Muchas veces, al final del día nos sentimos cansados. Lo cierto es que siempre necesitaremos reponer nuestras energías para afrontar con valor la jornada siguiente. El cansancio físico lo podemos notar con más facilidad que el cansancio mental, siendo que muchas veces no conseguimos detectar dónde está el límite de energía de nuestro cerebro dentro de las actividades diarias. Seguimos con ellas, muchas veces sobrepasamos estos límites, y es justamente en ese momento en el que nos sentimos agotados mentalmente.
Es costumbre mundial que la mayor parte
de las personas, cuando terminan de trabajar, se van a casa y, después de la
tan esperada ducha y con un tremendo agotamiento de las fuerzas, se sientan delante de la televisión para intentar
desconectar de todo en una tentativa de relajación.
Es ésta una pésima idea pues la TV., en
realidad, no sirve para descansar nuestro cerebro ni para relajarlo, más bien
pasa lo contrario. La televisión es capaz de proporcionar una importante disminución
de las sinapsis neuronales. Al estar ante ella no pensamos, y el cerebro deja
de procesar la información que está recibiendo, y esa misma información va directamente a las redes de neuronas. En
otras palabras, dejamos de razonar casi inutilizando el lado izquierdo del
cerebro, al mismo tiempo que éste se volverá
perezoso, pues de esa manera no se le exigirá ningún esfuerzo. De otra
parte, pasar mucho tiempo viendo la TV. proporciona un importante cansancio a la
visión, pudiendo ocasionar la aparición de migrañas.
Después de un día de plena actividad,
una de las mejores cosas que existen para descansar el cerebro es divertirlo, y
la mejor manera de hacerlo es favoreciendo el desarrollo de la creatividad. Es
importante no olvidar que nuestro cerebro no para nunca, y la manera más
positiva de mantener la efectividad de este tan interesante órgano, es proporcionarle
diferentes retos. Plantear desafíos al cerebro es una de las mejores cosas para
que se puedan estimular las sinapsis entre neuronas y, en consecuencia, hacer
que el cerebro desconecte de las
actividades cotidianas que ya ha aprendido y que ya están asimiladas o
dominadas. En otras palabras, nuestras actividades diarias ya han sido
configuradas por nuestro cerebro y, salvo que la persona en cuestión desarrolle
un trabajo o actividades que sean extremadamente dinámicas y que le faciliten
diferentes estímulos en cada momento, no representarán ningún reto para el
cerebro. En contrapartida, la manera más eficaz de descansar el cerebro es
desconectar el cuerpo a través del sueño profundo, así que ir a la cama
pensando en los problemas, en las cosas que tienes que hacer el día siguiente,
o en la película que acabas de ver,
tampoco funciona.
Nuestro cerebro es el responsable de
todas las acciones de funcionamiento de nuestro cuerpo, fisiológicas, neurofisiológicas,
biomecánicas, etc.; es “el gran jefe”, y mismo en los momentos en los que
estamos durmiendo sigue trabajando, y
además de una manera muy intensa.
No hay nada de malo en ver una buena película
en la tele o un programa interesante, pero es importante llamar la
atención sobre el hecho de estar muchas
horas delante de un aparato de TV. Para que nuestro cerebro desconecte es
importante que descansemos, pues de ahí dependerá tener mucha o poca energía al
día siguiente.
Hay muchos casos de personas que se
encuentran en esa situación y que se levantan de la cama agotados precisamente
porque se quedan viendo la televisión
hasta muy tarde de la noche.
Es importante recordar que:
“En el caso de los atletas o de las
personas que practican actividad física, el cerebro no desenvuelve solamente
una función de control fisiológico respeto a la digestión, quema de calorías,
separación de nutrientes, etc. Es el órgano más importante que tenemos y su
capacidad va mucho más allá de lo que podemos imaginar. La
Neurofisiología Deportiva se encarga de estudiar
el comportamiento del cerebro, sus reacciones y
aplicaciones en los atletas y en los practicantes de actividad
física. Como un ejemplo, en el proceso de aprendizaje de
nuevos ejercicios en un cambio de entrenamiento,
en principio el cuerpo no responde como se espera; en
esta fase casi siempre los resultados no son del todo favorables.
Con la repetición del entrenamiento y de los ejercicios, los músculos se
adaptarán a estas nuevas solicitaciones, pero el tema principal de esta
adaptación no está solamente en la musculatura, sino en el trabajo
de configuración de las informaciones que son recibidas por el cerebro, y que
éste procesa mientras dormimos.
Cuando el cuerpo está adaptado a las
informaciones que recibe dentro de un entrenamiento, fisiológicamente
hablando, el organismo se adecua a las necesidades de ese cuerpo
facilitándole todo lo que necesita, tanto para mejorar
su rendimiento en el entrenamiento, como para auxiliar la
recuperación del mismo en el cansancio, pero cuando nuevas
informaciones son recibidas, el cerebro necesita recalcular y reprogramar todo
el funcionamiento fisiológico del organismo con el fin de mantener el
equilibrio. Esa reprogramación ocurre mientras dormimos: la
absorción de los nutrientes, la velocidad de la sangre en
venas y arterias, el control de la digestión, el control del nudo sinusal y los
latidos del corazón, la liberación de las endorfinas y de los demás
neurotrasmisores y hormonas, la refrigeración del organismo y control de la
temperatura corporal, etc.”(2)
Es fundamental que descansemos realmente durante las horas de
sueño. El momento en el que estamos durmiendo de manera profunda es uno de los
más importantes para nuestra salud. Éste es uno de los motivos por los que los
especialistas siempre recordamos a las personas la importancia de la buena alimentación,
de la actividad física y del descanso (buenas horas de sueño).
Estamos acostumbrados a hacer las cosas
que hemos visto desde pequeños, y muchas veces no nos paramos a pensar con detenimiento sobre la
lógica de nuestras acciones; nos remitimos a mantener nuestras costumbres, de
tal manera que, en algunos casos, sí
somos conscientes de nuestra falta de sentido común.
Podemos invertir nuestro tiempo en
varias actividades, e incluso en
perderlo pasando las horas delante de la TV. o de las consolas de videojuegos,
pero lo cierto es que ese tiempo no se recupera, al igual que las horas de
sueño perdidas. El tiempo es un gran tesoro que tenemos, y debemos invertirlo
muy bien.
¿Por qué en vez de estar mirando la
televisión durante tantas horas no dedicas ese tiempo para hablar y disfrutar
de los tuyos?
1. Aprender durmiendo
2. Aprender durmiendo
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