martes, 22 de noviembre de 2011

Abdominales Inteligentes

Trataremos en ese artículo de la base necesaria para trabajar los músculos abdominales, que en muchos casos es olvidada. En cualquier clase de gimnasio o entrenamiento, los  abdominales siempre deben ser trabajados. Hay que intentar aislar la zona muscular que se quiere tonificar, pero a veces esto no se hace debido a la falta de atención a los protocolos básicos,  que normalmente son olvidados.
En la mayor parte de los casos se vende la importancia de entrenar la musculatura abdominal para mantener la figura y la barriguita plana, pero el entrenamiento abdominal es mucho más que eso.
 Varios conjuntos de músculos soportan e impulsan el torso.  Los músculos de la pared abdominal ayudan a transmitir fuerza entre la parte superior y la inferior del cuerpo, además de proteger los delicados órganos internos.  Su función más importante es la de soportar la espalda.  Los músculos del torso se extienden en varias direcciones.  Ayudan a mantener diferentes posturas y colaboran con los músculos de la columna al doblarse, girarse y realizar otros movimientos.
 Entrenar la musculatura abdominal es importante por varios motivos: es el eje del cuerpo, nuestro centro de gravedad. Cuando los músculos abdominales están en su tono óptimo, el cuerpo goza de buen equilibrio. Si se trabaja la musculatura abdominal, también trabajamos  el estiramiento de los músculos antagónicos  a los abdominales, que son los lumbares. Si los lumbares están bien estirados, propiciaremos una mejor protección a  las vértebras lumbares, además de mejorar la flexión de las caderas.  El trabajo abdominal también promueve la mejoría de la postura, previene  la incontinencia urinaria, mejora el desempeño sexual. Trabajando los oblicuos (parte lateral de la musculatura abdominal) protegeremos la pelvis.
Cuando la pared abdominal está fortalecida, esta no permite que las vísceras se desplacen ocasionando así la famosa barriga. 

