jueves, 22 de mayo de 2014

LA INFLUENCIA DEL EJERCICIO FÍSICO EN EL SISTEMA INMUNOLÓGICO


Una persona goza de buena salud mientras  mantiene su sistema inmunológico  equilibrado, pero debido a las más distintas adversidades que uno pueda encontrar a lo largo de su vida, muchas veces eso no es posible. Desafortunadamente vivimos en un constante desequilibrio: contaminación medioambiental, diferencias térmicas importantes en un mismo día, alimentación desequilibrada y desmesurada, sedentarismo, aporte hídrico insuficiente, dejarse llevar por el estrés y no tomar medidas para solventarlo, el consumo de alcohol, de tabaco, de drogas, etc. Muchos son los factores que participan para que  podamos  mantener el equilibrio en nuestra salud. Para direccionar nuestras vidas hacia ese camino, es fundamental que desaprendamos algunas costumbres impuestas y adquiridas, y que empecemos a evaluar, al mismo tiempo que a cuestionar, el porqué de las cosas, siempre buscando el sentido común para la aceptación de las mismas en nuestras vidas.

El sistema inmunológico es el conjunto de procesos biológicos y estructuras que están en el interior del organismo y que sirven para protegerle de las enfermedades. Es la defensa natural de nuestro cuerpo frente a las infecciones. La práctica regular y equilibrada de ejercicio físico y tener una alimentación saludable, son dos de los factores más importantes para mantener nuestro sistema inmunológico dentro de los parámetros normales, pudiendo incluso proporcionar una resistencia añadida  en las defensas del organismo. Es fundamental hacer que el sistema inmunitario sea activo y trabaje dentro de su normalidad; por este motivo, hay que tener claro que el sedentarismo es una vía directa para la ralentización del sistema inmune.  Siempre es bueno recordar que los trastornos del sistema inmunitario pueden ocasionar enfermedades.
El trabajo del sistema inmunológico es destruir organismos infecciosos invasores, antes mismo de que puedan atacarnos y causarnos daño.   Nuestro sistema inmunológico está siempre alerta. Todo cuerpo externo se llama antígeno, y éstos deben ser eliminados antes de que ocasionen problemas. En la primera línea de defensa del cuerpo humano están los denominados macrófagos, que son células que circulan por la corriente sanguínea y los tejidos: son los vigilantes de los antígenos. Al detectar la entrada de un invasor, un macrófago inmediatamente lo intercepta, lo captura, y lo mantiene dentro de la célula. Las enzimas del interior del macrófago destruyen al antígeno. En la mayor parte de los casos, otras células del sistema inmunológico se asocian en esta acción.
La maravillosa máquina humana está preparada para resolver varias situaciones,  para muchas de las cuales todavía no somos totalmente conscientes de los protocolos que utiliza. De todas formas, es fundamental llamar la atención sobre algunos aspectos relacionados con nuestro sistema inmunológico, como el uso de los fármacos en exceso. La excesiva utilización de fármacos, y sin una prescripción médica, puede ser muy perjudicial para la salud. Gran parte de las personas, al mínimo síntoma de un pequeño resfriado, se atiborran de fármacos casi que de una manera preventiva.

La salud no se construye con los fármacos, sino con una vida equilibrada.

Los fármacos existen para solucionar situaciones en las que el cuerpo humano se encuentra incapacitado de hacerlo debido a los desequilibrios ocasionados por alguna anomalía. En el caso de un típico  resfriado, las personas se alarman, y lo que suele ocurrir con normalidad  es que, además de la ingesta de los fármacos sin una prescripción facultativa, éstas se encierran dentro de sus casas, en muchos casos convalecientes en la cama, y no abren las ventanas para que no entre frío,  por lo que las estancias no se ventilan correctamente, y durante algunos días no cambian de pijama, tampoco las sábanas. Es importante recordar que un sólo estornudo es capaz de contaminar un área de seis metros a la redonda, y sus bacterias pueden permanecer en el ambiente hasta 4 días, además que puede alcanzar una velocidad de entre 110 y 160 kilómetros por hora.
¿Alguna vez os habéis parado para imaginar cuántas veces se estornuda en un día de resfriado?
Dicho esto, en el caso de un resfriado, dejemos que nuestro sistema inmune trabaje antes de la ingesta de los fármacos, y en el caso de que se haga necesaria dicha ingesta, siempre hacerlo con el consejo y supervisión de un médico. De todas  formas, habiendo  presencia de un tratamiento farmacológico o no, en casos como éstos, facilitar la entrada de aire dentro de casa es fundamental, pues todos  los virus y bacterias son anaeróbicos, así que el aire puro viene muy bien como un primer paso para una rápida recuperación de un proceso gripal o un resfriado; cambiar sábanas y la ropa de dormir a menudo también son fundamentales, y si se tiene  algo de fuerza (no de disposición, puesto que en estos procesos la disposición desaparece), hacer ejercicio físico moderado (ej: salir a caminar al aire libre).    
Es fundamental dejar que nuestro organismo trabaje antes de la aplicación de los fármacos, de esta manera fomentaremos más resistencia orgánica frente las enfermedades.   

