En los tiempos que
corren la información se comparte a gran
velocidad: unos dicen que es la era de la comunicación; yo más bien creo que es
la era de la información pues la comunicación, en mi manera de ver, está
escaseando cada vez más. Está claro que la vida ha cambiado mucho en los
últimos años, y que las personas que no sepan moverse por internet tendrán una gran dificultad en adaptarse a los
nuevos tiempos. Hay todavía algunas personas que se resisten a acceder a ese
mundo, pero afortunadamente o desafortunadamente, parece que éste será el
futuro. Es muy curioso, pues muchos de los llamados “Gurús” de la tecnología mundial
vaticinan que los ordenadores y sus programas informáticos serán como las
estrellas del rock.
¿Tendrán la razón?
Lo que está bastante
claro es que estamos inmersos en ese
mundo y que cada vez más dependemos de la red para poder funcionar. En realidad
es un mundo fascinante, pues las posibilidades son ilimitadas: poder hablar con
gente de Japón, ver a las personas en tiempo real, poder compartir una intervención
quirúrgica en directo con todo el mundo, o ser capaz de hacer una conferencia y
emitirla “ in streaming” para todos los continentes, y muchas otras cosas
realmente fantásticas que podemos hacer en los días de hoy. La tecnología
avanza de una manera realmente asombrosa. En
la actualidad, la mayor parte de los niños aprenden a jugar con videoconsolas
antes mismo de aprender a escribir; y si hablamos de expresión escrita, éste ya
está siendo uno de los problemas de la vida contemporánea: muchos jóvenes
ya no saben escribir, y esa es una de las inconveniencias que nos ha proporcionado este fulminante avance.
Desde luego todas las
cosas tienen su lado positivo y su lado negativo. Estos cambios no están dando
mucho tiempo a que las personas asimilen con total claridad lo que está
pasando; en realidad nos vamos adaptando. Pero una cosa con la que realmente no
estoy de acuerdo es con que la vida se resuma a las nuevas tecnologías. Hay
muchas personas que están verdaderamente poseídas por los ordenadores, las redes
sociales, los juegos, los chats, etc.,
pero no debemos olvidar que el mal uso de cualquier característica y en
cualquier ámbito puede ser muy perjudicial, y eso también engloba a las nuevas
tecnologías.
Hoy es normal ver a
niños de poquísima edad en la calle buscando puntos dónde pueden acceder a las
redes wi-fi para poder chatear con sus amigos.
¿Por qué no están practicando algún deporte?
Casi que es una
costumbre ver a grupos de personas sentadas en una misma mesa en una terraza,
bebiendo una cerveza y chateando con terceras personas. Hace muy poco he
presenciado una escena un tanto “cómica”: las personas en cuestión no emitían
palabra entre ellas, al mismo tiempo que en algunos momentos se echaban buenas
risas de manera individual, pero con el interlocutor del teléfono, durante
bastante tiempo. Era curioso, pues me parecía que ninguna de ellas se daba
cuenta de lo que estaban haciendo. Yo estaba en una mesa al lado de aquellas
chicas, y fue una de aquellas situaciones inverosímiles que, si fueran parte de una película, te reirías un buen
rato. Fue una de las situaciones más absurdas que he presenciado en mi vida,
pues con lo positivo que es intercambiar impresiones con los amigos en
situaciones reales, algunas personas prefieren insistir en seguir “encerradas”
en una pantalla.
De otra parte, debemos
prestar atención al incremento de los problemas de salud que siguen en aumento,
y en la mayor parte en función de la falta de movimiento, de la mala
alimentación, las malas posturas (principalmente en los niños). El incremento del estrés también
es uno de los temas que debemos tener en cuenta, pero hay otro problema que
verdaderamente está llamando la atención del medio sanitario: la aparición de
muchos casos de anemia en niños y adultos sedentarios, y que no tienen ninguna
relación con la crisis, sino con las malas costumbres alimentarias y la falta
de ejercicio físico.
Una alimentación con deficiencias en el aporte de
hierro es el desencadenante de algunos casos de anemia. El hierro es el principal componente de la hemoglobina cuando se une
con el oxígeno. El organismo, al no absorber el mínimo necesario de hierro por el aparato
digestivo, o por perder ese hierro en exceso, fabrica una cantidad insuficiente
de hemoglobina y produce menos hematíes o
hematíes de poca calidad. Al ocurrir esto la sangre se debilita en la
realización de sus funciones y en la
capacidad de oxigenar los tejidos. Esta clase de anemia se denomina anemia por
ferropenia. Además de hierro, en la fabricación de los glóbulos rojos también
son necesarias la vitamina B12 y el ácido fólico. La falta de por lo menos uno
de ellos también puede provocar otras clases de anemias.