En los trabajos abdominales es muy importante que estemos  atentos  a los músculos del esternocleidomastoideo (cuello) y  trapecios (parte superior de los hombros).  Normalmente las personas que no tienen  fuerza en los músculos  abdominales, recurren a presionar el cuello hacia abajo aplicando una presión importante en esa musculatura.
Es fundamental que los entrenadores enseñen sus alumnos la importancia de saber  proteger el cuello en ese trabajo.
En el sistema nervioso autónomo, los nervios parasimpáticos  se concentran en su mayoría en las vértebras cervicales hasta la 1ª torácica, y a partir de la 3ª vértebra lumbar hacia la zona sacro.  Hablaré de los nervios que se concentran en la zona cervical.
El sistema nervioso simpático produce respuestas de defensa y de lucha ante un estímulo o el estrés, como aumentar el ritmo del corazón, la producción de saliva y la sudoración. El sistema parasimpático contrarresta estos efectos haciendo más lento el ritmo del corazón, dilatando los vasos sanguíneos y relajando las fibras de los músculos lisos involuntarios.
Siendo así, es de extrema importancia que protejamos la zona cervical no dejando que sea ejercida  ninguna presión  sobre ella.   
Hay casos de personas que trabajan sentadas  y tienen la pre-disposición a bajar la cabeza debido a los vicios posturales que son ocasionados por el cansancio de la espalda por estar en esta posición durante mucho tiempo. En ese caso los músculos de los trapecios se estresan, quedándose  rígidos justamente para no dejar que la cabeza caiga. Pronuncian los hombros hacia delante propiciando una contracción inadecuada de los deltoides. En consecuencia el esternocleidomastoideo  también se pronuncia hacia el  frente.
Si no hacen nada para ayudarse a sí mismas, estas personas tienen una gran posibilidad de desarrollar una rectificación cervical en función de los malos hábitos posturales y de los constantes movimientos de repetición en esta zona. Esta rectificación cervical normalmente ocasiona mareos, hormigueo y adormecimiento en las manos y  hasta pérdida de sensibilidad.
Si en el momento que toman la inteligente decisión de ir a un gimnasio, no reciben la información correcta y necesaria para desarrollar el trabajo de abdominales, este problema podrá ser aún más serio.
Una vez más quiero ensalzar la importancia de  enseñar  a los  alumnos a  proteger el cuello.
Si son alumnos nuevos o personas que con una simple mirada podremos darnos cuenta de que pronuncian el cuello hacia delante por debilidad o por mala postura, se debe utilizar un protocolo muy sencillo mientras se trabajan los músculos abdominales. Se debe decir a esta persona que mantenga los lumbares muy pegados al suelo (a la colchoneta), mantener las rodillas flexionadas, paralelas y separadas, las plantas de los pies también  pegadas al suelo. Se indicará a este alumno que pegue la barbilla al pecho y que durante el trabajo de abdominales no ejerza ninguna presión en la cabeza y que se concentre solamente en el abdomen. Las personas que se están iniciando en el entrenamiento, normalmente  no tienen fuerza abdominal y cuando hacen  este ejercicio suelen transferir toda la tensión a los brazos y manos forzando bastante el cuello. Mantener la barbilla pegada al pecho es una solución muy eficiente, puesto que de esta manera el alumno no se preocupará en subir la cabeza, aislará la musculatura abdominal con mayor facilidad  y aunque no exista tono muscular en esa zona, la biomecánica del movimiento será la correcta.
En el caso de las personas que ya tienen el tono pertinente y que están acostumbradas a entrenar este músculo, debemos enseñarles a hacer exactamente lo contrario. La barbilla debe estar lejos del pecho y el peso de la cabeza sobre las manos y con la mirada fijada al techo. Los trapecios  estarán en contracción y los codos abiertos.  Todo eso con el objetivo de proteger las vértebras cervicales. El enfoque y aislamiento del trabajo estará en los músculos abdominales. 
Las  investigaciones avanzan. Estamos descubriendo cosas muy interesantes en todos los campos y eso no excluye el  del entrenamiento físico, donde tenemos por todo el mundo excelentes profesionales trabajando para que podamos tener cada vez mejor calidad de vida. Esto está muy bien, pero nos estamos olvidando de lo básico, de lo sencillo, de lo que verdaderamente marca la diferencia: la seguridad.
¿Qué hay de los profesores que explican cada ejercicio antes de hacerlo, la manera correcta de ejecutarlo, que músculos son solicitados en el trabajo que se pide, las sensaciones y efectos durante y después del trabajo?  Os garantizo que a los alumnos les encanta recibir información.
Tantos estudios, tanta información, tantas técnicas diferentes, tantas discusiones  y  debates, no sirven de nada si no son bien aplicados o si las bases no están bien consolidadas. En muchos casos sí lo están, pero en muchos otros no.
He tenido la oportunidad de viajar por casi todo el mundo  visitando diferentes gimnasios y centros de entrenamiento, y conociendo a los más distintos profesionales. Os aseguro que los mismos aciertos y errores ocurren en casi todas partes. 
Me encantaría que fueran solamente  los aciertos. 