Hasta ahora me he referido a las personas que no padecen ninguna anomalía en su sistema inmune, pero eso puede pasar. Es el caso de las personas que tienen un sistema autoinmune debido a un fallo en su sistema de defensa, y éste en vez de defender el organismo, puede atacarlo. Ante una anomalía en el sistema inmunológico, éste no diferenciará sus células de las intrusas, y en vez de luchar en contra de los antígenos, puede ir en contra de sus propias células y tejidos por error. Los componentes implicados en este ataque se llaman linfocitos autorreactivos o autoanticuerpos. Esta errónea respuesta del sistema inmunológico facilita la aparición de varias enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide y la miositis.

Con la práctica regular de ejercicio físico se consigue fomentar un ambiente totalmente alcalino en el organismo. Mismo estando en presencia de una enfermedad, el ejercicio será capaz de eliminar la acidez y de activar la eliminación de los radicales libres, al mismo tiempo que facilitará poderosas  herramientas al organismo para la lucha contra  los antígenos. También facilitará una positiva e importante alteración metabólica, posibilitando así una más rápida eliminación de  toxinas (fármacos) del organismo. La práctica de ejercicio físico en estos casos es muy recomendable, pues también será capaz de estimular un importante incremento del aporte hídrico, que es fundamental para el transporte del oxígeno. 
El ejercicio físico es una antioxidante natural al igual que el sueño (dormir). Tal es la importancia de ambos, que son capaces de reponer el ADN  celular, de mejorar el sistema inmunológico y de producir una notable mejoría en nuestra salud. También es importante recordar que una vez que el organismo metaboliza un determinado fármaco, al igual que los alimentos, el cuerpo utiliza lo que necesita, y aquello que no precisa lo descarta, lo que muchas veces son grandes cantidades de sustancias químicas, y  esas sustancias pasan a ser algo dañino para nuestra salud (efecto secundario). Éste es otro de los motivos por los cuales se debe practicar ejercicio físico durante  el tratamiento de enfermedades, aunque exista la necesidad de medicación. [1]

La actividad física servirá como antioxidante acelerando el metabolismo y ayudando a eliminar el fármaco excedente, además de fomentar un ambiente alcalino en el  organismo. Estimulará la liberación de oxitocina, de serotonina, de dopamina, inhibirá la liberación de la ACTH (hormona del estrés), y eliminará cualquier posibilidad de  que la persona se deprima debido a la enfermedad. El ejercicio físico actúa directamente en las células evitando que se pongan enfermas.



1. La efectividad del ejercicio físico en el tratamiento de las enfermedades.


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jueves, 8 de mayo de 2014

LAS EMOCIONES DENTRO DE LAS ENFERMEDADES

Se empieza a hablar cada vez más y con mayor frecuencia sobre los tratamientos de enfermedades por medio de la actividad física. Es muy importante llamar la atención sobre varios aspectos,  uno de ellos, y el más importante, que el mundo de las enfermedades es algo muy  interesante pero muy complejo a la vez, y hay que estar verdaderamente preparado para asumir una  responsabilidad de este calado. De otra parte, al plantear tratamientos vía ejercicio físico a  poblaciones especiales para las más distintas enfermedades, es de sentido común conocer las  enfermedades a fondo antes de la aplicación de la actividad física, al mismo tiempo que es fundamental tener un gran conocimiento sobre los ejercicios físicos y sus diferentes formas de aplicación, además de estar al  tanto de todos los efectos que estos últimos pueden proporcionar a las personas que padecen alguna anomalía. Dicho esto, me empieza a preocupar la proliferación de publicidades que últimamente veo sobre muchas y variadas  actividades que sirven para tratar una inmensa cantidad de enfermedades, y que además todas las personas que las aplican se dicen “capacitadas” para hacerlo. Desde luego algunas personas del mundo de la actividad física y de la salud sí que están capacitadas, y además con una gran preparación, pero lo que me asusta es que hay una inmensa cantidad de personas que carecen de esta clase de formación, y que aún así siguen trabajando con esas poblaciones. El mundo de las enfermedades no tiene nada que ver con el de la salud. El gran tema es fomentar que estos dos mundos se fusionen haciendo que el de las enfermedades desaparezca.