Al mismo tiempo que muchos
niños y adolescentes permanecen gran
cantidad de horas delante del ordenador, la videoconsola, o el teléfono móvil, se
ha constatado que junto con la obesidad, la anemia representa un gran problema
que debe ser subsanado.
Hay muchos casos de niños obesos con anemia.
Al contrario de la
obesidad, la anemia es silenciosa y sus síntomas se manifiestan con el tiempo. Entre estos síntomas
están el cansancio, la sensación de agotamiento, dificultad para respirar,
mareos, dolor de cabeza, frío en las manos, piel o membranas mucosas más
pálidas de lo normal, color amarillo en la parte blanca de los ojos y también en el tono de
piel. En el caso de ser aguda, falta de ánimo (astenia), palpitaciones y falta
de aire unida al esfuerzo (disnea). También pueden surgir síntomas
cardiovasculares como las taquicardias, angina de pecho, disnea de esfuerzo,
etc. En algunos casos pueden ocurrir cambios de carácter, irritabilidad,
tristeza, falta de sueño, y abatimiento. En el caso de ser crónica, muchas
personas se adaptan a la situación y
sienten muy pocos síntomas, salvo que exista una bajada repentina de los
niveles de hemoglobina.
En el ámbito deportivo
es normal presenciar la bajada de los niveles de hierro, sobre todo en aquéllos
que practican deportes como la natación, el ciclismo, los triatletas, los
maratonianos, etc. Es normal y frecuente encontrar bajos niveles de ferritina sérica en esta
clase de atletas, pero es importante tener en cuenta que los niveles de
hemoglobina y otros indicadores pueden ser normales. Éstos sufren un déficit de
hierro sin la presencia de anemia. En ese caso no hay ni descenso de glóbulos
rojos, ni disminución de la capacidad de trasportar oxígeno.
No obstante, también es
interesante exponer un caso real que se relaciona con la inactividad física y
el vicio de los ordenadores. Una vez se presentó en mi consulta un joven con
una tremenda contractura en la zona dorsal. No era una persona obesa, pero si
sedentaria. Hablando con el paciente sobre la procedencia de la misma, para mi
sorpresa, me comentaba que tenía la costumbre de pasar la noche delante del
ordenador disfrutando de uno de estos juegos de puntuación. El tema era que no
quería despertar a sus padres mientras jugaba, pues a éstos no les hacía
ninguna gracia que el joven pasara toda la noche delante del ordenador; por ese
motivo, se ponía los auriculares e intentaba emitir el mínimo de ruido posible.
Por alguna alergia que padecía, de la que no había averiguado la procedencia,
estornudaba fuertemente y con mucha frecuencia, y para no despertar a nadie en
su casa, reprimía el estornudo tapando la boca y la nariz, y fue justamente lo
que ocasionó la contractura del chico. Es
importante saber que un estornudo puede alcanzar hasta 160 kilómetros por hora.
Al tapar la nariz o la boca, se puede crear una gran presión de aire. En el
caso de mi paciente, que además dijo que en el momento de dicho estornudo
estaba sentado en una mala postura, la presión de aire reprimida le ocasionó
una buena contractura dorsal, pero esa
misma acción también puede ocasionar importantes infecciones, puesto que al
haber tapado la boca y nariz en el momento del estornudo, esa presión inversa
puede forzar a que las bacterias de la nariz regresen a las cavidades que están
cubiertas de mucosa, o mismo hacia dentro de los oídos. Desde luego la
contractura fue una gran lección para aquel chico, pues se le notaba muy
incómodo. Una vez solucionado su problema, me garantizó que no seguiría pasando
tanto tiempo delante de una pantalla, y que empezaría a practicar alguna
actividad física para fortalecer su musculatura.
Las nuevas tecnologías
son verdaderamente geniales si damos el uso debido, pero como en todo, la
mesura y el sentido común son fundamentales, pues para que se fomente una buena
calidad de vida es importante que estemos equilibrados, y que aprendamos a
gestionar nuestras emociones, y la mejor manera para promover dicho equilibrio
es mantener una buena alimentación, tener las horas de descanso necesarias, ejercitar la mente, proporcionar ejercicio al cuerpo y
mantener una disciplina de entrenamiento; vivir libre de estrés, tener horas de
ocio para disfrutar de la familia y amigos, tener horas de ocio para disfrutar
de uno mismo. Todo esto sí es posible,
basta proponértelo, basta quererlo.
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