jueves, 31 de octubre de 2013

LOS CAMBIOS QUÍMICOS DEL CEREBRO EN EL EJERCICIO FÍSICO Y EL HIPOTIROIDISMO

Cuando se habla de actividad física se suele enfocar el tema hacia el rendimiento físico, las nuevas técnicas de trabajo, la manera más efectiva de conseguir los mejores resultados, etc.; pero nada de esto sería posible de no ser por el maravilloso trabajo de nuestro cerebro. La práctica del ejercicio físico es capaz de proporcionar importantes cambios químicos en nuestro cerebro, facilitando una significativa mejoría en nuestro estilo de vida y, en consecuencia, en nuestra salud. Al empezar la práctica del ejercicio físico la circulación de la sangre aumenta de velocidad, alterando así el metabolismo. El cerebro va tomando medidas de acuerdo con la subida de presión de sangre en el corazón. Ésta es una situación de estrés que es solventada con la liberación de una proteína llamada BDNF(factor neurotrófico derivado del cerebro). El BDNF contiene elementos reparadores y a la vez protectores para las neuronas, sobre todo las encargadas de la memoria, y actúa como una llave de reinicio.

Es una respuesta al estrés desde un punto de vista molecular.

Por este motivo después de la actividad física nos sentimos tan a gusto, además de tener las respuestas para muchos problemas que nos atormentaban antes de empezar la sesión de ejercicios. A su vez, otras sustancia químicas son liberadas: las endorfinas, que son de suma importancia en el combate del estrés. Las endorfinas tienen como uno de sus objetivos principales bloquear el dolor mientras se practica ejercicio físico. Es muy interesante saber que estas  sustancias que  libera el cerebro son muy adictivas, así que tanto las endorfinas como el BDNF nos pueden viciar a la actividad física, cosa que no está mal siempre y cuando la práctica deportiva se haga de una manera equilibrada , con mesura,  y siguiendo  una alimentación balanceada.  La actividad física juega un papel fundamental en el rol de las enfermedades, pues es capaz de estimular el cerebro de manera que se haga posible el cambio de la naturaleza de las células, sobre todo por vía del gran flujo de oxígeno que pasa a circular por las arterias con la práctica del ejercicio físico. Eso promueve un ambiente totalmente alcalino en el organismo, haciendo mucho más difícil la propagación de muchas enfermedades, y facilitando la recuperación de muchas otras.
En el caso de las personas que tienen problemas de sobrepeso, practicar actividad física no sólo les ayudará a controlar su peso por medio de la pérdida de calorías promovida por el ejercicio físico, como también les suministrará un importante cambio en la química de su cerebro. La disminución del hambre es un hecho que ocurre al entrenar físicamente. Cuando el hipotálamo percibe que se han consumido hidratos de carbonos, el cerebro produce serotonina, y esta sustancia se encarga de avisar al organismo de que tal consumo es suficiente. Desafortunadamente este sistema se puede ver alterado de una manera muy drástica por varios factores, principalmente en los individuos con problemas importantes, como por ejemplo el de tiroides.
Si el metabolismo del individuo es muy lento para el apetito marcado por el cerebro, y si además la persona en cuestión come demasiado rápido, la glándula  tiroides mandará un mensaje que hará que el metabolismo disminuya la velocidad de funcionamiento, haciendo que lo que sería una cantidad adecuada de comida, pase a ser una cantidad que exceda los niveles de dicho metabolismo, teniendo como resultando un aumento de peso. El estrés también es un factor clave que se interpone en el camino del buen  funcionamiento de los neurotransmisores, haciendo que éstos  faciliten la disminución de la producción de serotonina. Es fundamental que los niveles de serotonina se mantengan equilibrados, pues esta sustancia es una de los principales combatientes de la depresión, y ésta debe de ser combatida, a ser posible, sin la utilización de antidepresivos.

La glándula tiroides regula el metabolismo del cuerpo, es productora de proteínas, y regula la sensibilidad del cuerpo hacia otras hormonas.

En los casos de hipotiroidismo, es más común de lo que imaginamos ver pacientes que no consigan volver a su peso ideal, y es fundamental enfocar la  atención a dos factores: en primer lugar mantener una alimentación adecuada y balanceada, baja en grasas y en hidratos de carbono (consumir menos energía de la que se gastará); y en segundo  lugar, mantener un buen programa de entrenamiento físico con un enfoque en la reducción de peso. En casos como éstos es fundamental mantener un balance metabólico muy equilibrado.
Las hormonas tiroideas son secretadas por la glándula tiroidea, y éstas controlan la velocidad de las funciones químicas del cuerpo, la velocidad metabólica. Las hormonas tiroideas tienen dos efectos importantes sobre el metabolismo: estimular a casi todos los tejidos del cuerpo, y aumentar la cantidad de oxígeno utilizado por las células. El retraso o la detención del crecimiento sería un hecho real en la ausencia de las hormonas tiroideas. En algunos casos de hipotiroidismo, el consumo de una dieta alta en hidratos de carbono puede ocasionar una condición llamada “Resistencia a la Insulina”, cosa que no ocurre en todos los casos de hipotiroidismo. La resistencia a la insulina hace que las células no respondan correctamente a la absorción de insulina. Por ese motivo, el cuerpo tiene que aumentar la producción de insulina para mantener los niveles óptimos de glucosa en sangre. Al pasar esto, la insulina se queda  en la sangre en concentraciones mayores a las normales, lo que se denomina Hiperinsulinemia.

Cuando los niveles de insulina en sangre son altos la sensación de hambre es mayor, y en algunos casos exageradamente anormales.

Al existir altos niveles de insulina en sangre, la asimilación de azúcar se dificulta, y las células se dedican a acumular grasa en lugar de procesar el azúcar para la producción de energía. Todo este proceso hace que sea bastante más difícil bajar de peso. Más que la dificultad en bajar de peso, la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia normalmente surgen al mismo tiempo, y son antecesores de la diabetes, de problemas de presión arterial, cardiacos, y de altos niveles de colesterol.
Es muy importante tener en cuenta que en estos casos una dieta baja en grasas,  hidratos, y rigurosamente controlada, junto con un buen programa de entrenamiento físico, será uno de los mejores tratamientos; pero es fundamental tener paciencia, pues los resultados sólo empezarán a aparecer una vez que el metabolismo se adapte a la nueva situación. La práctica del ejercicio físico es capaz de cambiar la homeostasis de las células, alterando así nuestros hábitos orgánicos.  






                                                                                                                                   
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