Llevo más de 20 años investigando el tratamiento de enfermedades vía ejercicio físico de los cuales,  en algunas enfermedades, tengo grupos de investigación que llevan conmigo 12 años; y sin embargo cada día que pasa descubrimos algo nuevo y me doy cuenta de que mi conocimiento es imperceptible.  
Dentro de los tratamientos de enfermedades por medio de la actividad física existen varias líneas muy efectivas de trabajo. Siempre es importante recordar que el cuerpo humano tiene una ingente cantidad de sistemas de autodefensa frente a las más distintas adversidades que puedan ocurrir en el día a día. La mejor manera de entrenar estos sistemas de defensa es con la práctica de ejercicio físico regular y una alimentación equilibrada. El ejercicio físico es capaz de proporcionar una gran cantidad de estímulos que incitan a nuestro cuerpo a reaccionar de manera positiva de cara a cualquier anomalía, y que pueden ser claves en la defensa del organismo frente a una enfermedad más importante.

He escrito varios artículos hablando sobre el estrés, y lo seguiré haciendo, pues esta enfermedad que está tan bien aceptada por la sociedad, es una gran impulsora de la pérdida de calidad de vida de muchas  personas,  tanto por sí misma como si está vinculada a la presencia de alguna otra enfermedad. Está presente en más de un 90% de las enfermedades. Al ponerse enfermas las personas  se enfadan, sienten miedo, se deprimen, algunas a mayor escala que otras, pero todos estos síntomas pueden dificultar la recuperación de las enfermedades  pudiendo alargarlas de una manera considerable. Es fundamental recordar que el estrés inhibe el sistema inmunológico de las personas, facilitando así la pérdida de efectividad del organismo para protegerse frente a las adversidades. Sin embargo, en la presencia o no de cualquier enfermedad, el estrés también puede ocasionar la ansiedad y la depresión. Ante una enfermedad, de manera general, las emociones se hacen difusas, y según la manera que tenga la persona en cuestión de afrontar  dicho proceso, las emociones son capaces de regular nuestro estado mental, además de nuestro estado corporal. El cuerpo humano no sólo evidencia las emociones que sentimos, sino la manera en  la que las sentimos. El cerebro procesa algunas emociones en función del estado fisiológico del corazón. Al recibir un impulso negativo de  miedo o susto por alguna situación inesperada que se nos cruce en el camino durante la sístole (contracción miocárdica en la que el corazón expulsa la sangre de su interior), se percibe la emoción de una manera más intensa que si fuera la misma situación en diástole (cuando el corazón se relaja después de la contracción).

El cuerpo está totalmente sincronizado con las emociones, tanto es así que en algunos casos el dolor físico puede proceder de una emoción producida por un fuerte proceso de ansiedad. Las emociones humanas pueden liberar sensaciones físicas muy fuertes. El cuerpo,  además de  manifestar las sensaciones que sentimos, también es capaz de influir en la manera que sentimos estas emociones. Es importante volver a recordar que toda enfermedad tiene un componente emocional muy importante, y lo que va a determinar la inhibición de este componente es el estado anímico de la persona en cuestión. El gran impulsor para la mejoría del estado anímico de una persona es la práctica regular de ejercicio físico junto con una alimentación equilibrada, máxime si el individuo se encuentra dentro de una enfermedad. Practicar actividad física controlada y supervisada durante una enfermedad es algo muy interesante que además fomentará un avance en el proceso de recuperación del paciente.
Al hablar de la emoción, me he referido a sólo uno de los aspectos que intervienen en una enfermedad. Por ese motivo, es inteligente recordar que cada persona es un mundo totalmente diferente, y que en un tratamiento también basado en ejercicio físico, es de suma importancia individualizarlo, al mismo tiempo que debemos valorar cuál será el protocolo más indicado a seguir, puesto que el protocolo “A” quizás sea correcto, pero puede estar siendo aplicado a la persona equivocada. El cuerpo humano funciona de manera global, es decir, todo está conectado con todo. En presencia de una enfermedad, el cerebro recalcula todos sus procedimientos cambiando así el metabolismo de la persona con el fin de recuperar su integridad física lo antes posible. Para el tratamiento de enfermedades vía actividad física, debemos seguir la misma máxima.



