En los deportes en grupo, sobre todo en los que requieren gran destreza
de movimientos, las personas que se dedican a ellos normalmente son entrenadas desde pequeños para desarrollar
las habilidades corporales precisas para
que puedan defenderse con éxito en las más distintas situaciones. La
bilateralidad del movimiento, ya sea en el fútbol o en baloncesto, es de suma
importancia para la aplicación de los controles de un balón.
Antiguamente a los atletas que eran zurdos se les entrenaba dando preferencia
al lado izquierdo y a los que eran diestros al lado derecho. Con el tiempo los
entrenadores se han dado cuenta de que es posible potenciar ambos lados por
igual y con la misma intensidad. Empezaron a entrenar a los niños con
ejercicios de fundamento para el desarrollo de agilidad y control en ambos lados y de igual manera. En el caso del
fútbol por ejemplo, la mayor parte de los jugadores utilizan hábilmente las dos
piernas y con la misma intensidad. En el
baloncesto, debido a las características de este deporte, la utilización de los dos lados se
intensifica. Hago alusión a estos dos
deportes pues, de los deportes de balón, son los que más evidencias presentan
en el desarrollo de la coordinación motora.
En cuanto al baloncesto, en los días hoy es inviable que una persona sea un atleta de alto nivel en
este deporte sin saber moverse con las dos manos.
En varios de mis artículos hice mención a la plasticidad del cerebro frente
a nuevos aprendizajes. Si examinamos los deportes, los profesionales enfocan
cada vez más sus entrenamientos hacia la mejora de la coordinación motora y la
bilateralidad de los movimientos en los atletas, además de otras evidentes
necesidades como potenciar la fuerza, la resistencia, la velocidad, etc.
“El
lado izquierdo del cerebro humano controla el discurso y el lenguaje mientras
que el derecho controla las emociones.
En el caso de los zurdos, éstos suelen intercambiarlos. Ésta fue una investigación realizada por científicos de
Oxford, quienes descubrieron el primer
gen relacionado con el uso de las manos, el LRRTM1. Este gen modifica la simetría del cerebro” (1).
Si el gen LRRTM1 invierte las funciones del
cerebro en las personas que son zurdas, también
será posible fomentar el desarrollo de habilidades en las piernas, pies y manos
no preferentes de los atletas y de las personas que no se dedican al deporte
por vía del entrenamiento y de la repetición de movimientos. Es importante
recordar que el movimiento de las manos es tan complejo que, en la parte del
cerebro relacionada con los movimientos, las manos reclaman la mitad. Se ha comprobado que las
personas ambidiestras tienen un mejor desarrollo de su inteligencia muscular,
lo que en otras palabras quiere decir un mejor funcionamiento de su sistema
neuromuscular y de la coordinación motora. Esa mejoría fomenta un aprendizaje más
rápido del sujeto, afectando directamente a la inteligencia musical del
individuo (las personas que aprenden más
rápido escuchando).
“En las personas adultas las
neuronas no se reproducen y sí se regeneran a partir de células madre
pluripotenciales que se localizan en las cavidades del cerebro. Pueden
migrar desde los ventrículos cerebrales hasta el hipocampo de 500 a 1000 neuronas. En 21
días las células madre se convierten en neuronas. El hipocampo es
importante no solo para el aprendizaje,
sino también para controlar el pánico
que procede del centro del núcleo de la amígdala y está muy conectada con la dopamina
(hormona que estimula la exploración y la curiosidad)” (2). Por este motivo es
fundamental que tengamos en cuenta que siempre podemos aprender cosas nuevas y
que la edad no debe ser un impedimento para ello. Es la mejor manera de mantenerse
biológicamente joven.
En la actualidad, ese entrenamiento
ambidiestro se hace desde las primeras edades, siendo posible de esta forma
proporcionar a los niños un ingente
desarrollo de las habilidades dentro del deporte que practican, cosa que
a la larga, con la práctica de estos movimientos y de los debidos ejercicios, fomentará
la velocidad de los mismos. Dicho estímulos son geniales para los niños, pues facilitarán
la reproducción de una enorme cantidad de hormonas que, a su vez y con los
entrenamientos pertinentes, provocará una
gran cantidad de sinapsis entre ellas. Este hecho proporcionará un estupendo desarrollo de la inteligencia de
estos críos, al mismo tiempo que consolidará las habilidades entrenadas para un
mejor progreso dentro de su deporte. Por otro lado, hay que tener en cuenta que
los entrenamientos varían en función de la posición en la que juega cada atleta,
así que en el caso del fútbol normalmente los atacantes son los que desarrollan mejores habilidades con
el balón y, además, tienen la necesidad
de hacerlo con mucha velocidad pues los defensas también deben ser rápidos y
además fuertes.
En el caso del baloncesto, en su mayoría,
todos los jugadores deben ser veloces y, a la vez, tener muy bien controlados
los dos lados del cuerpo, no teniendo distinciones para el control del balón. Deben
tener el mismo dominio tanto en la
derecha como en la izquierda y actuar con mucha fuerza, coordinación de
movimientos y velocidad.
Deportes como éstos proporcionan una gran
cantidad de estímulos que son muy beneficiosos para el cerebro y en
consecuencia para nuestra inteligencia. Con el gran desconocimiento acerca del
cerebro que infelizmente todavía vivimos,
muchas personas aún piensan que el deporte o la práctica de la actividad física
no sirven para promover la inteligencia en las personas. Es un tremendo error,
pues el ejercicio físico o los deportes favorecen una gran actividad cerebral,
estimulando en la mayor parte de los casos las mismas zonas que utilizamos para
estudiar matemáticas, física o para escribir un libro.
Todos
tenemos las mismas capacidades, la cuestión está en el interés en
desarrollarlas.
Tanto los trabajos de coordinación motora
como los de bilateralidad de movimientos dentro de los entrenamientos o dentro
de los trabajos de preparación en las categorías inferiores a la adulta, o en
las categorías adultas, otorgan un gran desarrollo neuromuscular, que a la vez
fomenta la inteligencia; pero no podemos olvidar que la práctica deportiva
también incita al cerebro a estimular varias hormonas capaces de inhibir la
depresión, la ansiedad, el estrés, el miedo, etc., provocando el bienestar,
además de proporcionar mucha calidad de vida a los atletas y a sus
practicantes.
1. El cerebro y la bilateralidad del movimiento (El blog del Dr. Sergio
Simphronio)
2. La Inteligencia
(El blog del Dr. Sergio Simphronio)
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