miércoles, 5 de septiembre de 2012

LA RELEVANTE AYUDA DEL EJERCICIO FÍSICO PARA EL SISTEMA ENDOCRINO


El cuerpo humano es un sistema de órganos interrelacionados que deben funcionar integrando sus funciones. Las glándulas endocrinas controlan las funciones del cuerpo mediante sustancias químicas llamadas hormonas, que se incorporan a la circulación general. Las hormonas actúan como mensajeros químicos que viajan a través de la sangre a distintas partes del cuerpo. Los órganos del sistema endocrino están situados en partes del cuerpo muy diversas. La glándula pituitaria está localizada en el cráneo, la glándula tiroides en el cuello, el timo en la parte superior del tórax, las glándulas suprarrenales en la cavidad abdominal, y los ovarios y los testículos en la región pélvica.
Las hormonas producidas regulan todas las emociones básicas, como el impulso sexual, la violencia, la cólera, el miedo, la alegría y el dolor, y permiten el desarrollo y la identidad sexual, controlan la temperatura, ayudan a reparar los tejidos y a la generación de energía.
La pituitaria o hipófisis es una pequeña glándula situada en la base del cerebro. Está controlada por el hipotálamo, con el que está conectada. La glándula pituitaria suele denominarse "glándula principal" porque sus hormonas sirven para coordinar las funciones del sistema nervioso y del sistema endocrino. Además de producir hormonas que regulan las demás glándulas endocrinas, la glándula pituitaria produce otras que controlan la retención de agua en los riñones. Otra hormona es responsable de la contracción uterina durante el parto y estimula la producción de leche de las glándulas mamarias. Una de las hormonas hipofisarias más importantes es la del crecimiento, que junto con la insulina controla los niveles de azúcar en sangre.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. El páncreas está situado junto a la parte inferior del estómago. Es el segundo órgano más grande del cuerpo. El páncreas produce además la hormona glucagón. La insulina y el glucagón regulan el nivel de la glucosa. Si la insulina tiene niveles muy bajos se produce un incremento de la glucosa, característica de la diabetes mellitus, la enfermedad más común del sistema endocrino.
La glándula tiroides está localizada en el cuello y segrega dos hormonas: una de ellas regula el crecimiento y el metabolismo de todas las células, controla además los reflejos y la forma en que el organismo produce energía y transforma el alimento en componentes corporales; la otra hormona reduce los niveles de calcio en la sangre. Las glándulas paratiroideas situadas en el dorso de la glándula tiroides generan unas hormonas que trabajan con las hormonas tiroides para mantener la homeostasis del calcio sanguíneo, y así prevenir un incremento perjudicial del calcio en la sangre que se denomina hipercalcemia.
Situado sobre el corazón, el timo es un órgano bilobulado cuya función es desarrollar linfocitos. La linfa que circula por el cuerpo lleva linfocitos hasta el timo, donde se multiplican y transforman en células especializadas en combatir la infección. No todas sus funciones se conocen lo suficiente pero se sabe que es muy importante en el desarrollo de mecanismos inmunitarios contra varias enfermedades.
Las glándulas adrenales están ubicadas sobre cada riñón. Secretan las hormonas que ayudan al cuerpo a reducir el estrés. Cuando el sistema nervioso simpático reacciona ante una emoción intensa, como por ejemplo la cólera, se liberan grandes cantidades de hormonas. Esto provoca una reacción de "huida o combate", aumenta la presión sanguínea, las pupilas se dilatan, y la sangre se dirige hacia los órganos más vitales y hacia los músculos. La frecuencia cardiaca también se estimula. Las glándulas suprarrenales también producen hormonas que generan energía, regulando el metabolismo de carbohidratos, lípidos y proteínas. Otras hormonas regulan el equilibrio hídrico y mineral del cuerpo, previenen la retención excesiva de agua por los riñones y mantienen el balance entre sodio y potasio en el torrente sanguíneo. Este equilibrio es muy importante para la contracción muscular.
El sistema esquelético muscular, bajo el control de la corteza cerebral, dirige la locomoción del cuerpo humano. Las contracciones coordinadas de las células esqueléticas estimulan el sistema óseo para la realización de diferentes movimientos. Esa contracción es realizada con la intervención del ATP (Adenosín Trifosfato) que es generado por una mixtura de carbohidratos, grasas y aminoácidos que proceden de varios depósitos endógenos (internos) y de fuentes exógenas (externas). El sistema cardiovascular favorece el transporte de hormonas, nutrientes y oxígeno al organismo para que pueda aguantar el entrenamiento, al mismo tiempo que elimina del organismo los deshechos. Las hormonas como la epinefrina, el  glucagón, el cortisol, las tiroideas y la hormona del crecimiento desarrollan una interesante situación metabólica para resistir el ejercicio físico en el marco de la homeostasis corporal (estabilización del cuerpo en los procesos fisiológicos).
El sudor facilita la eliminación del exceso de calor y de las toxinas. El sistema renal ayuda a regular el balance de líquidos, electrolitos y de la presión sanguínea. El incremento del gasto energético durante y después de hacer ejercicios físico  ocurre debido al aumento del metabolismo dentro de los músculos que son solicitados en el trabajo. El mayor o menor gasto energético dependerá de la intensidad y duración del entrenamiento, así como los grupos musculares y la masa involucrada. Muchos otros órganos son implicados  en el entrenamiento como por ejemplo el corazón, los pulmones, los riñones, etc. También ven  aumentado su metabolismo para soportar la actividad que se les exige. Como  consecuencia de esta subida de metabolismo por medio del ejercicio físico  ocurren varias cosas positivas, entre ellas  la eliminación del estrés y el control de la presión arterial.
La alteración fisiológica más importante en el ser humano es la ocasionada por  el ejercicio físico. El sistema endocrino debe adaptarse con gran velocidad para aguantar  las ingentes subidas metabólicas en los músculos debido al ejercicio, y también a los aspectos de la homeostasis.  Varios son los factores endocrinos que se modifican mientras se entrena físicamente, por ese motivo practicar actividad física es fundamental para nuestra salud.
Muchas personas no son conscientes de las innúmeras funciones involuntarias  que desarrolla nuestro cuerpo. Exista o no esta conciencia, enfocar la vida de una manera sana es la forma más eficaz de ayudar a nuestro organismo a  realizar sus funciones. Practicar actividad física y mantener una dieta equilibrada y ecuánime al entrenamiento físico, propiciará una buena salud.


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