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jueves, 24 de abril de 2014

ENFERMEDADES / EJERCICIO FÍSICO / RESULTADOS


Todos sabemos que la práctica del ejercicio físico  nos ayuda a fomentar una vida equilibrada, sobre todo si la asociamos a una alimentación saludable y a buenas horas de descanso. En los últimos 20 años se ha investigado mucho y se ha conseguido información para mejorar muchas técnicas de entrenamiento físico, al mismo tiempo que han surgido una gran cantidad de nuevas técnicas de entrenamiento que han  contribuido a aumentar el abanico de posibilidades para que se pueda lograr una mejoría de la   condición física de las personas de forma más segura y efectiva. Estando atentos a todas estas posibilidades, es importante tener en cuenta los resultados individuales de la aplicación de dichas técnicas en las más distintas poblaciones. Si enfocamos el  tema a las poblaciones especiales que padecen alguna clase de enfermedad, y donde se está procediendo a la aplicación de terapias físicas, lo primero que se debe tener en cuenta es la individualidad de cada persona. Cada persona es un mundo completamente diferente, y de cara a un tratamiento basado en ejercicios físicos, las respuestas pueden ser muy distintas de un individuo a otro. Esta regla también es importante para las personas sanas que practican actividad física.
La actividad física proporciona una inmensa cantidad de estímulos al cerebro que,  a su vez, será capaz de reprogramar las funciones cognitivas, e incluso de cambiar el ADN de las células. Al empezar con la práctica del ejercicio físico, el cerebro reprograma todas las respuestas celulares y las funciones de todo nuestro cuerpo; pero para que nuestro metabolismo pueda asimilar dichos cambios y hacer que éstos hagan parte de nuestro estilo de vida, es fundamental tener en cuenta el factor  tiempo.
Dentro de un entrenamiento físico, a veces se espera un determinado resultado o algunas respuestas a dichos ejercicios que en ocasiones no llegan con la facilidad esperada. Si el planteamiento de los ejercicios y su aplicación son correctos, es importante dar atención a un aspecto que muchas veces pasa desapercibido: el tiempo de adaptación del individuo a los estímulos proporcionados y las respuestas celulares a los mismos.
Al aprender algo nuevo algunas células nerviosas se ponen en marcha y consumen mucha energía.  
En el momento en el que el aprendizaje se fija en el cerebro, la persona en cuestión pasa a repetir lo que ha sido aprendido sin apenas esfuerzo, pero la repetición de los movimientos y las costumbres son controladas por los ganglios basales, y a sus neuronas “no les gusta” aprender cosas nuevas.

Cuando se aprende algo nuevo se liberan grandes cantidades de Dopamina.

La Dopamina es un neurotransmisor  que tiene como funciones principales proporcionar energía mental, mejorar la atención, controlar los impulsos, la motivación, la determinación,  el movimiento, la memoria, recompensas agradables, el comportamiento y la cognición, la atención, el sueño, el humor, el aprendizaje, la inhibición de la prolactina (hormona que aumenta la secreción de la leche de la glándula mamaria).

