Soy el primero en defender
la importancia del trabajo del profesor de Educación Física, pero es
fundamental que antes de que una persona en estas condiciones empiece un
programa de entrenamiento pase por su
médico, pues antes de comenzar a hacer ejercicio es de suma importancia saber
cómo uno está por dentro, además de tener los parámetros pertinentes para que
se sepa hasta dónde se pueden llegar en la primera fase de entrenamiento. Esto
sirve tanto para la obesidad, como para cualquier otro caso, habiendo anomalía
o no.
De
otra parte, antes de comenzar un programa de ejercicio es fundamental que se
haga una evaluación física, pues hay muchos casos de personas que no saben que
padecen enfermedades, y eso pasa porque desafortunadamente una gran parte de la
población no tiene la costumbre de ir al
médico para hacerse revisiones de salud.
Cuanto más avanzan los
estudios sobre el tratamiento de enfermedades por medio del ejercicio físico,
más nos damos cuenta de la importancia de la actividad física en nuestras vidas. Una buena actividad
física promueve una tremenda cantidad de reacciones químicas en nuestro
organismo que son capaces de interactuar
de manera muy positiva. Lo mismo pasa con la alimentación sana y los
buenos hábitos; pero esta clase de tratamiento, por medio del ejercicio físico,
es bastante más efectiva en las primeras
fases de una enfermedad, ante la existencia de la misma. Por este motivo
es muy importante mantener el control de
la salud por medio de exámenes preventivos.
De otra parte, las personas no tienen la costumbre de ir al
médico salvo que estén enfermas, y en algunos otros casos
necesitan estar muy enfermas para buscar la ayuda de un especialista. Es
fundamental que los exámenes preventivos sean tomados en serio, no importando
la edad de las personas en cuestión, y que éstas no esperen a ponerse enfermas
para buscar ayuda.
Hoy en día mucho se habla de
prevención de las más distintas enfermedades, y ese es uno de los puntos clave
para que podamos fomentar una vida verdaderamente sana, pero es fundamental
hacer uso del sentido común. Por otro lado, hay muchas personas asiduas a los gimnasios que presentan una
buena forma, luciendo en muchos casos
una figura más que aceptable, pero que por dentro su estado es verdaderamente
preocupante. El hecho de frecuentar un gimnasio no quiere decir que una
persona esté sana. El lado estético nos puede proporcionar varias pautas sobre
cómo una persona puede encontrarse interiormente, pero ello no quiere decir que
una persona esté con salud sólo por el hecho de estar delgada o musculada. Es
cierto que al practicar actividad física un individuo puede mejorar mucho su
estado de salud, incluso inhibir la manifestación de muchas enfermedades; por
este motivo es importante acompañar la actividad física con una alimentación
balanceada, horas de descanso pertinentes para que se pueda hacer una buena
recuperación, un buen aporte hídrico,
que se fomente la eliminación de los malos hábitos en el caso que existan y, muy importante, una previa evaluación del estado
físico de la persona antes de empezar el
programa de entrenamiento. El control de la salud debe ser un hecho, tanto en
los casos de personas sedentarias como en aquéllos en los que la práctica de la
actividad física sea constante. Esta
máxima debe ser extendida a todas las situaciones que impliquen el inicio de la
práctica del ejercicio físico, incluyendo a la gran cantidad de nuevas técnicas
de entrenamiento que hoy están en el mercado, siendo que muchas de ellas
carecen de un estudio científico que compruebe su efectividad. Desafortunadamente
esto es un hecho real. Por este y por muchos otros motivos, es de gran
importancia que sepamos cómo estamos por dentro.
Hoy en día, hay mucha gente
estresada debido al ritmo de vida que llevan. He conocido muchos casos de
personas que han soportando esta situación hasta que, en el día menos pensado, han
dicho basta y, en la búsqueda de una mejor calidad de vida y de tener más
tiempo propio, han resuelto cambiar de estilo de vida, de
trabajo, y de actividades diarias. De los casos que he conocido, la mayor parte
eran ejecutivos de grandes empresas que pasaron a enfocar su vida de una manera
muy diferente. Algunos se iniciaron en
la práctica del yoga y la meditación; otros cambiaron la ciudad por el campo, etc., pero muchos de ellos tuvieron
problemas para superar esa adaptación pues, como suele pasar, las personas piensan que es
sólo cambiar y ya está, pero se olvidan
de algo fundamental: su cerebro. Aquellas personas no se habían dado cuenta de
que seguían estresados, pues lo único que habían hecho era cambiar de actividad, pero no de
actitud. Después de un cambio como éste,
normalmente lo que suele ocurrir al principio es que las personas sigan teniendo
prisa por hacer las cosas: si el profesor se retrasa para empezar la clase se
enfadan; no se relacionan de manera
tranquila con los compañeros de la clase de yoga o de estiramientos; y si se van a vivir
al campo no consiguen entender que tienen todo el tiempo del mundo para
hacer lo que quieran. Lo anterior también pasa con muchas personas
que se jubilan.
Es normal que estas cosas
ocurran, pues su cerebro está acostumbrado a trabajar bajo la constante
liberación de la ACTH (hormona del estrés), y han estado toda una vida gestionando su organismo bajo esa situación. Después de
estar muchos años funcionando con una
actividad fisiológica negativamente al límite, de golpe y de forma inconsciente
intentan cambiar el funcionamiento de su
cerebro fomentando estímulos positivos que raramente habían experimentado antes. Su corazón estaba adaptado a ingentes
esfuerzos, pues el estrés camina de manos de la hipertensión. Aunque esta clase
de personas estén acostumbradas a
frecuentar los gimnasios con normalidad, la mayoría busca actividades fuertes, de entrenamiento
intenso, como una manera de compensar el
estrés que sufren y también de ganar
calidad de vida, pero sus malos hábitos fuera del gimnasio hacen que su cerebro
se mantenga siempre en estado de alerta a los estímulos nerviosos. Y éste es
uno de los numerosos ejemplos que hacen referencia a lo anteriormente citado: personas
que aparentemente lucen buena figura
pero que interiormente no están sanas.
Ahora también podréis seguir mis publicaciones visitando mi página de Facebook “Prof.Dr.Sergio Simphronio” o en Twitter.
Ahora también podréis seguir mis publicaciones visitando mi página de Facebook “Prof.Dr.Sergio Simphronio” o en Twitter.
0 comentarios :
Publicar un comentario