Desde luego que sí. Los efectos positivos y beneficiosos que nos proporciona la práctica del ejercicio físico son incontables. Practicar actividad física nos hace rejuvenecer una buena cantidad de años, además
de aumentar significativamente nuestra calidad de vida. El ejercicio físico también
es un estupendo aliado de la calidad estética, pues es capaz de cambiar nuestra
figura corporal y también la facial.
Cierto día , hablando con una gran amiga, ésta me comentaba que siempre que terminaba su sesión de ejercicios, se veía
más guapa en el espejo, además de tener más ánimo para afrontar las actividades
del día a día. Eso es de todo cierto, pues con la práctica de la actividad
física los cambios metabólicos que sufre nuestro cuerpo son innúmeros y del
todo positivos. Una gran parte de las personas no son conscientes de la
importancia de realizar ejercicio físico de
manera regular para nuestras
vidas, y esa transcendencia va mucho más allá de la figura; mas si nos
centramos en este último punto, que no deja de ser importante para mucha gente,
el ejercicio físico puede relacionarse directamente con el control del peso
corporal y con la estética, y al hablar
de estética, tenemos que hacer referencia a nuestra piel.
La piel tiene la mayor área de superficie en el cuerpo humano y es el
elemento más pesado. En dicha superficie, se encuentran las papilas sensitivas
y en la parte interior determinados órganos que tienen unas funciones
especiales, las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos y las glándulas
sebáceas. La piel protege los órganos
internos del cuerpo de posibles infecciones, lesiones y rayos solares
dañinos. También desarrolla un papel
importante en la regulación de la temperatura del cuerpo. Aunque la piel de un adulto puede llegar a
pesar alrededor de nueve kilogramos, en algunas personas puede ser tan fina como el papel. El ejercicio físico debe andar
siempre de la mano de la
alimentación y el descanso pues, en
lo referente a nuestra salud, éstos ejercen una perfecta complementación. La
piel es un órgano que desarrolla funciones de alimentación, asimilación y supresión; por este motivo, en
la práctica de la actividad física la ingesta de agua es de suma importancia,
no solo con el enfoque a la rehidratación, pues además ayuda al cerebro a mantener la
temperatura óptima del cuerpo y a la vez propicia un mejor funcionamiento de
los órganos internos en la eliminación de los desechos y de las toxinas por vía
del sudor.
Mantener una alimentación saludable es muy inteligente, pues todo lo que comemos llegará a los vasos sanguíneos más pequeños,
los capilares, debido a la catabolización de los alimentos, y estos capilares
también transportan el oxígeno que necesitamos para la producción de energía.
Los capilares tienen paredes finas, del grosor de una célula, y en ellos tiene
lugar el intercambio metabólico y de oxígeno. Si añadimos el ejercicio físico a
todo este proceso ganaremos en salud y además nuestra piel lo agradecerá. En la práctica
de actividad física es fundamental utilizar ropas adecuadas que sean
confortables y que proporcionen un buen cambio de oxígeno con el medio.
Estas son algunas de las cosas que ocurren en nuestro organismo cuando se
practica actividad física manteniendo una alimentación equilibrada.
De otra parte, al estimular el cuerpo con ejercicio físico, también estaremos
propiciando cambios metabólicos importantes en nuestro organismo, y eso produce
la liberación de una gran cantidad de neurotransmisores que tienen las más
distintas funciones. El ejercicio físico inhibe la liberación de la ACTH , la hormona del estrés,
y con ello también se inhibe la ansiedad. Las
personas que están libres de estrés o de ansiedad tienen una mejor postura, mejor
actitud, son bastante más positivas y, en consecuencia, sonríen más y producen más empatía ante los demás. Al sonreír los músculos del rostro entran en actividad
de una manera automática; se estiran haciendo que la piel gane flexibilidad y
rejuvenezca. Esta actitud llama la atención de las demás personas y de una
manera muy positiva, pues a nadie le gusta
estar al lado de personas negativas o pesimistas. Desde luego la
actividad física estimula buenas sensaciones y un tremendo bienestar.
De otra parte, al estimular una mayor cantidad de flujo sanguíneo al
cerebro por medio del ejercicio físico, este importante órgano tiene la
posibilidad de aumentar su capacidad de reacción con el incremento de las
conexiones entre las neuronas; con ello el cerebro tendrá la capacidad de
enviar una mayor cantidad de informaciones a los músculos y órganos.
Hay muchos otros casos de personas que padecen de dolor en su cuerpo (espalda, piernas, etc.) y en muchos de ellos
la causa es la falta de movimiento. Con el dolor, las personas se sienten mal,
asumen malas posturas que solo hacen agravar su situación y llegan incluso a dejar de relacionarse con
los amigos debido al estrés ocasionado por el malestar que sienten, y muchas
veces puede derivar en ansiedad y/o depresión. Lo primero que hacen es buscar tratamientos farmacológicos cuando, en muchos de estos casos, lo único que
necesitan es un poco de actividad física. Es importante un cambio de
actitud por parte de estas personas, un
poco de fuerza de voluntad y determinación.
La práctica de la actividad física no es la solución de todos los problemas,
pero sí de gran parte de ellos. En los casos de las personas que dejan de
padecer dolores debido a que han empezado un programa de entrenamiento, muchas
de ellas llegan a cambiar su figura e
incluso su energía, y eso las hace más guapas.
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