martes, 15 de noviembre de 2011

EL CEREBRO Y LA BILATERALIDAD DEL MOVIMIENTO

 ¿Por qué siempre utilizamos la misma pierna para empezar a subir una escalera?
Si utilizamos siempre la misma pierna para esta clase de acción, desarrollaremos mayor fuerza y resistencia en los glúteos y femorales de ese lado.
Saber utilizar el lado derecho o el izquierdo del cuerpo es una cuestión de elección y de entrenamiento.  
Me acuerdo de los tiempos en que me dedicaba a mi segunda  profesión (Educación Física) dando  clases en gimnasios en Brasil y en Estados Unidos. Cuando trabajábamos  de frente a los alumnos, a los  profesores se nos recomendaba que utilizásemos la pierna izquierda para empezar los ejercicios o coreografías. Lo mismo se hace en las  convenciones. Eso hacía que los alumnos, que estaban de frente  empezasen con la pierna derecha. Se piensa  que de esa manera  les facilitamos la vida.
Es esta  una costumbre mundial que en la verdad no tiene ningún sentido, pues se inhibe una importante fase  del desarrollo neuromuscular.
Mucho tiempo atrás hice una investigación con algunos alumnos. Seleccioné a los mejores  de una clase de  funk y hip hop, los más avanzados que había en este momento. Era gente muy buena, estaban listos  para participar en cualquier espectáculo que se les plantease, de hecho muchos de ellos se dedicaban a ello. Les preparé una coreografía no muy difícil, pero bastante vistosa, con una música muy estimulante. Y nos pusimos a trabajar.
Era una coreografía que tenía la misma  duración que las que se hacen  en una  clase normal. He empleado  los mismos moldes y protocolos de los trabajos que se hacen en los gimnasios y escuelas de danza. Entre enseñar, corregir y limpiar la coreografía, hemos tardado 3 clases de 60 minutos.
Una vez terminado, dediqué una clase más para que los alumnos disfrutasen del baile. Aparentemente ya lo tenían en la cabeza y en el cuerpo, pues los movimientos ya estaban asimilados.
En la clase siguiente utilicé la misma música, les puse en la misma posición, marqué las mismas distancias, pero el ejercicio era el siguiente: con la misma coreografía, todos los movimientos que empezaran para la derecha, tenían que hacerse hacia la izquierda y al revés.
 En el momento en que les planteé  el desafío, escuché un  silencio de defunción,  a la vez que fui  testigo de unas expresiones faciales de enorme desconsuelo. Al  principio no  se  creían lo que les estaba pidiendo, cosa que yo no  entendía, pues el único cambio que iban a experimentar con ese ejercicio era la reactivación del lóbulo frontal (movimiento y locomoción), del lóbulo temporal (memoria y audición),  la reactivación del sistema vestibular (controla el equilibrio), y la reactivación del sistema extrapiramidal (controla  la regulación fina del movimiento). En otras palabras solo tenían que  transferir los  estímulos que  habían aprendido y entrenado  anteriormente.
Ha sido muy interesante, pues el resultado de este magnífico experimento fue tener que tardar 4 clases más para volver a  enseñarles  lo ya aprendido (recuerdo que era una coreografía asimétrica).
Ocurrieron  dos  cosas muy  curiosas: primero la inseguridad de desafiar la seguridad, es decir, ya tenían aprendida  una coreografía que  ya dominaban, y  tuvieron que lidiar con las mismas informaciones, pero al revés. Esa inseguridad afloró por la falta de costumbre de entrenar la bilateralidad, cosa que en este momento me hizo darme cuenta de  que estaba fallando como profesor  y me alertó de las necesidades de mis alumnos. Hasta  conseguir gozar de  la misma seguridad que tenían con la pierna derecha, estuvieron  pisando “en campo de minas”.
La segunda el rechazo a lo desconocido, la no aceptación de nuevos retos y nuevos desafíos sobre todo cuando estos ya habían sido conquistados.
En algunos centros  suele ocurrir  que los profesionales  trabajan sus coreografías de una manera simétrica, es decir, lo que se hace para la derecha, luego se repite hacia la izquierda, y en actividades como es el caso del funk y  hip hop las coreografías son asimétricas. El cerebro reconoce la pierna que sale primero como la de la dirección, y  aunque se repita toda la coreografía hacia el otro lado, la primera sigue siendo la que marca el control. He citado la  pierna, pero podría referirme a los  brazos.
Para el cerebro el lado que empieza es el referente. Marca la dirección y proporciona los cánones del desplazamiento, estando en formato  de coreografía  o no.
El movimiento nada tiene que ver con ser diestro o zurdo. El cerebro reconoce el desplazamiento como bilateral, así que el hecho de empezar los movimientos hacia la derecha o izquierda es una mera cuestión de preferencia. En el caso de los gimnasios, escuelas y centros, sería estupendo que los monitores planteasen su trabajo de una manera que pudiesen intercambiar los lados en que empiezan sus coreografías: un día con la derecha y otro con la izquierda.  Desde  un punto de vista Neuromuscular estarán ayudando al desarrollo de sus alumnos de una manera extraordinaria.  En cuanto a la utilización de la “Inteligencia Muscular”, invito a las personas a que entrenen sus cerebros a la utilización consciente de los dos lados del cuerpo por igual. Una manera  interesante de hacerlo es plantearse empezar los movimientos cada día por un lado diferente. Si empiezas a subir la escalera con la pierna  derecha  el lunes, el martes empezarás con la izquierda. Puede parecer algo inusual, pero es una manera muy inteligente de equilibrar el cuerpo a la vez de mejorar la coordinación motora y la sincronía de los músculos.   
 El lado izquierdo del cerebro humano controla el discurso y el lenguaje mientras que  el derecho controla las emociones. En el caso de los zurdos, estos suelen intercambiarlos. Esta fue una  investigación realizada por científicos de Oxford, quienes descubrieron  el primer gen relacionado con el uso de las manos, el LRRTM1. Este  gen modifica la simetría del cerebro.
Dicho esto, quiero hacer incapié en las posibilidades que tiene el cerebro de readaptar situaciones neuromusculares. Un gran ejemplo de ello es el tenista  Rafa Nadal, que a pesar de ser diestro  fue entrenado para jugar con la mano izquierda.

