El dolor de cabeza se encuentra entre las
afecciones más frecuentes que provocan molestias y angustia. Aproximadamente un 10 por ciento de las personas lo sufren al menos una vez a la semana.
La mayoría de los dolores de cabeza están causados por la dilatación
de los vasos sanguíneos en esta zona. Esta situación es provocada generalmente por
factores de tipo emocional como la tensión, el estrés, la preocupación y la
ansiedad. El cansancio y algunas veces
la presencia de una infección también provocan dolores de cabeza. El
dolor de cabeza prolongado puede ser síntoma de un problema médico de mayor
gravedad como un absceso o tumor.
Existen varios tipos de dolores de cabeza:
por tensión, por sinusitis y por migrañas.
Los dolores de cabeza provocados por tensión no sólo se limitan a
proporcionar presión o dolor en esta zona, también se pueden sentir en las sienes, la
nuca y pueden extenderse a los músculos de la espalda. Las causas típicas de los dolores de cabeza
por tensión son la preocupación, la ansiedad, la fatiga, el estrés y la
depresión. Las mujeres son más propensas
que los hombres y la herencia no parece un factor influyente.
Los dolores de cabeza provocados por
sinusitis se deben a la irritación o congestión de las cavidades de los senos
nasales debido a alergias, resfriados e infecciones. El dolor tiende a concentrarse alrededor y
detrás de los ojos y al inclinarse se empeora.
Los cambios de altitud, como al volar, pueden empeorar los síntomas.
Las migrañas son los dolores de cabeza más
graves. Se caracterizan por un intenso dolor punzante que generalmente afecta a
una única parte de la cabeza, así como a la frente y a las sienes. Una migraña puede durar desde varias horas
hasta varios días y puede ir precedida de trastornos visuales, entumecimiento y
una sensación de hormigueo en las manos, cara o labios. Otros síntomas incluyen mareos, nauseas y
vómitos y los ojos pueden estar anormalmente sensibles a la luz. Los desencadenantes de las migrañas pueden
ser: estrés, cambios hormonales, ciertos alimentos, el alcohol e incluso
algunos olores. La herencia se considera
un factor influyente y las mujeres, por lo general, padecen más migrañas, en
una proporción de 3 a
1, que los hombres.
Los remedios más comunes incluyen la aspirina,
el paracetamol y el ibuprofeno (NO se
debe administrar fármacos a los niños menores de 16 años sin prescripción
facultativa o sin el conocimiento del pediatra). Los dolores de cabeza provocados por
sinusitis pueden aliviarse con antihistamínicos y descongestivos que no
necesitan receta médica. Las migrañas
graves se alivian generalmente con medicinas prescritas que reducen la
dilatación de los vasos sanguíneos de la cabeza, eliminan el dolor y previenen
o reducen el número de ataques.
No importa qué tipo de dolor de cabeza se
tenga, hay varias cosas que se pueden hacer para reducir el dolor: los masajes,
los baños cálidos, los programas de ejercicio, la aplicación de calor y frío en
la cabeza, dormir y descansar lo suficiente, evitar situaciones de estrés,
escuchar música relajante.
Los programas de ejercicio, sobretodo los
enfocados a los trabajos aeróbicos, pueden ser de gran ayuda en casos como
estos, pues al acelerar el flujo sanguíneo por las arterias debido a la mayor
entrada de oxígeno, provoca la dilatación de los vasos incluyendo los de la
cabeza; no obstante la rehidratación que se hace a través de la ingesta de agua
durante el entrenamiento posibilita una situación de alivio en dicho vasos
sanguíneos. Todo ello proporcionará un flujo más favorable de la sangre por éstos
aliviando así el mal estar en esta zona. En muchos de los casos de dolor de
cabeza, la práctica de actividad física dispensa la utilización de fármacos
debido a los efectos positivos que el ejercicio físico proporciona. De otra
parte, los estiramientos de esternocleidomastoideo (cuello) y de los trapecios
(parte superior de los hombros) también pueden aliviar el dolor de cabeza.
Hay casos de migrañas que llegan a
imposibilitar algunas personas para desarrollar su vida con normalidad,
llegando incluso a incapacitarles en los
momentos álgidos del dolor. ¡Hay que
buscar soluciones!
Lo que está claro es que las personas que
saben que son proclives a padecer esta clase de molestias, deberían mejorar su
estilo de vida y evitar los caminos que
podrían proporcionarles este estado tan incómodo. Muchas veces la manera en que
dormimos puede favorecer el no descanso y la aparición de dolor de cabeza. A las personas que trabajan
en despachos: estar muchas horas delante de un ordenador facilita el cansancio de
los ojos y de la musculatura de la espalda. Esto fuerza a la utilización de una
mala postura debido al estrés muscular o a la
debilidad de esa musculatura por la falta de ejercicio. El cuello se pronunciará hacia delante forzando una rectificación de
vertebras cervicales y eso es un tremendo desencadenante de dolor de cabeza,
además de producir mareos y adormecimiento en los brazos y manos. Además de
empezar con la práctica de ejercicio
físico, mejorar la dieta es algo interesante, igual que evitar el alcohol y las
situaciones de estrés. En el caso de que
este último sea muy difícil debido a que la persona en cuestión tenga un
trabajo estresante, lo ideal será buscar soluciones como la relajación y
desconexión en algunos momentos del día. Mejorar o no nuestra calidad de vida
depende de nosotros. El descanso es algo primordial para que intentemos evitar
o prevenir el dolor de cabeza. El descanso es fundamental para el cuerpo, y sobre todo para la cabeza por las innúmeras
funciones que desarrolla nuestro cerebro. Durante el sueño es cuando nuestro
cerebro desenvuelve su mayor actividad (Ver el artículo de mi blog “Aprender
durmiendo”).
Es
importante consultar a un médico antes de utilizar cualquier producto o empezar
un tratamiento sin receta. Él aconsejará
sobre la forma adecuada de utilización y administración de un fármaco, además
de advertir de cualquier efecto secundario o contraindicación que se pueda
presentar.
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