El cerebro procesa cada acción que realizamos, por este motivo existen movimientos o acciones que desenvolvemos sin darnos  cuenta muchas veces, debido a la mecanización de dichas acciones. En todo que hacemos durante el día, nuestro cerebro ya tiene calculado, asumido y controlado la mayor parte de las cosas: apagar las luces, cerrar la puerta del coche, cerrar la nevera, la costumbre de ir a entrenar al gimnasio, la costumbre de ser sedentario, etc. En el momento que cambiamos nuestros hábitos o algunas de nuestras actividades, el cerebro necesita evaluar, procesar, registrar y proceder en dicho cambio, todo ello con el objetivo de ofrecernos el mejor servicio. Para que estos cambios pasen a hacer parte de nuestras vidas,  es necesario que la nueva  acción se repita una y otra vez, y que nuestro cerebro recalcule y mecanice los nuevos estímulos transformándolos de acción de conducta a rutina. Este cambio puede tardar entre 18 a 260 días, según la persona, además de que es necesario que las nuevas tareas se automaticen durante una media de 60 a 70 reincidentes días. Pero también es importante recordar que lo mismo pasa con las malas costumbres, pues es como decir que todo se entrena y el cerebro también  necesita  tiempo para asimilar los malos hábitos. También es fundamental dar una especial atención a la enzima AMPK,  que es un regulador metabólico y auxilia a los músculos en el consumo de azúcar y de oxígeno.

                                  -  AMPK  = - MOVIMIENTO = + PEREZA
                                 +  AMPK  = + MOVIMIENTO = - PEREZA

A la hora de tomar decisiones  en la presencia de comportamientos selectivos,  la corteza prefrontal autoriza o se abstiene, y ante una situación de rutina, ésta es inhibida.   Hay muchas personas que empiezan un programa de actividad física, pero no tienen la debida paciencia para dejar que ocurra la readaptación metabólica y lograr así  los resultados. Al final de un corto espacio de tiempo, se ven igual que cuando habían empezado. No notan ninguna mejoría física, pero tampoco se preocupan en observar los avances en su salud que este corto tiempo de entrenamiento les ha proporcionado; su enfoque es meramente estético. Muchos se desaniman, tiran la toalla y vuelven a su vida sedentaria. Es fundamental tener paciencia, constancia, seriedad y respetar el tiempo de reacción de su cuerpo al ejercicio físico.
Éste es uno de los motivos por los cuales muchas personas que participan en programas antiobesidad no consiguen los resultados esperados.
Es de suma importancia dar tiempo a que el cerebro se adapte a la nueva situación y  reprograme sus tareas en función del cambio presentado , puesto que mismo en los casos de intervenciones quirúrgicas de reducción de estómago o en los programas antiobesidad, el cerebro del individuo seguirá enfocado en desarrollar el control  metabólico de una persona obesa durante un cierto tiempo, mismo que en un corto espacio de tiempo ésta haya  perdido muchos kilos y que haya pasado a mantener una vida saludable.
Un cerebro que  durante toda la vida ha estado acostumbrado a trabajar solventando  situaciones importantes debido al sobrepeso o a la obesidad (taquicardias, hipertensión, diabetes, problemas cardíacos, etc.), no cambiará sus respuestas tan rápidamente. Éste necesitará tiempo para tener la seguridad de que la nueva situación pasará  a ser una rutina en la nueva vida sana de la persona que experimentó el cambio. Otro de los factores que son muy relevantes en estos casos es la utilización de los fármacos que normalmente las personas con esa clase de enfermedad suelen tomar (fármacos para la hipertensión, para la retención de líquidos, para perder peso, etc.). Al iniciar un programa de actividad física, con el tiempo estos fármacos podrán dejar de ser necesarios, pero es esencial que pase el tiempo pertinente para que el cerebro del individuo procese la nueva información y que esté definitivamente seguro de que ya no existe ninguna anomalía, al mismo tiempo que el ejercicio físico haya conseguido eliminar los radicales libres ocasionados por los fármacos.
Tanto en los casos de intervención quirúrgica de reducción de estómago, como en los programas de reducción de peso basados en dietas, o en los programas que son basados en dieta y ejercicio físico, es primordial educar a las personas para que éstas consigan tener y mantener una buena salud no sucumbiendo al desánimo y al abandono de sí mismas otra vez. Mantener la costumbre de practicar actividad física juntamente con una buena dieta es fundamental. Es importante tener  paciencia y a la vez ser constante para conseguir resultados.  