martes, 8 de noviembre de 2011

El Cerebro Flexible

A lo largo de nuestra existencia, experimentamos una cantidad inaudita de cambios en todos los sentidos. La vida cambia constantemente, y  somos testigos de que también en nuestro entorno laboral las mudanzas se producen con una tremenda facilidad y velocidad. Afortunadamente las investigaciones no cesan y los estudios siguen haciendo que la humanidad evolucione. Algunas veces demasiado rápido…
Eso es positivo, los cambios son positivos, las nuevas experiencias son positivas. Todo eso nos hace reaccionar frente a lo nuevo, a lo desconocido, a lo inesperado. Estas sensaciones  de desafío son muy interesantes, pues ponen  a prueba nuestra capacidad de reciclaje mental además de la creatividad.
Algunas personas reaccionan mal frente a lo nuevo o a  distintas experiencias sin dar tiempo a por lo menos conocer lo que se cuece. El miedo a lo desconocido nos hace perder muchas oportunidades que sin duda  podrían cambiarnos la vida.
Una de las peores cosas que uno puede experimentar es  arrepentirse de lo que no se ha hecho.
La vida está compuesta de desafíos, no hay tiempo para lamentaciones, tampoco para pensar mucho. Las cosas están ocurriendo muy rápido. No tener miedo a los desafíos es un gran paso para el éxito. Tantas veces caigas, tantas  veces te tendrás que levantar. En algún momento de tu vida encontrarás el truquillo y ya no  volverás a caer. Este será el momento en que vencerás. Que eso no tarde nada de tiempo o que sea durante toda una vida, es cosa de cada uno. Lo que está claro es que sin trabajo no se consigue nada. Lo que uno quiere, uno debe  buscar. Si es que podemos decir de esa manera, el universo te ayuda, pero debes hacer tu parte. Si no te ayudas a ti mismo, nadie podrá hacerlo por ti. Recuerda  que lo que es  flexible no se rompe, así que si por un camino no te va bien, intenta otro.
Un gran entrenamiento para el cerebro es: ser flexible, callar para que otros puedan hablar, saber escuchar,  no gritar para hablar, pedir por favor y decir gracias, y a pesar de lo que te pase en la vida, sonreír.

A continuación les muestro uno de los mayores ejemplos de la ausencia de miedo y de superación personal. El cerebro es capaz de hacer que nos adaptemos  a cualquier situación. Sólo tenemos que poner de nuestra parte.

