Debido al creciente incremento
de la obesidad infantil, se han abierto muchas líneas de investigaciones sobre
este tema en todo el mundo. Lo interesante es que, a través de algunas de estas
investigaciones, se ha descubierto que en algunos países del mundo, la mayor
parte de los niños eran posibles portadores de diabetes tipo II en niveles
similares a los de los niños con obesidad, pero sin tener sobrepeso, tampoco
obesidad. De entre estos países, el que más llamó la atención fue India, y lo
curioso es que en este lugar las personas llevaban una vida considerada sana,
no consumían alimentos con altos niveles de calorías, además de que se movían
mucho eliminando cualquier posibilidad de tener una vida sedentaria. Todas
estas informaciones confundían mucho a los investigadores. Se constató que la
mayor parte de los niños que nacían en este país tenía bajo peso, pero los
niveles de grasa al nacer eran idénticos a los niños que nacían con el doble de
su tamaño y peso. Se comprobó que el organismo de las personas que nacían por
debajo de su peso tenían los mismos niveles de grasa que las personas que
nacían con el doble. Los bebes que nacían con 2,5 kg o menos tenían los mismos
niveles que los que nacían con 3.5kg. Eso les proporcionaba una mayor
posibilidad de contraer la diabetes tipo 2 debido a la resistencia a la
insulina que tenían.
Durante los varios años de
seguimiento en el desarrollo de estos niños, se ha comprobado que a los 4 años
eran más resistentes a la insulina, a los 8 más, y a los 21 años bastante más.
Lo más interesante es que seguían siendo delgados. Al cumplir los 21 años, gran
parte de ellos tenían síntomas de obstrucción arterial e indicadores de
problemas cardíacos, los mismos indicadores que las personas obesas o con
sobrepeso, pero estando delgadas. La
inquietud por saber por qué eso ocurría volcó las investigaciones en conocer
los hábitos de las madres. Dentro del período de gestación de la madre, los
hábitos de vida eran determinantes para que se supiera más sobre este problema.
Se comprobó que el problema no
estaba en la ingesta calórica de la madre, no eran las proteínas, tampoco las
grasas, sino en el exceso de los considerados micronutrientes: se refiere a las
vitaminas y minerales cuya demanda diaria es pequeña, pero indispensable para
los diferentes procesos bioquímicos y metabólicos del organismo y, en
consecuencia, para el buen funcionamiento del cuerpo humano, como son las
verduras, la leche y las frutas. El problema residía en que los bebes no
recibían los nutrientes necesarios para su desarrollo. No era la cantidad, pero
sí la falta de los minerales y vitaminas correctos. Uno de los motivos
principales era tener baja la vitamina B12 (es importante, pues está
relacionada con el metabolismo) y tener alto el ácido fólico (en exceso se
corre el riesgo de provocar problemas en el desarrollo y puede ocasionar
alteraciones en el ADN). Esto provocaba que en un parto normal, tuviesen bebes
pequeños y delgados en apariencia y “gruesos” por dentro. Eso les proporcionaba
la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro. Pequeñas variaciones en la dieta de la madre
dentro del período de gestación podrían representar efectos notables en la
salud futura del bebe al crecer. Una gestación equilibrada puede ser
determinante en la calidad del sistema de defensa del bebe, y es lo que
determinará la resistencia del cuerpo y su propio mecanismo de reparar
anomalías y fragmentos defectuosos. El cuerpo equilibrado de un bebe tendrá
defensas involuntarias y protecciones en contra de la oxidación. La eficacia de
estos sistemas determinará la calidad de la salud de la persona a lo largo de
su vida.
Los 9 meses en el vientre
materno es seguramente el tiempo más importante de nuestras vidas.
La diabetes tipo 2 es una
enfermedad que dura toda la vida (crónica) en la cual hay altos niveles de
azúcar (glucosa) en la sangre. La diabetes tipo 2 es la forma más común de esta
enfermedad. Es ocasionada por un problema en la forma en la que el cuerpo
produce o utiliza la insulina. La insulina es necesaria para desplazar el
azúcar en la sangre (glucosa) hasta las células, donde ésta se almacena y se
usa posteriormente como fuente energética. Cuando una persona tiene diabetes
tipo 2, la grasa, el hígado y las células musculares normalmente no responden a
dicha insulina. Esto se denomina resistencia a la insulina. Como resultado, el
azúcar de la sangre no entra en las células con el fin de ser almacenado para
obtener energía.
Cuando el azúcar no puede
entrar en las células, se acumulan niveles anormalmente altos de éste en la
sangre, lo cual se denomina hiperglucemia. Por lo general, la diabetes tipo 2
se desarrolla lentamente con el tiempo. La mayoría de las personas con esta
enfermedad tienen sobrepeso en el momento del diagnóstico. El aumento de la
grasa dificulta al cuerpo el uso de la insulina de la manera correcta. La
diabetes tipo 2 puede presentarse también en personas delgadas y es más común
en los ancianos. Los antecedentes familiares y los genes juegan un papel
importante en la diabetes tipo 2. Un bajo nivel de actividad, una dieta deficiente
y el peso corporal excesivo (especialmente alrededor de la cintura) aumentan el
riesgo.
Para que una mujer pueda
disfrutar de un buen embarazo, es de suma importancia ser consciente de que
durante los 9 meses que dura la
gestación, su situación cambiará, y es fundamental saber respetar las
limitaciones que eso supone. Algunos de
los cambios que sufren las mujeres debido al embarazo son: cambios en el tracto
gastrointestinal por relajación del músculo liso que puede llevar a estreñirse
debido a un descenso de la movilidad
intestinal; producción de hormonas como consecuencia de la formación de
la placenta; niveles altos de progesterona que provocarán náuseas y vómitos;
aumento del volumen sanguíneo y del gasto cardíaco; aumento de los depósitos de
grasa necesarios para la lactancia posterior; elevación del metabolismo basal;
crecimiento del útero y glándula mamaria; aumento de la secreción renal de
sodio por la orina; exceso de la retención de líquidos; hiperventilación; el
aumento del sentido del olfato, lo que favorece la aparición de náuseas. Son
muchos los cambios que las mujeres experimentan en la gestación, motivo por lo
cual la dieta debe estar muy bien controlada. En los casos de las mujeres
deportistas o las que practican actividad física, el enfoque no debe ser sólo
para la salud de la futura madre, sino también proporcionar el mejor período de
gestación para el bebe. En estos casos el acompañamiento de los profesionales
de la salud se hará fundamental. Es imprescindible saber hasta qué punto se
podrá llegar con el programa de entrenamiento, al mismo tiempo que es esencial
el control de la dieta de la futura mama, proporcionándole la pertinente
recuperación energética para que ningún nutriente falte al bebe, para que los
dos puedan disfrutar de un embarazo equilibrado.