En los casos de intervenciones quirúrgicas de reducción de estómago, la actividad física debería estar presente antes y después de la intervención. Se debería educar al paciente de manera  que éste empiece un programa previo a la intervención, es decir, que cumpla algunos requisitos para ser intervenido: que esté haciendo una dieta, que esté desarrollando un programa de actividad física, y que antes de la intervención haya bajado algo de peso. Ésta sería una manera interesante de estimular el metabolismo de ese individuo para un cambio de actitud en su vida, cosa que le facilitaría bastante una vez intervenido, pues su cerebro ya estaría preparado para la nueva situación. De ser así, estoy convencido de que el éxito en la bajada de peso de las personas obesas que acuden a las intervenciones aumentaría significativamente. 




jueves, 10 de abril de 2014

LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL ESTRÉS: LAS SEÑALES QUE NO VEMOS

El estrés puede desencadenar muchas enfermedades, tanto en las edades tempranas, como principalmente en las edades adultas.  Muchas veces podemos haber estado padeciendo estrés desde mucho antes de darnos cuenta de ello, y ese hecho puede haber pasado con un gran número de personas, pudiendo estar acompañándolas  toda la vida sin que se den cuenta. Solemos hablar del estrés como algo totalmente normal y cotidiano; padecer  esta enfermedad está socialmente aceptado al igual que fumar, pero tanto uno como  otro pueden provocar problemas muy importantes para la salud, además de ser grandes socios y de complementarse  a la perfección. En los días de hoy, existen muchos fármacos químicos para los efectos que el estrés ocasiona en la salud, pero el único fármaco realmente capaz de curar esta enfermedad, además de sus efectos, es la actividad física y el deporte, acompañados de una alimentación sana, balanceada, horas de sueño pertinentes para que el individuo se sienta descansado, y una vida libre de malas costumbres. Es fundamental tener en cuenta que cuanto antes se empiece la práctica del ejercicio físico y de una alimentación equilibrada, mejor. Y eso también, y sobre todo, se aplica a los niños. Es de sentido común pensar que si hacemos ejercicio físico desde las primeras edades fomentaremos una vida más equilibrada, con una gran posibilidad de que ésta esté libre de problemas de salud, tanto en la infancia, como en adolescencia o en las edades adultas. Estando en tratamiento de alguna enfermedad, el estrés supone un hándicap importante en la recuperación de la misma, pues su presencia dentro del proceso de recuperación dificultará dicho procedimiento debido a que inhibe el sistema inmune y ocasiona la bajada de las defensas de la persona que lo sufre, aumentando de una forma desmesurada la posibilidad de tener otras enfermedades o recaídas. En casos como los de la recuperación de una enfermedad, la práctica de ejercicio físico controlado y direccionado a las necesidades de la persona en cuestión podrá ayudar en su recuperación.
Una gran cantidad de las enfermedades que conocemos son ocasionadas por un mal estilo de vida y, en su gran mayoría, se desarrollan a lo largo tiempo. Son silenciosas y cuando se manifiestan, muchas veces se presentan de una forma muy agresiva. Es el caso del estrés, la hipertensión, algunos problemas cardiacos y muchas otras. Es importante que desaprendamos ciertas costumbres que nunca nos hemos preguntado por qué las asumimos. Si nos paramos a pensar, eso se remonta a las primeras edades, cuando a los niños desde muy pequeños, en la mayor parte de los casos, se les proporciona un gran estrés sin que se perciba. Muchos comportamientos de los adultos frente a los niños son cuestionables. Me refiero a niños de todas las edades, pero