martes, 18 de octubre de 2011

FIBROMIALGIA

La Fibromialgia es una enfermedad de difícil diagnóstico que se caracteriza por un dolor generalizado, y en algunos casos pérdida de fuerza muscular, sequedad vaginal y depresión,etc.
Durante años he investigado en pacientes con esta enfermedad. Ha sido aplicado un programa de actividad física específico para esta población. De acuerdo con la necesidad del día se enfocaban los ejercicios de una manera diferente, pero objetivando los mismos resultados. He constatado que el componente psicológico era en muchos casos más importante que el muscular. Esa información me daba un parámetro lineal para direccionar un trabajo que fuera efectivo para ayudar a esos pacientes. Los tratamientos se hacían en grupos, pero respetando la individualidad de cada uno y enfocándolo individualmente. El motivo de utilizar esta estrategia es simplemente la manera más eficaz de paliar la depresión de estas personas con un trabajo en equipo que se torna más divertido. En muchos casos la depresión era muy importante. En ningún momento se utilizaron fármacos de ninguna clase. Fue aplicado un tratamiento basado en ejercicio físico mediante el cual se estimularon las fibras musculares enseñando a estas personas a utilizar mejor la musculatura y su mecanismo natural de defensa.
Se han hecho trabajos de contracciones isométricas (estáticas) muy intensas utilizando la resistencia del proprio cuerpo sin  la ayuda de ninguna máquina y trabajando los  músculos  abdominales, lumbares, hombros, pectorales, glúteos, cuádriceps  y  femorales, gemelos y tibiales anteriores, muchos estiramientos de psoas iliaco... Todo este trabajo se realizó de la manera más intensa posible, a la vez que también se hicieron  ejercicios de contracciones excéntricas (contracciones en las que las extremidades se distancian)  y  trabajos articulares.
Estos ejercicios eran aplicados para tonificar los músculos y estimular el sistema nervioso autónomo, más precisamente el parasimpático.
Al final de cada ejercicio se practicaban los estiramientos pertinentes de la zona trabajada. En los días en los que los pacientes estaban más deprimidos, les hacía trabajar con  ejercicios de estiramientos musculares y de relajación siempre acompañados de agradables músicas, pero no menos excitantes para la actividad que se desarrollaba. En los días en que los pacientes estaban más animados, subía la intensidad de los ejercicios y utilizaba músicas con ritmos más rápidos y alegres. Hemos trabajado durante un año, con una frecuencia de una vez por semana.

Les ponía "deberes de casa" y les daba indicaciones e información sobre la manera correcta de sentarse utilizando las contracciones musculares adecuadas, la manera correcta de levantarse de la silla o de la cama, ejercicios sencillos de estiramientos del esternocleidomastoideo (cuello), de dorsales y cervicales, y algunos ejercicios de estiramientos para  piernas.

El hecho de hacer una sesión por semana era suficiente, pues tenían 6 días de recuperación para el próxima encuentro, a la vez que con los "deberes de casa" les forzaba a tener una actitud positiva frente al dolor,  la falta de fuerza  y la falta de energía, al mismo tiempo que era la forma  más eficiente de mantener los niveles de serotonina altos y no dar espacio a la depresión. Controlaba su alimentación manteniéndola muy equilibrada.

Los resultados a cabo de un año fueron increíbles. Personas que en un principio no podían levantarse de la cama, pasaron a tener una actitud positiva frente a la vida, además de aprender a lidiar con su enfermedad de una manera muy valiente. Por otro lado, a lo largo del tiempo se estimuló una mayor liberación de endorfinas y sobretodo de serotonina en su organismo.

