medidas
preventivas. Ambos, hombres y mujeres deben asegurarse de que su ingesta de
calcio es la adecuada. La cantidad recomendada de calcio para hombres y mujeres
entre los 10 y los 25 años, es de 1200 miligramos al día; y de los 25 en
adelante es de 800 miligramos al día. Hacer ejercicio también ayuda. Recientes
investigaciones indican que un ejercicio regular de pesas, correr o caminar,
ayudan a los huesos a captar calcio.
Están surgiendo nuevas
medidas preventivas que a largo plazo pueden minimizar el daño de los huesos.
Es por lo tanto importante adoptar una dieta sana y realizar ejercicio.
Es fundamental prevenir la
osteoporosis y para ello es importante que tengamos en cuenta algunos factores.
Hay algunos elementos de
riesgo, que también son conocidos por las
causas descalcificantes que no permiten la correcta asimilación del calcio en el organismo. Para inhibir la acción de dichos elementos
es importante: mantener una buena ingesta de calcio dentro de una dieta
equilibrada, ingerir vitamina D, no realizar dietas estrictas, evitar el
sedentarismo haciendo ejercicio con
regularidad, no fumar, controlar la ingesta de cafeína, controlar el
exceso de sal, evitar el consumo de
alcohol, evitar el consumo exagerado de proteínas, evitar los suplementos de
zinc, de ácido oxálico / ácido fítico, evitar el consumo exagerado de fibras,
no ingerir alimentos de fibras vegetales en exceso, limitar el consumo de
bebidas de cola, evitar los medicamentos que disminuyan la masa ósea.
Los lácteos descremados y
sus derivados son una buena opción para
un aporte adecuado de calcio. Por ser descremado su contenido graso es menor,
pero eso no quiere decir que la dosis de calcio disminuya. Los pescados ( sardinas), los frutos secos, los legumbres,
el brócoli, son fuentes importantes de calcio. Los quesos descremados (blancos
de untar o los quesos blandos), algunos tipos de ensaladas, etc.
Para
saber si una persona tiene osteoporosis, es fundamental hacer una prueba que se
llama densitometría.
La densitometría ósea es la
prueba diagnóstica que permite medir la consistencia mineral del hueso, en
otras palabras, su contenido en calcio por medios de rayos X, ultra sonido o
isótopos radiactivos. Es la primera herramienta de diagnóstico que se utiliza
en la osteoporosis. De esta manera se puede determinar el riesgo de sufrir
fracturas óseas. Esta prueba puede servir para valorar la salud ósea, para
controlar la pérdida ósea o la respuesta al tratamiento que se aplica. Sirve
también para detectar la enfermedad en su etapa más precoz y establecer un
tratamiento preventivo.
Las poblaciones más propensas para la realización de la densitometría son :
mujeres postmenopáusicas candidatas a un tratamiento hormonal sustitutivo, los
casos de sospecha de una fractura o aplastamiento de vértebra diagnosticado en
una radiografía normal, los tratamientos prolongados con corticoides,
hiperparatiroidismo primario asintomático(1), los casos de seguimiento de la
evolución de esa enfermedad dentro de un
tratamiento.
Dentro
de los grupos de riesgo están las mujeres de más de 65 años, premenopausicas
con deficiencia estrogénica, las mujeres que tengan menopausia precoz,
menopáusicas con un factor de riesgo para la osteoporosis, y las fumadoras.
Dentro de las enfermedades que provocan la osteoporosis secundaria están:
hiperparatiroidismo primario, hipertiroidismo, enfermedad inflamatoria crónica,
malabsorción intestinal y una inmovilización prolongada.
Es primordial que hombres y
mujeres estén atentos a la posibilidad de padecer la osteoporosis, por eso es
fundamental que, en el momento pertinente, acudan al especialista para que éste
pueda hacer las oportunas pruebas y que se pueda descartar la existencia de
esta deficiencia, o para poder tratarla desde sus inicios; de todas formas es
fundamental tener en cuenta la prevención de la misma. Una especial atención a
la osteoporosis deben de dar las atletas de alto nivel una vez retiradas,
debido a las dietas estrictas utilizadas en su deporte y el alto nivel de
exigencia en sus entrenamientos. Pero este es un tema para otro artículo...
Al contrario de lo que la
mayor parte de las personas piensan, la pérdida de la densidad ósea es un hecho
que ocurre por la falta o la poca utilización de los músculos y de los huesos
debido al sedentarismo o la poca actividad de los mismos y la mala alimentación
con aporte deficiente de calcio. Si hay poca actividad, el hueso necesitará
pocas cantidades de calcio. Si uno pasa la mayor parte del tiempo sentado, los huesos no solicitarán
grandes cantidades de calcio, pues no lo utilizará. De otra parte el
cuerpo liberará el exceso de hueso
inútil, pues para el trabajo que ejerce no habrá necesidad de tanto volumen
para sostener la carga axial (peso del cuerpo sobre las
piernas). Las personas afectadas por la osteoporosis no necesariamente tendrán
debilidad en los dientes, de hecho son pocos los casos en que esto ocurre. Eso
se produce debido a la frenética actividad del maxilar en el ejercicio de la alimentación
y del habla, los músculos maxilares se mantienen en constante actividad y los
dientes están siempre trabajando. La densidad ósea sólo se incrementa en
función de la demanda mecánica y la
carga que tiene que aguantar. Por ello es fundamental tener una vida activa,
mantener una buena dieta y, sobretodo, practicar actividad física. La
vejez no debería ser un tema que se asocie a la osteoporosis, sino la mala
alimentación y principalmente la falta de actividad física o la inactividad.
En los días de hoy conocemos
cada vez más sobre los temas químicos que ocurren en el cuerpo humano, pero muy
poco se sabe sobre los temas mecánicos.
1. Hiperparatiroidismo
primario es una alteración en la glándula que produce hormonas en exceso,
aunque exista niveles normales de calcio en la sangre. Es la primera causa de
hipercalcemia.