principalmente en las primeras edades. Los niños observan todo y estudian a los mayores constantemente. Es de suma importancia  que también aprendamos a observarles, pero no sólo las señales fundamentales que ellos manifiestan de una manera clara (hambre, sueño, etc.), sino aquellas  referencias más sutiles que ellos nos facilitan en cada momento. Muchas veces los adultos estamos insistiendo a un niño para que repita palabras, o que aprenda cosas, y eso es normal, pero es importante que estemos atentos a que ése realmente sea el momento más oportuno para hacerlo.  Algunas personas  hablan con los niños  con un tono de voz muy  alto, y se olvidan de que estos pequeños tienen una tremenda sensibilidad sensorial, y que en la ausencia de alguna anomalía auditiva, son capaces de escuchar en tonos muy, muy bajos.
Los niños también se agobian, se enfadan, son altamente sensibles a todo, y sobre todo, también se estresan, aunque mucha gente piense que esto no pasa. Lo más curioso es que cuando un bebé que apenas sabe hablar se enfada por algún motivo, los adultos se ríen por parecerles algo gracioso y no lo toman en serio, y la mayor parte de las veces siguen insistiendo en la misma acción móvil del enfado del bebe. Ésta es una manera muy  típica de fomentar estrés al pequeño. Lo más inteligente, en situaciones parecidas,  es dar atención al motivo del enfado y respetarle no repitiendo la acción. También es interesante estar atentos a las situaciones donde las informaciones se colapsan; es decir, televisión encendida con volumen alto, varias personas hablando a la vez, teléfono sonando, personas desplazándose en el ambiente, más de una persona llamando al nombre  del bebe requiriendo su  atención…Son típicas situaciones que son capaces de facilitar estrés al bebe, y que podrían ser evitadas.    
A medida que el niño va creciendo, seguirá facilitándonos muchas señales.
Desde las primeras edades es fundamental enseñar el equilibrio a los niños en todos los sentidos. Enseñarles, por ejemplo,  la costumbre de despertarse con tiempo suficiente a que no tengan que levantarse de la cama corriendo, que no necesiten  desayunar con velocidad y que no tengan que salir corriendo de casa para no llegar tarde a clase. Educarles para los deberes de casa, y los tiempos utilizados para estudiar.
Es menos estresante para nuestra salud dormir una hora menos, y tener una hora a más de tiempo para poder desayunar y preparar el día con más tranquilidad.
Desde luego los que dejan todo para la última hora nunca tendrán  tranquilidad ni equilibrio, puesto que siempre estarán corriendo detrás del tiempo que ya pasó.  De seguir así, cuando sean adultos, esa actitud ya será una constante en su vida, y lo más normal es que estas personas se hayan acostumbrado a vivir de esa manera, siempre corriendo, y que padezcan estrés sin saberlo, y desde hace mucho tiempo. Pero en los tiempos que corren esto sería una situación normal.
¿Será que nos hemos acostumbrados a estar estresados desde pequeños y nunca hemos dado cuenta de ello?
Desaprender procedimientos impuestos que carecen de un objetivo lógico es algo fundamental, pues si recordamos las situaciones anteriormente citadas, muchas personas pueden tener el estrés ya reflejado en su ADN, pues lo padecen desde las primeras edades sin saberlo. De ahí muchas veces el motivo por el que algunas personas se ponen enfermas con extremada  facilidad, máxime si añadimos la falta de actividad física, una mala dieta y los vicios. Cuando existen problemas hay que buscar soluciones, pero es imprescindible conocer la procedencia de la anomalía y los motivos por lo cuales ésta se ha manifestado; y en la solución de la misma, es primordial tener en cuenta todos los factores involucrados.   




