martes, 19 de marzo de 2013

LA RECUPERACIÓN DE LAS ENFERMEDADES FRENTE AL RETO DE TENER UNA VIDA NORMAL


Toda enfermedad requiere un tratamiento que, según el grado de pérdida de  salud, será más o menos agresivo. Siempre que el cuerpo humano está  fuera de su ritmo normal debido a una enfermedad sufrirá  mucho, pues los cambios que debe experimentar hasta su recuperación serán muy importantes.
Con la ingesta de fármacos se alterará el metabolismo  de una manera significativa  y,  si hay la necesidad de una intervención quirúrgica, estos cambios podrán intensificarse aún más. Cada enfermedad tiene su historia al igual que cada persona es un mundo diferente, pero con respecto a la recuperación las respuestas pueden ser muy diferentes de persona a persona, aunque  los procedimientos sean los mismos. Y dentro de este proceso de recuperación, que en algunos casos pueden ser muy largo, muchas veces no se tiene en cuenta un factor que podría acelerar su evolución: la actividad física controlada y específica.  Desafortunadamente todavía existe una gran distancia entre los tratamientos médicos y el ejercicio  físico. El cuerpo humano es una máquina que fue concebida para estar siempre en movimiento. Desde nuestros antepasados moverse siempre ha sido parte de nuestra naturaleza, además de ser un gran combustible para el fomento de una buena salud. Con el paso del tiempo, nuestras costumbres han cambiado y siguen cambiando, pero la índole de nuestra morfología continúa siendo la misma; el cuerpo sigue necesitando el movimiento.
Muchas enfermedades que hoy existen y que antes no conocíamos son fruto de la falta de movimiento o de actividad física. Cuando el cuerpo se mueve nos sentimos mejor, nuestros músculos se ponen más “contentos” y nuestro cerebro actúa de una manera más rápida.
En la recuperación de las enfermedades pasa lo mismo.
Es cierto que cada caso clínico  es parte de una historia diferente y las enfermedades no pueden ser comparables; tampoco los tratamientos pero, una vez pasadas todas las fases de una enfermedad, las personas deberían tener en cuenta que el ejercicio físico controlado sirve como herramienta de avance en la recuperación de la calidad de vida y de una salud óptima.
ENFERMEDAD / TRATAMIENTO / REHABILITACION / RECUPERACION Y EJERCICIO FISICO CONTROLADO
De otra parte, el cerebro reprograma todos los órganos de nuestro cuerpo en función de las actividades que tenemos y de los estímulos que le proporcionamos,  lo que se asociará a una mejor o peor calidad de vida. Hace un tiempo  publiqué un artículo  sobre la posibilidad de extender la longevidad de la vida de los mamíferos en un 15% o más. Se trata de un gen que ha sido descubierto llamado “Sirtuinas” y que contiene  proteínas capaces de retrasar el envejecimiento por vía de la hibernación artificial de las mismas, cosa que bloquearía el envejecimiento. También  ha sido comprobado científicamente que la práctica de la actividad física regular es capaz de bloquear este mismo proceso de envejecimiento de una manera natural. No obstante, ante la existencia de una enfermedad importante, el núcleo de las células puede cambiar su condición homeostásica (1)  y hacer que pase lo contrario, la reducción de las “Sirtuinas” y, en consecuencia, se producirá una degradación en los procesos normales de envejecimiento en función de la pérdida de salud. Una vez la persona esté libre del peligro, sea por vía de una intervención quirúrgica o bien  por medio de cualquier otra clase de tratamiento, tras la fase de rehabilitación, es fundamental que el individuo en cuestión empiece la fase de recuperación enfocándola por objetivos y teniendo como meta volver  a hacer vida normal; pero no la de un enfermo, sino la de una persona que ha reparado algo que no estaba bien  pero que debe retomar el control de su vida con mucha fuerza.
Tras  un tratamiento importante nuestro cerebro siempre buscará la mejor manera de proteger las zonas afectadas por el daño de la enfermedad, intentando hacer que todo vuelva a su estado normal lo más rápido posible, pero el enfermo también debe poner de su parte. Como un ejemplo, las enfermedades  cardíacas: una vez tratada, la persona debe cambiar su estilo de vida para mejor, eliminando todas las cosas erróneas que hacía antes de que su corazón reivindicase un arreglo, esencialmente  las principales causas de un problema cardiaco: estrés, tabaco, alcohol, obesidad, hipertensión, inactividad, etc.
Esta población en concreto debe practicar actividad física moderada en la fase de recuperación, pues no podemos olvidar que el corazón es un músculo que no para de trabajar y, como todos los músculos del cuerpo, debe ser estimulado positivamente y ejercitado constantemente.  Aunque una persona sea inactiva, ésta tiene que  sentarse, levantarse, tumbarse, a veces acelerar el paso o correr por ir con retraso a una cita, enfadarse (cosa que le proporcionará estrés y que no será nada favorable para su corazón), etc. Todas estas pequeñas alteraciones que proporcionamos a nuestro cuerpo durante el día pueden alterar de una manera muy significativa nuestro ritmo cardiaco y, si este está desentrenado,  podrá pasarnos una factura muy alta y, si además tiene alguna anomalía que no conocemos como en el caso anteriormente citado la situación se agravará.
Si damos  a nuestro cuerpo lo mínimo de actividad se acostumbrará a trabajar por lo mínimo y, si alguna vez  por necesidad le estimulamos a hacer un esfuerzo mediano  nos responderá con lo mínimo que está acostumbrado a recibir. Es cuando surgen los problemas.
Después  de un tratamiento, el individuo estará funcionando al mínimo; por ese motivo es de suma importancia que la persona en cuestión se esfuerce por mejorar su condición física pues, de no ser así, pasará su vida sintiéndose un enfermo y  vivirá  con el mínimo de energía, y al mínimo esfuerzo extra que haga su corazón reaccionará de una manera muy desfavorable. Con la práctica de actividad física post enfermedad el proceso de envejecimiento se  ralentizará y la persona en cuestión mejorará su calidad de vida de una manera evidente.                      

           
1. Homeostasis Celular: Es la tendencia a la estabilización del cuerpo relacionado con los procesos fisiológicos.



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