El estrés puede desencadenar
muchas enfermedades, tanto en las edades tempranas, como principalmente en las
edades adultas. Muchas veces podemos
haber estado padeciendo estrés desde mucho antes de darnos cuenta de ello, y
ese hecho puede haber pasado con un gran número de personas, pudiendo estar
acompañándolas toda la vida sin que se
den cuenta. Solemos hablar del estrés como algo totalmente normal y cotidiano;
padecer esta enfermedad está socialmente
aceptado al igual que fumar, pero tanto uno como otro pueden provocar problemas muy importantes
para la salud, además de ser grandes socios y de complementarse a la perfección. En los días de hoy, existen
muchos fármacos químicos para los efectos que el estrés ocasiona en la salud,
pero el único fármaco realmente capaz de curar esta enfermedad, además de sus
efectos, es la actividad física y el deporte, acompañados de una alimentación
sana, balanceada, horas de sueño pertinentes para que el individuo se sienta descansado,
y una vida libre de malas costumbres. Es fundamental tener en cuenta
que cuanto antes se empiece la práctica del ejercicio físico y de una
alimentación equilibrada, mejor. Y eso también, y sobre todo, se aplica a los
niños. Es de sentido común pensar que si hacemos ejercicio físico desde las
primeras edades fomentaremos una vida más equilibrada, con una gran posibilidad
de que ésta esté libre de problemas de salud, tanto en la infancia, como en
adolescencia o en las edades adultas.
Estando en tratamiento de alguna enfermedad, el estrés supone un hándicap
importante en la recuperación de la misma, pues su presencia dentro del proceso
de recuperación dificultará dicho procedimiento debido a que inhibe el sistema
inmune y ocasiona la bajada de las defensas de la persona que lo sufre,
aumentando de una forma desmesurada la posibilidad de tener otras enfermedades
o recaídas. En casos como los de la recuperación de una enfermedad, la práctica
de ejercicio físico controlado y direccionado a las necesidades de la persona
en cuestión podrá ayudar en su recuperación.
Una gran cantidad de las
enfermedades que conocemos son ocasionadas por un mal estilo de vida y, en su
gran mayoría, se desarrollan a lo largo tiempo. Son silenciosas y cuando se
manifiestan, muchas veces se presentan de una forma muy agresiva. Es el caso
del estrés, la hipertensión, algunos problemas cardiacos y muchas otras. Es
importante que desaprendamos ciertas costumbres que nunca nos hemos preguntado
por qué las asumimos. Si nos paramos a pensar, eso se remonta a las primeras
edades, cuando a los niños desde muy pequeños, en la mayor parte de los casos, se
les proporciona un gran estrés sin que se perciba. Muchos comportamientos de
los adultos frente a los niños son cuestionables. Me refiero a niños de todas
las edades, pero principalmente en las primeras edades. Los niños observan todo
y estudian a los mayores constantemente. Es de suma importancia que también aprendamos a observarles, pero no sólo
las señales fundamentales que ellos manifiestan de una manera clara (hambre,
sueño, etc.), sino aquellas referencias
más sutiles que ellos nos facilitan en cada momento. Muchas veces los adultos
estamos insistiendo a un niño para que repita palabras, o que aprenda cosas, y
eso es normal, pero es importante que estemos atentos a que ése realmente sea
el momento más oportuno para hacerlo. Algunas personas hablan con los niños con un tono de voz muy alto, y se olvidan de que estos pequeños
tienen una tremenda sensibilidad sensorial, y que en la ausencia de alguna
anomalía auditiva, son capaces de escuchar en tonos muy, muy bajos.
Los niños también se
agobian, se enfadan, son altamente sensibles a todo, y sobre todo, también se
estresan, aunque mucha gente piense que esto no pasa. Lo más curioso es que
cuando un bebé que apenas sabe hablar se enfada por algún motivo, los adultos
se ríen por parecerles algo gracioso y no lo toman en serio, y la mayor parte
de las veces siguen insistiendo en la misma acción móvil del enfado del bebe.
Ésta es una manera muy típica de
fomentar estrés al pequeño. Lo más inteligente, en situaciones parecidas, es dar atención al motivo del enfado y
respetarle no repitiendo la acción. También es interesante estar atentos a las
situaciones donde las informaciones se colapsan; es decir, televisión encendida
con volumen alto, varias personas hablando a la vez, teléfono sonando, personas
desplazándose en el ambiente, más de una persona llamando al nombre del bebe requiriendo su atención…Son típicas situaciones que son
capaces de facilitar estrés al bebe, y que podrían ser evitadas.
A medida que el niño va creciendo,
seguirá facilitándonos muchas señales.
Desde las primeras edades es
fundamental enseñar el equilibrio a los niños en todos los sentidos. Enseñarles,
por ejemplo, la costumbre de despertarse
con tiempo suficiente a que no tengan que levantarse de la cama corriendo, que
no necesiten desayunar con velocidad y
que no tengan que salir corriendo de casa para no llegar tarde a clase. Educarles
para los deberes de casa, y los tiempos utilizados para estudiar.
Es menos estresante para
nuestra salud dormir una hora menos, y tener una hora a más de tiempo para
poder desayunar y preparar el día con más tranquilidad.
Desde luego los que dejan
todo para la última hora nunca tendrán tranquilidad ni equilibrio, puesto que siempre
estarán corriendo detrás del tiempo que ya pasó. De seguir así, cuando sean adultos, esa
actitud ya será una constante en su vida, y lo más normal es que estas personas
se hayan acostumbrado a vivir de esa manera, siempre corriendo, y que padezcan estrés
sin saberlo, y desde hace mucho tiempo. Pero en los tiempos que corren esto
sería una situación normal.
¿Será que nos hemos
acostumbrados a estar estresados desde pequeños y nunca hemos dado cuenta de
ello?
Desaprender procedimientos
impuestos que carecen de un objetivo lógico es algo fundamental, pues si
recordamos las situaciones anteriormente citadas, muchas personas pueden tener
el estrés ya reflejado en su ADN, pues lo padecen desde las primeras edades sin
saberlo. De ahí muchas veces el motivo por el que algunas personas se ponen
enfermas con extremada facilidad, máxime
si añadimos la falta de actividad física, una mala dieta y los vicios. Cuando
existen problemas hay que buscar soluciones, pero es imprescindible conocer la
procedencia de la anomalía y los motivos por lo cuales ésta se ha manifestado;
y en la solución de la misma, es primordial tener en cuenta todos los factores
involucrados.
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