Los niveles de depresión habían bajado a la vez que sus fibras musculares se empezaron a estirar y contraer con una mayor facilidad e  intensidad. La musculatura ganó más tono e incluso tuve casos en los que se  había recuperado la vida sexual.
Ahora explicaré las líneas teóricas que he seguido para conseguir los resultados mencionados. Para ello es  de suma importancia  que hable  un poco sobre el cerebro y su funcionamiento.
El cerebro se divide en tres partes: El sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico y el sistema nervioso autónomo. Aquí hablaré sobre el sistema nervioso autónomo, pues sin querer quitar la gran importancia de los demás sistemas, es el que de una cierta manera podemos controlar a través de nuestras acciones.  
El sistema nervioso autónomo es el responsable de los aspectos de autocontrol (funciones involuntarias) del organismo, aunque está bajo el control de la corteza cerebral, el hipotálamo y la médula oblongata. Trabajando en conjunto con el sistema nervioso central, el sistema nervioso autónomo se divide en dos subsistemas que regulan las funciones del organismo como los movimientos involuntarios de los músculos lisos y el movimiento del corazón. Estos dos subsistemas se llaman el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático, cuyas funciones son opuestas, y así producen un equilibrio entre las funciones corporales.
 El SISTEMA NERVIOSO SIMPÁTICO produce respuestas de defensa y de lucha ante un estímulo o el estrés, como aumentar el ritmo del corazón, la producción de saliva y la sudoración. El sistema parasimpático contrarresta estos efectos haciendo más lento el ritmo del corazón, dilatando los vasos sanguíneos y relajando las fibras de los músculos lisos involuntarios.
Vistos individualmente, el sistema nervioso simpático está compuesto por una serie de nervios que surgen de la médula espinal entre la primera vértebra torácica y la segunda vértebra lumbar. Estas fibras nerviosas se unen en un largo tronco de fibras llamado el tronco simpático, a cada lado de la médula espinal. A lo largo del tronco simpático se disponen unos paquetes de fibras nerviosas llamados ganglios. Desde estos ganglios salen unas fibras nerviosas que se dirigen hacia los tejidos del organismo. Los nervios simpáticos son los responsables de la contracción involuntaria de las fibras musculares lisas, de las vísceras y de los vasos sanguíneos, aumenta el ritmo del  corazón y  dilata los bronquios en los momentos de estrés.
El SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO está compuesto por ganglios en el mesencéfalo, en la médula oblongata, y en la región sacra. Los dos primeros (los ganglios craneales del sistema nervioso parasimpático) envían impulsos nerviosos al nervio facial, el oculomotor, el glosofaríngeo y el nervio vago. La porción sacra de los nervios parasimpáticos se origina en la segunda, tercera y cuarta vértebra e inerva la vejiga, el colon distal, el recto y los genitales. Los nervios del sistema nervioso parasimpático son responsables de conservar el equilibrio con los impulsos del sistema nervioso simpático.

Los ejercicios  que aplicaba eran enfocados principalmente a las zonas controladas por los nervios parasimpáticos. Trabajando la musculatura  que involucraba esta zona, conseguía  enfocar la tensión de las contracciones  a los ganglios craneales  y  a los de la zona sacra,  así conseguía  estimular un mayor y mejor equilibrio con los nervios simpáticos. 


martes, 11 de octubre de 2011

Coordinación Motora = Sincronía Muscular

El sistema neuromuscular es la unión del sistema nervioso y los músculos del cuerpo. Dicha unión permite que podamos movernos y disfrutar de nuestro aparato locomotor de una manera  plena y positiva.
Los seres humanos tenemos una inteligencia intrínseca y  una  creativa. El gran problema  surge cuando la inteligencia creativa está  poco desarrollada. Podemos calificar como inteligencia intrínseca todo aquello que hacemos de una manera innata. Todas las cosas que la naturaleza nos ha proporcionado nada más nacer y que  hacemos de una manera natural e inconsciente: caminar, sentarse, tumbarse,  levantarse, comer, la capacidad del lenguaje, etc.
La  inteligencia creativa es  la capacidad de sincronizar las emociones, la creatividad y la creación.  Es todo aquello que hacemos de una manera consciente (toma de decisiones, acciones concretas, entrenamiento, etc.)
La cuestión es: ¿Estaremos desarrollando nuestra inteligencia creativa de una manera efectiva utilizando nuestra capacidad encefálica de una manera eficiente?

