En algunas partes de Estados Unidos ya hace algún tiempo se está
llevando a cabo, y con gran éxito, la
práctica del parto orgásmico. Se trata de una manera como mínimo interesante de
tener un parto. Todos los registros han sido positivos hasta el momento, debido
a que se trata de una clase de parto normal, natural, que tiene un enfoque
totalmente diferente a los que se hacen de manera habitual. Esta clase de parto
excluye los protocolos tradicionales. Además de seguir bajo la supervisión de
personal médico, en vez de hacerse en las condiciones normales de un hospital,
y practicarse como en muchos caso con la aplicación de anestesia epidural, el ambiente
en el que se realiza es el más confortable posible. Se busca una situación de
calidez, dónde la futura mama pueda sentirse muy cómoda, y se utilizan las más
variadas técnicas para que ésta se
relaje. En ese tipo de parto, aparte de la pareja o marido de la persona en
cuestión, el personal sanitario es el mínimo imprescindible. Se aplican
diferentes herramientas, las que más
agraden a la futura madre, que pueden ser desde masajes hechos por su marido o
pareja, baños con agua de temperatura
cálida, etc. Normalmente se practica dentro de una bañera, donde la temperatura
del agua se mantendrá agradable y cálida, cosa que también será muy favorable
en el momento del nacimiento del bebé.
En realidad, el dolor del parto no se
produce en función de algún daño, como por ejemplo el ocasionado por un corte o
una quemadura del que el cuerpo nos alerta; es un dolor ocasionado por un proceso
natural. En muchos casos las personas
tienen miedo al dolor del parto, y ese
miedo facilita la producción de adrenalina en el cuerpo. La adrenalina es
fundamental en la real existencia de un peligro, pero la producción de
adrenalina durante el parto dice al cuerpo que no es seguro dar la luz en ese
momento, y puede alargarlo de una manera importante y dificultosa.
En el parto orgásmico, justo antes del
momento del alumbramiento y una vez se consiga la debida comodidad, se empieza
con los pertinentes masajes de
estimulación con el objetivo de alcanzar el clímax deseado para que se produzca
el orgasmo. El parto ocurre justo en ese
momento: es el momento en el que la mujer está poseída por un trance hormonal
ocasionado por el éxtasis de dicha situación. En este tipo de parto no se aplica ningún fármaco; todo procede de la manera más natural posible, y
todas las mujeres que han optado por esta práctica, que ya son muchas, confirman lo mismo. En primero
lugar, la inexistencia de dolor alguno; y en segundo lugar, la experiencia
fascinante de haber dado a luz de esa manera, disfrutando en todos los sentidos
y en todo momento de una experiencia inolvidable.
Este tipo de parto, además de parecer muy interesante, nos da una prueba de las enormes posibilidades que tiene
nuestro cerebro. Si nos paramos a
pensar, esta clase de parto no ofrece ningún riesgo (siempre que no exista
ninguna anomalía), ya que es acompañado por los profesionales sanitarios; pero lo más interesante es que a través del
placer el cerebro inhibe los receptores
de dolor.
En el momento de un orgasmo femenino el hipocampo entra en acción, que es
justamente el lugar en el que se forman
las emociones y la memoria a largo plazo. Es un momento de intensa actividad cerebral. Justo en ese
instante se produce una ingente y continuada tensión y relajación de los
músculos, y es entonces cuando el centro del placer del cerebro entra en una
gran actividad. En anteriores investigaciones realizadas sobre el orgasmo
femenino se ha podido constatar, mediante
resonancia magnética, que se produce una actividad intensa de al menos treinta
áreas distintas del cerebro. Ha sido comprobado que durante un orgasmo, básicamente
todos los sistemas del cerebro se activan. El córtex, el cerebelo, el bulbo
raquídeo, el hipotálamo, etc., se activan en diferentes secuencias.
Todos los sistemas importantes del
cerebro son accionados durante un orgasmo y, al ser estimuladas tantas
áreas, lo que realmente mesuramos es la utilización del oxígeno: eso
quiere decir que los orgasmos crean un gran suministro de oxígeno y
nutrientes para el cerebro, lo que significa que practicar sexo es
beneficioso (1), lo mismo pasa cuando
practicamos actividad física.
El orgasmo es la actividad humana que más áreas del cerebro estimula.
Con tamaña actividad, ocurre una ingente
liberación de varias hormonas, como las endorfinas, la oxitocina, la
serotonina, la noraendorfina, la noradrenalina, la testosterona (hombres), etc.
Principalmente en el caso de la noradrenalina, se ha demostrado que con la
disminución o eliminación de este
neurotransmisor en el cerebro, la persona en cuestión podrá sufrir importantes cambios
positivos en su motivación, cosa que está directamente relacionada con la
depresión, una reducción en los ataques
de ira, y un incremento en el placer sexual.
La oxitocina, que es casi predominante
en la actividad sexual, se encarga de relajar los músculos después de un
orgasmo y, si unimos la intensa revolución hormonal y los varios cambios
metabólicos que ocurren en la mujer en
ese momento, su cuerpo gozará de un
estado de desahogo y tranquilidad. Es un
parto libre de dolor debido a la intensa actividad hormonal que la futura madre
en cuestión experimenta antes que suceda el nacimiento.
Esa actividad hormonal que proporciona
gran placer, una enorme y agradable relajación, facilita descomunalmente la dilatación
de la vagina e inhibe el dolor, facilitando
así el parto y haciendo que esta
actividad sea más bien placentera.
Hay que recordar que cuando el bebé está descendiendo por el canal del parto, está pasando exactamente
por las mismas posiciones que utiliza el pene cuando penetra en la vagina para
producir el orgasmo.
Muchas de las mujeres que probaron esta
clase de parto afirman que la sensación de parir mediante un orgasmo es la
misma que sienten en el momento del coito. Muchos ginecólogos están de acuerdo
con esta clase de parto, incluso se ha escrito un libro sobre el tema.
Es como mínimo polémico por un lado,
pero sobre todo por ser algo no conocido y poco tradicional, pero muy lógico
desde un punto de vista neurofisiológico. La medicina evoluciona cada día, y los avances que vamos conociendo a
cada momento son realmente sorprendentes, pero al mismo tiempo nos vamos dando cuenta de que, si partimos desde el
sentido común, en muchos aspectos nos hemos desvinculado totalmente de muchas
de las cosas que hacen parte de la naturaleza humana. Por otro lado, el papel del
padre en este tipo de partos es mucho más participativo, y eso es genial.
En mi opinión de facultativo, el
ambiente de las salas de parto de los hospitales debería ser diferente, pues a
éstos la gente va para curarse de alguna enfermedad, y un parto es totalmente
al revés, no sólo no existe enfermedad, sino que hay mucha vida.
Personalmente, y como médico, ni
aconsejo ni desaconsejo; pero es importante conocer que también existe esta vía.
Desde mi punto de vista, enaltezco las grandes posibilidades que tiene nuestro
cerebro.
1. NEUROFISIOLOGÍA DEPORTIVA: EL SEXO DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL CEREBRO.
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