Ahora también podréis seguir mis publicaciones visitando mi página de Facebook "Prof.Dr.Sergio Simphronio" o en Twitter. 






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jueves, 27 de marzo de 2014

SIMPH MEDICAL FITNESS INSTITUTE


Amigos, os presento el proyecto en el que desde hace años estoy trabajando. Han sido años investigando la manera de tratar las más distintas enfermedades a través del ejercicio físico, y afortunadamente se ha conseguido ayudar a mucha gente. En los últimos 10 años, he contribuido a desarrollar unidades de ejercicio físico en varios hospitales de Inglaterra y Estados Unidos. Con todo ello, se ha abierto un interesante mercado a los profesionales de la actividad física dentro del trabajo con poblaciones especiales. Todo este trabajo se ha materializado en el SIMPH MEDICAL FITNESS INSTITUTE, una institución de gran proyección internacional, que se dedica a investigar, formar a profesionales en el área de la salud y la actividad física, prestar ayuda a hospitales y clínicas en el ámbito de los tratamientos, y recuperación activa por medio del ejercicio físico, y a dar formación y asesoramiento a hospitales, gimnasios y centros deportivos,  en materia de actividad física para estas poblaciones especiales. 


El SIMPH MEDICAL FITNESS INSTITUTE tiene como objetivo principal la investigación del tratamiento de enfermedades por medio de la actividad física, y del desarrollo de la inteligencia a través de la práctica del ejercicio físico. Entre las enfermedades objeto de estudio están  el cáncer (principalmente de mama y de próstata), la fibromialgia, la urticaria colinérgica, el estrés y la ansiedad, los problemas y el dolor de espalda, las enfermedades cardiovasculares, el hipotiroidismo, la obesidad y la diabetes tipo II. Una de sus principales materias de estudio es cómo los cambios químicos del cerebro dentro de la práctica de la actividad física pueden alterar positivamente el comportamiento de nuestro organismo, haciéndolos beneficiosos en la prevención, tratamiento y recuperación de las enfermedades. Para ello, se basa en investigaciones científicas que han comprobado que la estimulación de las células promoviendo un ambiente alcalino en el organismo vía actividad física y alimentación equilibrada, puede cambiar el funcionamiento del organismo pudiendo alterar incluso el ADN de las células de manera positiva, promoviendo la recuperación de enfermedades.
Nuestro cometido es impulsar otras formas de tratamiento para algunas enfermedades. Desde luego, siempre respetando la individualidad de cada persona, al mismo tiempo que los niveles de las anomalías que padezcan. En ningún momento se trata de fomentar una interrupción de los tratamientos médicos imponiendo el ejercicio físico, sino acrecentar la práctica de la actividad física como una manera de acelerar el proceso de recuperación de las anomalías, o de manera preventiva con el objetivo de no dejar que se llegue a la enfermedad. Los métodos de aplicación de los ejercicios para los tratamientos están avalados por investigaciones científicas y por las evidencias basadas en la práctica. De otra parte, las personas desafortunadamente hacen una utilización indebida de los fármacos, y  en gran parte de los casos lo hacen sin una prescripción médica. En muchas ocasiones, una buena terapia física es suficiente para lograr una buena salud, mismo en la presencia de enfermedades. Además, el ejercicio físico es un antioxidante natural que acelera la eliminación de los desechos ocasionados por los fármacos. 
En todos estos años de investigación hemos aprendido que tanto la salud como las enfermedades, no pueden ser valoradas desde un sólo punto de vista, sino de una manera amplia dentro de una visión holística, pues el cuerpo humano no trabaja de forma aislada. SIMPH MEDICAL FITNESS INSTITUTE se compone de profesionales de las más distintas áreas de la salud  trabajando juntos, pues somos conscientes de que unidos seremos más fuertes, aprenderemos más, al mismo tiempo que podremos ayudar a las personas con una mayor efectividad.  Además, también trabajamos conjuntamente con hospitales, clínicas y universidades, ayudando a desarrollar unidades de tratamiento basadas en la actividad física para el tratamiento y la recuperación de las distintas patologías:  las UEFE® (Unidad de Entrenamiento Físico para Enfermedades).  De otra parte, desde hace mucho tiempo, todos los gimnasios y centro deportivos del mundo tienen clientes que padecen algún tipo de enfermedad, o las han padecido,  y gran parte de los monitores o profesores no se encuentran preparados para atender a esa población, puesto que estas personas desde luego necesitan una atención especial en su entrenamiento.  Nuestra misión es fomentar esta preparación ayudando a mejorar la calidad de vida de la gente.
Otras de las líneas de investigación y trabajo  del SIMPH MEDICAL FITNESS INSTITUTE  son el  envejecimiento saludable,  la importancia de la correcta prescripción del ejercicio físico en la gestación y en el posparto, la seguridad en la ejecución de programas de entrenamiento y en las clases dirigidas para evitar lesiones y problemas de salud, el tratamiento de enfermedades por medio de la danza, y la danzaterapia, la elaboración de diferentes protocolos para trabajar específicamente con poblaciones laborales especiales que sufren pérdida de salud debido a las exigencias de su trabajo:  estrés, trabajos de fuerza y sobrecargas, etc. (cirujanos, profesores, fisioterapeutas, enfermeros, carpinteros y otros oficios que requieren esfuerzo físico y la utilización de malas posturas reincidentes); al mismo tiempo, también enfoca estos mismos protocolos hacia los desvíos de curvatura fisiológica (escoliosis, cifosis, lordosis).

Asimismo, el Instituto surge para llenar el vacío existente dentro de la práctica de la actividad física en el campo de las enfermedades y para formar a profesionales debidamente preparados, con los conocimientos necesarios para poder trabajar con estas poblaciones especiales.

La labor de esta institución se vertebra en varios campos de actuación: la investigación, el tratamiento, la formación, la certificación, la difusión de conocimientos,  el asesoramiento, la consultoría y el desarrollo de acciones con  entidades públicas y privadas, nacionales e internacionales  en el ámbito de la salud y del bienestar.

Estamos convencidos de que este proyecto ayudará a mucha gente y será capaz de contribuir al desarrollo del campo de la salud, que crece cada día.  


                                                                                                     www.simphmedicalfitness.es