Desde de que somos niños nos enseñan  que debemos ir a la escuela para aprender. Lo que no nos han dicho es por qué debemos aprender.
Recuerdo que cuando era niño, los profesores a los que más respetaba, más quería y con los que sacaba las mejores notas, eran los que me enseñaban a pensar. Cuando hablo de “Inteligencia Muscular” a eso me refiero. Nuestra vida se ha vuelto demasiado  técnica: muchas veces hacemos cosas sin tener claro   por qué  las hacemos; otras veces nos preguntamos si hemos cerrado la puerta del coche después de llevar 3 horas dentro de la oficina. Hacemos las cosas sin pensar al  igual que hacíamos cuando íbamos al colegio a estudiar. Sabíamos que debíamos sacar nota y no suspender, pero no teníamos conciencia de la importancia de aprender biología o matemáticas.
 Si me preguntan qué es lo que más recuerdo de mi primera etapa educativa, contestaría que lo que más me marcó fue haber conocido al profesor de Educación Física  Sr. Amaurí Oliveira Nunes.  Él  fue la persona que a mis 11 años de edad me enseñó a pensar de una manera racional y lógica.  Aparte de transmitirme valores muy importantes para la vida, me enseñó a conocer e interpretar el cuerpo y su lenguaje a través de todo tipo de actividad física que se pueda desarrollar con niños de esta edad: ejercicios con balón (fútbol, volley, handball, etc.), ejercicios de psicomotricidad,  de coordinación motora, ejercicios coreografiados, etc.; siempre de  una manera didáctica y  divertida, pero no menos seria. Éramos un grupo de 18 chicos y en esa época lo único que pensábamos era en jugar al fútbol, pero la manera inteligente de trabajar, la entrega, el respeto hacia nosotros y el conocimiento técnico y didáctico de ese profesor, superaba nuestras exigencias e incomprensión. Le queríamos además de tenerle mucho respecto. No me acuerdo verle levantando la voz a nadie, nunca. Su mirada era suficiente para ponernos firmes a todos. Hoy me doy cuenta que parte del respecto que teníamos hacia este señor se atribuía al respecto que él tenía por nosotros. La otra parte era por sus conocimientos. ¡Teníamos solamente 11 años! Y él llegaría a ser Vicesecretario de Educación de Brasil en el año 2000.
Después de estudiar Danza, Educación física, Medicina, Bioingeniería, de  pasar 20 años estudiando el movimiento humano y de dedicar mis últimos 15 años a la medicina y a estudios biomecánicos, me doy cuenta de que mi viejo profesor de primaria era un genio de la educación, pues casi todos los conceptos y protocolos existentes en el mundo del movimiento,  los cuales tuve la oportunidad de investigar, este señor los utilizaba de una manera educativa ya en estos tiempos. Aprendí que los resultados de las técnicas aplicadas por mi profesor eran más psicológicos que propiamente físicos. Al borde de una pre adolescencia, lo que él inconscientemente logró fue que nuestras células estuviesen revolucionadas debido a  la gran  cantidad de sinapsis neuronales  que cada día de clase nos hacia tener. De una manera muy divertida nos proporcionaba desafíos cerebrales increíbles. En los días que alguno de nosotros no conseguía hacer los trabajos en la clase por no haber entendido o por falta de coordinación motora, la frustración era tremenda, pero ahí entraba el trabajo en equipo y el compañerismo. Así que nos ayudábamos unos a otros quedando en algún momento del día  para repasar los ejercicios. Esa era otra de las cosas que nos enseñaba: “hoy por ti, mañana por mí”. La vida en sociedad y el respeto hacia los demás.
Cuando no consigues de ninguna manera entender  y  asimilar un proceso físico (neuromotor) como algún movimiento o coreografía, ocurre de una manera automática la disminución de la liberación de  serotonina, que es uno de los neurotransmisores más importantes para la inhibición de la depresión. A su vez,  en casos como este  el cerebelo estimula la liberación de adrenalina. Los desafíos mentales en formato físico son de suma importancia para nuestro desarrollo psicológico, pues es una de las maneras más eficientes de intentar mantener el control de las  diversas  áreas del encéfalo. Cuando uno consigue sobreponerse a una frustración, la liberación de serotonina que se produce es el doble que cuando hay una inhibición de la misma debido a  una frustración. Cuando ocurre esto las endorfinas y la oxitocina también son liberadas. Las endorfinas son neurotransmisores que inhiben el dolor. La oxitocina es una  hormona que inhibe el miedo,  entre otras funciones.
Esta es una de las principales  aplicaciones  del concepto “Inteligencia Muscular”: proporcionar desafíos al cerebro que hagan que las personas tengan que pensar sobre las actividades del día a día, y  sean más conscientes de ello, y que sigamos desarrollando el cerebro con un mayor autocontrol y  de una manera más eficaz.
                              
                      (Bioingeniería Neuromuscular)